Capítulo 23. (Maratón 3/5)

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—No sé cómo pasó, pero esos rumores pueden arruinarme. Y tú lo sabes muy bien —empezó a explicarme-. Sólo necesito que finjamos, no es tan difícil.

—¿Eres gay? —fue lo único que pudo salir de mi boca, mientras lo veía con asombro.

Él me miró fijamente por un tiempo, suspiró y asintió.

Mis ojos se abrieron como platos, nunca imaginé que Luis Felipe Santos fuese gay.

—Lauren, tú y yo tenemos muchas cosas en común, somos reconocidos y aparentamos ser quienes no somos, sólo por mantener un lugar aquí. Nos gusta la atención y la tenemos, por eso fingimos, tú y yo sabemos que es más fácil fingir que decir la verdad. Sólo necesito que por favor me ayudes... sólo serán unos días, hasta que todos estos rumores pasen, no tendremos contacto físico, te lo prometo. Eres guapa, pero no me gustas —dijo con simpleza, pero a la vez con mucho miedo.

Sabía que después me iba a arrepentir de esto, pero al ayudarlo a él, me estaba ayudando a mi, ¿asi que por qué no ayudar a un amigo que te necesita?

Simplemente asentí y vi el brillo en sus ojos, él se abalanzó sobre mi y me abrazó fuertemente.

—Dios, Lauren. Gracias, muchísimas gracias —me dijo exageradamente emocionado, mientras volvía a su asiento.

—Sólo serán unos días —advertí con seriedad, en el fondo no me gustaba la idea de que me involucraran sentimentalmente con él—. Y no habrá en absoluto ningún contacto físico entre nosotros.

—Por eso no hay problemas —sonrió estando de acuerdo con mis reglas.

—Y no haremos público esto, no daremos detalles, ni explicaciones, que la gente piense lo que quieran pensar, ¿de acuerdo? —cuestioné con firmeza.

—De acuerdo —aceptó mirándome.

Hubo un momento de silencio, en el cual miré hacia la mesa en donde se encontraba Camila, la pillé observándome y fue inevitable no sonreírle, pero a cambio recibí una mala mirada, hasta que dejó de verme.

—Dame un beso en la frente —susurró de repente Luis, haciendo que lo mirase con incredulidad.

Miré su gran frente y reprimí una risa, ¿o sea qué? Podría darle miles de besos y no acabaría de lo grande que es.

—¿Ah? —pregunté, haciendo una gran mueca de desagrado.

—Sólo observa con disimulo como la gente de aquí nos mira.

Hice lo que me dijo, esta vez observé alrededor de la cafetería y habían algunas personas mirándonos con... ¿Intriga? ¿Dulzura? ¿Envidia? ¿Emoción? No lo sé.

Negué con la cabeza.

—Dije que no tendríamos ningún contacto físico.

—Será un gesto lindo, vamos —me animó—. Hazlo.

Alcé la mirada y noté que nuevamente Camila me veía, tenía su bello rostro completamente serio y en mi distracción, el idiota de Luis Felipe depositó un beso en mi boca. ¡Qué asco! Sus labios eran tan rústicos, tan gruesos, no se comparaban en nada con los de Camila, ni siquiera con los de Alexa, quise golpearlo por eso, estábamos de acuerdo en no tener contacto físico y me besa, pero tenía que disimular así que le dediqué una sonrisa. Pero en realidad mi sonrisa decía "Te voy a matar" él me sonrió de vuelta y volvió a besarme, pero esta vez en mi frente.

Me di cuenta que ahora todas las personas del lugar nos miraban con asombro e ilusión, incluso algunas nos tomaban fotos con disimulo. ¡Dios! Mi vista se fijo en Camila, y ella tenía el ceño fruncido, tragué saliva en cuanto ella fulminó a Luis con su mirada, joder. Incluso enojada era tan sexy... ¡Esperen! ¿Enojada? ¿Acaso ella esta enojada por qué él me besó?

Al Aire. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora