Dos! seran dos!

33 6 6
                                    

Narra Arlet

-Como que no hay un bebe?-Pregúnto asustada.

Edward estaba también muy nervioso y asustado, yo a pesar de que al principio no me hacia a la idea de tener un hijo, luego aprendí a quererlo y no deseo que nada le pase.

-Doctora responda, no ve como estamos-Dice Edward en medio de su desesperación.

-Esperen no se alarmen, lo que quiero decir es que no hay un bebe, sino dos. Ustedes están esperando dos gemelas-Dice sonriente.

-QUE?, gemelas. Como puede ser eso-Digo exaltada.

-Calma cariño,hahahaha miralo por el lado bueno. Seremos padres al cuadrado jejejd-Dice Edward muy emocionado.

-Callate!!, Dios no entiendo nada de niños. Ahora tendré que aprender con dos-Respondo aun mas angustiada.

-Amor, entre los dos. Vamos a criarlas-Dice Edward.

-Si!! pues te mato si me dejas sola en esto-

-Nunca-Dice Edward dándome un beso en la frente.

-Doctora, esta segura de lo que dijo, no habrá algún error-Pregunto con una chispa de esperanza.

-No Arlet, observa acá en la pantalla, ves esas dos cabecitas que están formadas. Son tus dos bebes, observa sus piernitas y los bracitos, aun no se ven muy claros pues están muy pequeñitos, pero son dos gemelos-Me explica la doctora con mucha paciencia.

Ya estando en la casa, Edward y yo nos dispusimos a preparar las maletas para nuestro viaje. Aunque hiba por cuestiones de negocio y trabajo, yo me hiba a divertir mientras estuviera allá.

Nuestro vuelo salia en eso de las 6 de la tarde, llegaríamos en la madrugada, allí en el aeropuerto nos esperaría un chofer que nos llevaría a un apartamento que Edward tenia.

Todo sucedió como lo previsto, en cuanto llegamos al Londres un chofer nos esperaba fuera del aeropuerto, con un cartelito y el nombre de Edward escrito. Nos presentamos y emprendimos nuestro camino hacia el apartamento. Este quedaba en un sitio muy caro, al parecer Edward no tenia nada barato, aunque es de esperarse, pues una persona con tanto dinero, no lo va a esconder.

El apartamento era hermoso, tenia unos colores entre blanco las paredes y grises la columnas. Los pisos relucían, parece que Edward le pagaba a alguien para que cuide la casa. Los muebles eran últimos modelos, junto con la plasma que estaba colgada en una pared de la sala, esta era tan grande que parecía un cine, aparte de que tenia dos sillones grandes y muy cómodo. La sala estaba adornada muy eficientemente, y a una esquina tenia un minibar.

-Waoo, todo esto también es tuyo-Pregunto asombrada por el apartamento.

-No cariño. Es nuestro, pues todo lo mio es tuyo-Dice agarrado de mis manos. Yo sonrío ante tal declaración.

-Ven llevame a conocer nuestro cuarto y así dormimos algo, pues estoy que caigo de sueño-Digo Halando a Edward de un brazo.

Su cuarto era de esperarse, hermoso con sabanas blancas sobre el colchón, pero no me fije lo suficiente pues era de madrugada y mis ojos estaban casi vencidos del sueño, pues en el vuelo no pude dormir mucho, había un bebe que no paraba de llorar,y con la pansa me sentía muy incomoda en el asiento, a pesar de que estábamos en primera clase.

Me acosté en la cama con todo y zapatos, Edward se encargó de quitarmelo. El se acostó a mi lado abrazandome, y así dormimos toda la noche completa.

Unas horas mas tarde ya el sol había salido, aunque hacia mucho frío aun así. Edward ya se había levantado, así que entre al baño y me di na ducha con agua tibia. Me coloque unos vaqueros con unas botas negras sin tacos pero casi hasta las rodillas, y una blusa manga larga, junto con un abrigo. Estaba lo mas abrigada posible.

Dulce AgoniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora