Al Aire. (Camren)

Capítulo 17.

—Yo, ella... —titubeaba nerviosamente.

—Ella me ha invitado a comer... y Hola, si te recuerdo —confirmé avergonzada.

—Un momento, ¡¿que Mila qué?! —exclamó Dinah sorprendida.

—Ella me ha invitado a comer —repetí—. Dijo que es buena en la cocina.

La chica más alta llenó el lugar con su gran risotada, y la miré confundida, observé unos segundos a Camila y su cara sólo reflejaba vergüenza y enojo.

—¿Qué sucede?

—Dinah, por favor, callate —exigió Camila.

—Oh no, Mila —decía entre risas—. Lauren tiene que saber.

—¿Saber qué? —volví a preguntar exasperada.

—¿Mila buena en la cocina? Entonces yo soy buena persona... a ver, lo que quiero decir es que, Mila no sabe cocinar. Ella si acaso sabe preparar cereal, hasta el agua se le quema —explicó Dinah un tanto burlona

Volteé a ver a Camila con una sonrisa burlona, ella sólo cubría su rostro con sus dos manos como si fuese algo trágico, era una ternura.

—Vale —canturreé.

—En fin, yo ya debo irme, suerte con tu chica.

Sonreí ampliamente por lo que había dicho Dinah. Me gustaba la idea de que ella fuese mi chica.

—Largate, Dinah —ordenó severamente Camz.

—Pero antes de irme, sólo una cosa —ella corrió hacia a mi, y me abrazó efusivamente, tal cual lo había hecho en la librería—. Ahora sí, hasta luego Lauren, creo que esta no será la última vez que te vea por aquí.

Dinah me guiñó el ojo y salió del apartamento dejándonos solas a Camila y a mi.

Iba a decir algo al respecto pero antes de que pudiese decirlo, ella atacó de primera.

—Antes de que digas algo, mi cereal sabe muy rico... Además, eso era lo que quería decirte allá afuera.

—¿Que no eras buena en la cocina? —vacilé.

—Yo nunca especifiqué en lo qué era buena en la cocina —dijo a la defensiva.

Asentí, después de todo, tenía razón.

—Bien, quizá quieras especificar —pedí, de una manera seductora, mientras la veía fijamente a los ojos.

—Yo te invité a comer, eso haremos. Pediré una pizza —dijo, tratando de evadirme.

—No, Camz. Quiero comer tu cereal.

Y eso hicimos, probé el cereal preparado por ella.

—Camila, te juro que es lo mejor que he probado en mi vida —ella sólo rió ante mi comentario—. No te miento.

Minutos después, ella me mostró su parte favorita del apartamento, el ventanal. Era un ventanal precioso, con una vista hermosa, y lo que era mejor, tenía a Camila Cabello a mi lado, y eso no se comparaba con nada, simplemente era perfecto.

Hacía un poco de brisa, y el cabello de Camila se movía de una manera peculiar hacia los lados, era una imagen diferente para mis ojos. La única imagen que querría ver por el resto de mi vida. La contemple unos segundos, hasta que sin pensarlo dije:

—Camz, muestrame tu habitación —mi tono de voz era bajo y ronco.

Ella ladeó su rostro y me miró a los ojos fijamente, mordió sus labios de una manera nerviosa y dijo: