Capítulo 32.

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"La belleza es dolor, y hay belleza en todo."


A Camila no le dio tiempo de responder, porque un falso carraspeo proveniente de la garganta de Lucy, las hizo volver a la realidad.

Al notar la desagradable presencia de aquella mujer, Lauren frunció el ceño, le dedicó una última pero significativa mirada a Camila, y sin decir nada; se levantó del asiento y se alejó de ellas para ir directamente al pequeño grupo de chicos donde se encontraban Troy,  Wesley, Keaton, Ally y Alexa.

—Eh, Lauren, ¿cómo va todo? —preguntó agradablemente Troy, el cual sostenía un vaso lleno de licor en su mano derecha—. ¿La estás pasando bien?

Lauren miró por primera vez a su alrededor, el apartamento estaba decorado con algunos coloridos globos en algunas esquinas, entre otras cosas que le daban un toque gracioso al lugar, pero era agradable.

—Muy bien, Troy. ¿Cómo va todo por acá? —regresó la pregunta, mientras le arrebataba de la mano aquel vaso lleno de licor, para beber un sorbo del mismo.

Troy rió mirándole fijamente, a lo que la ojiverde sólo se encogió de hombros. Ella necesitaba aquella bebida más de lo que Troy la necesitaba.

—Lauren, un pequeño mono me contó que cantas. ¿Cómo demonios no sabía eso antes? —se hizo el ofendido, ella enarcó una ceja sugestivamente.

—¿Pequeño mono? —arrugó el entrecejo, reflejando confusión.

—Eso no importa, —sonrió de manera cómplice—. Vamos, Lau... canta un poco para mi —la animó el chico, mientras se apoderaba de la guitarra acústica que minutos antes se hallaba a un lado del sofá, justo a los pies de Wesley.

Un tiempo atrás, Camila y Troy habían tenido una casual conversación en la cual salió a relucir el pequeño secreto de Lauren.

Camila sin ninguna intención, le había dicho a Troy que un día había pillado a Lauren cantando en la radio, y que lo hacía como los ángeles.

—Ni lo sueñes —soltó con simpleza, al mismo tiempo que una risa llena de nervios salía de su boca.

—Vamos, sólo intentalo —Ally se unió a favor de su novio y éste le agradeció con un beso en la comisura de sus labios, y ella le sonrió. Justo como lo hacen los enamorados.

Lauren se negaba a hacerlo, de ninguna manera cantaría frente a esas personas.

Por un momento, desistieron sobre aquella idea, pero sólo por ahora.

Sorbo tras sorbo, se habían convertido en vasos vacíos sobre la mesa de cristal que se hallaba en medio de la sala, acompañada de algunos adornos, junto a un envase, el cual contenía algunas colillas de cigarrillos, recién acabados por parte de Wesley, Keaton y algunas caladas por parte de la ojiverde. Una hora exactamente había pasado desde que Lauren se acercó a los chicos, y de ahí, no pensaba moverse por el resto de la noche.

Risas iban y venían por parte de todos, de a poco aquel grupo que al principio sólo era de cinco personas, se había transformado en uno de unas quince personas, mientras las demás sólo se mantenían en su pequeño grupo en los rincones de aquel acogedor apartamento que compartían Ally y Troy como pareja.

Dinah, Camila, Lucy, Verónica y Austin, eran algunos que se habían sumado al círculo que pronto se formó en el medio de aquella mesa de cristal.

Lauren había bebido lo suficiente para ahora si atreverse a cantar, pues no se encontraba del todo en sus cinco sentidos y Troy no paraba de insistirle en que lo hiciera.

Troy junto a Wesley, el cual se buscó su propia guitarra. Tocaban algunos acordes mientras seguían el ritmo de la ronca y hermosa voz de la ojiverde.

Al Aire. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora