Capítulo 29.

4K 227 52
                                    

"Con sus labios manchados de vino, sí, ella no es nada más que un problema. Fría al tacto, pero caliente como un diablo, le di todo mi corazón, pero ella no sanará mi alma."



                                                          Camila Pov.


It feels good, girl, it feels good...
To be alone with you

(Sienta bien, chica, sienta bien...
Estar a solas conmigo.)

Tenía a Lauren detrás de mi, muy cerca, literalmente pegada a mí espalda mientras su brazo rodeaba mi cintura y su mano se situaba de una manera muy peligrosa en mí abdomen... Ambas nos movíamos de lado a lado con mucha lentitud, tanto que dolía en el corazón.

There are questions I cant't ask
Now at last the worst is over
See the way you hold yourself
Reel against your body's borders.

(Hay preguntas que no puedo hacer
Ahora por lo menos lo peor ha terminado
Veo como te contienes a ti misma
Vacilas al dar con los confines de tu cuerpo.)

Lauren me cantó en susurros cerca de mí oído, aquella parte de la canción. Y sin poder contenerlo, un suspiro salió de mis labios y apoyé mí cabeza en su regazo, mientras seguía escuchando su ronca y hermosa voz. Tenía mis ojos cerrados, pero pude sentir su mirada penetrante sobre mi.

I know that you hate this place
Not a trace of me would argue
Honey, we should run away, someday.

(Sé que odias este lugar
Nada en mi lo discutiría
Cariño, deberíamos huir, algún día.)

Ella seguía cantándome al oído, ella seguía torturándome y no sé si soy masoquista, pero aquello que ella hacía, me encantaba.

—Gracias —musitó de repente, haciendo que abriera mi ojos de inmediato.

¿Por qué me había agradecido? Yo preferí no preguntar el por qué, y sólo seguí disfrutando de aquel momento, absorta totalmente de la presencia de Austin, Lauren deslizó su mano provocativamente por mí abdomen hasta llegar un poco más abajo de mi ombligo, inconscientemente solté un leve jadeo y mordí mí labio inferior con fuerza. 

Nunca sentí mi cuerpo arder de esta manera, estaba hasta el tope de excitación y sólo estábamos bailando, hasta sentí vergüenza de mi misma en ese momento.

—La-Lauren, deja de hacer eso, por favor —supliqué con mi voz entrecortada, mientras colocaba mí mano encima de la suya y la quitaba de aquel lugar, el cual estaba peligrosamente cerca de mi feminidad—. Por favor —repetí en un tono bajo.

—Oh, rayos, yo necesito ir al baño —de repente Austin se hizo notar con una voz grave, como si le faltase el aire, para luego desaparecer por el pasillo.

Al Aire. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora