Capítulo 26.

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Tuve que marcarle a Dinah y rogarle para que me fuera a buscar, ella se apiadó de mi con la única condición de que le contara absolutamente todo.

Acepté.

Al día siguiente después de contarle absolutamente todo a Dinah, ella se sorprendió y también se emocionó por el simple hecho de que yo estuviese de esa manera con la mismísima Lauren Jauregui.

También tuve que explicarle lo que sucedió en la entrevista del programa de Luis Felipe Santos, a ella si le dije la verdad. Y lo único que dijo al respecto fue "Chancho, desde que ganaste ese concurso de la radio tu vida ha sido más interesante"

En un mensaje que le envíe a Troy me disculpé con él y también le dije que me disculpara con Ally.

Por otro lado tuve que mentirle a Lucy, otra vez. Al principio se enojó conmigo, pero vamos, nadie se resiste a mis encantos y así tuve que contentarla.

Aún no puedo dejar de pensar en Lauren, y no solo por la forma tan íntima en la que estuvimos anoche en su auto, sino también por su pequeño ataque, si así se le puede llamar. La forma en la que ella lloraba me preocupaba, no era normal.

¿Tendré que averiguarlo después? Quizá sí.

Me encontraba en mi habitación junto con Dinah, ya casi se hacía la hora de la famosa cena que tendría con Jauregui y Mahone.

—Dinah, estoy considerando no ir a esa cena —susurré con nervios, mientras me mordía las uñas.

—Sí, seguro —respondió llena de sarcasmo, mientras hurgaba mi closet en busca de algún lindo vestido para esta noche—. Vamos, Mila. Deja los nervios, esta noche va a pasar sólo lo que tú quieres que pase ¿me entiendes? —preguntó al mismo tiempo que se giraba para verme.

Asentí débilmente.

—Vamos chica, deja de morderte las uñas, se verán feas luego —aconsejó ella—. Ten, este vestido es perfecto para ir a cenar, dejarás a Lauren Jauregui impresionada —se burló.

—No me estoy vistiendo para impresionar a Lauren Jauregui —refuté con desagrado.

—Bueno, bueno, quizá... deberías desvestirte para impresionarla entonces —soltó una leve risotada y me aventó aquel vestido en toda la cara.

—¡Dinah! —me quejé—. Lo arrugarás —cogí el vestido entre mis manos y me levanté de la cama—. Vamos, fuera de mi habitación —la eché a empujones y ella seguía riendo y balbuceando cosas sin coherencia.

Al estar sola en mi habitación solté un gran suspiro y contemplé el vestido unos segundos o minutos, no lo sé. Sólo lo miraba y las palabras de Dinah resonaban en mi mente.

Sin pensarlo una vez más, me quité la toalla que traía puesta ya que minutos antes me había duchado, y me coloqué aquel vestido.

Al ya tenerlo puesto, lo siguiente que hice fue colocarme los incómodos pero necesarios tacones. Me miré frente al espejo y abrí mis ojos como platos, maldicion, realmente me veía estupenda.

—Dinah —grité, y en menos de dos segundos ella ya se encontraba frente a mi—. ¿Me veo bien? —regunté aún viendo mi reflejo en el espejo.

Ella sonrió.

—Joder, chica. Te ves fantástica, vas a matar a Lauren.

—Ya te dije que...

—Sí, sí, ya sé. Lo que digas —me interrumpió—. No te vistes así para impresionarla —imitó mi voz de manera divertida—. Pero te ves muy bien, y quieras o no, la vas a impresionar.

Al Aire. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora