Al Aire. (Camren)

Capítulo 36. (Maratón 1/4)

"Uno no entiende a los demás hasta que no considera las cosas desde su punto de vista."

                                                               Lucy Pov.

No ha pasado mucho tiempo desde que conocí a Verónica Iglesias, aquella chica tímida de linda sonrisa, y aunque sé que está mal ¡porque tengo novia! Ahora todo gira en torno a esa chica tímida.

Sí, cuando me tropecé con ella en el programa de Luis Felipe Santos desde un principio sólo me pareció una mujer sumamente atractiva, y cuando le regalé una rosa que se suponía que era para mí novia, pensaba en ese entonces que sólo lo había hecho por amabilidad, pero realmente lo había hecho porque ella me fascinó. Y no pensé que aquel simple pensamiento llegara tan lejos. Es decir, luego de ese casual encuentro nunca más la volví a ver hasta que por pura casualidad del destino ella se encontraba en la fiesta del cumpleaños de Troy, el cual asistí con mi NOVIA... aunque en ese entonces ella no sabía eso.

Y desde ese momento, no hemos dejado de vernos. Hablando de manera amistosa, claro está. Sí, con ella he experimentado eso de que puedes llevarte de maravilla con una persona al poco tiempo de conocerla. Le he contado todo sobre mi, así como ella lo ha hecho conmigo. Le dije que me gustaban las chicas, y en ese momento rogaba en silencio porque ella no fuera homofóbica o estuviese en contra de algo como eso, pero mi sorpresa fue mayor cuando ella me confesó que era Bisexual, aunque se liaba más con hombres, aun así no perdí las esperanzas. ¡Tengo oportunidad de estar con Verónica Iglesias!

Y en tan sólo un mes, ella se ha vuelto sumamente importante para mí.

Y quiero creer que yo para ella también.

—Ella... está mal, Lu —Verónica me hablaba por la otra línea con suma preocupación sobre la recaída que había tenido su madre nuevamente, ¡Maldito cáncer! Y mientras yo la escuchaba atenta, observaba el cuadro familiar que se hallaba colgado de manera pulcra sobre la pared de color blanco en la sala de estar de la casa de mis padres—. ¡Tengo miedo! —y explotó en sollozos.

Rápidamente me incorporé del sofá y divisé a mi padre entrando por la puerta corrediza de su jardín con su guitarra en mano.

—¿Hablas con Camila? —preguntó él, inmediatamente hice una seña con mi mano para que no hablase más y luego negué con la cabeza a su pregunta, él sin decir más, se encogió de hombros y se dirigió hacia las escaleras, cuando desapareció de mi campo visual me concentré únicamente en Verónica.

—¿Era tu padre? —escuché la entrecortada voz de Vero—. Lo siento, yo... creo que no fue buena idea llamarte, adiós.

—No, no —me apresuré a decir— Sí, era mi padre, pero ya se ha ido —informé al instante—. No te preocupes, estoy en casa de mis padres, Vero, ellos me han invitado a almorzar. Humm, ¿podemos vernos?

—Pero has dicho que estás en casa se tus padres porque te han in...

—Quiero almorzar contigo, -la interrumpí—. Son las doce, eso significa que ya has salido de la radio, ¿cierto?

—Sí. De hecho me dirijo a mi casa, Austin me ha invitado a comer —frunci el ceño, ella me ha contado sobre él y la "relación" que mantenía con ese idiota, y antes de que pudiera decir algo, ella continuó hablando—. Pero me he negado —inconscientemente una sonrisa se dibujó en mi rostro, y sentí algo dentro de mi que no debería estar sintiendo, pero aún así es inevitable.