Capitulo 16

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N/E: Esta parte estaba en el capítulo 22 pero he creído que cuanto antes lo ponga mejor, sera la nueva portada.
N/A (cap 22): nueva imagen para el fic :). Eternamente agradecida a Fania por hacerme el dibujo! :).

N/A:Se lo mucho que os esta gustando. Como recompensa, una dosis de ñoñería xD

Gracias por las reviews, son de gran ayuda para continuar escribiendo, así que os agradezco que lo sigáis haciendo :)

Espero que os guste!

Miro a mi alrededor, satisfecho con el resultado, y me paso una mano por mi, ahora, sudorosa frente. Llevamos todo el día empaquetando las cosas para la mudanza y parece que el trabajo por fin va dando sus frutos. Las cosas del salón, y la mayor parte de la cocina, ya están todas en las cajas, esperando a ser transportadas a nuestro nuevo hogar. Sonrío simplemente al pensar en esa idea.

Me dirijo a la cocina y me sirvo agua en un vaso, mientras escucho las voces provenientes del dormitorio. Kate está con Allan, se suponía que iban a recoger los muñecos del pequeño en cajas y retirar en otras los que ya no va a utilizar, para donarlos. Sin embargo algo me dice que no están haciéndolo.

Dejo el vaso, vacío, en el fregadero y me dirijo al dormitorio. Desde el umbral de la puerta, sin que me vean, los observo con una sonrisa, mordiéndome la lengua para no soltar una carcajada. Mientras Kate intenta recoger varios peluches en una caja, Allan los saca y los vuelve a tirar sobre el suelo.

-Allan, por favor, no... - suspira - No los saques de nuevo, ¿entendido? Así no vamos a acabar nunca.

Nuestro hijo se acerca al borde de la cama, entreteniéndose con una tortuga de peluche, y Kate aprovecha el momento para meter en la caja todos los demás peluches que él había sacado, sin embargo, en cuanto éste ve lo que hace, corre con paso torpe hacia la caja, quejándose.

-No, Allan - dice Kate, poniendo la mano entre la caja y nuestro hijo, para evitar que se acerque.

-Mío - gimotea Allan. Al ver que Kate no cede ante sus quejas, comienza a llorar.

-Cariño, por favor - dice ella, sentada en el suelo, mientras emite un suspiro y se lleva la mano a la frente.

Nuestro hijo se frota los ojitos con ambas manos y se encoje, dejándose caer al suelo de una manera graciosa, sin hacerse daño debido al grosor del pañal, mientras continúa llorando.

-Hey, no llores - digo yo, acercándome a él y agachándome a su lado.

Cuando coloco una mano en su mejilla, para limpiarle las lágrimas, él coloca su pequeña mano sobre la mía y alza los brazos, pidiéndome que lo coja. Aunque, una vez en mis brazos sigue lloriqueando, es más un quejido que llanto.

-Me está siendo imposible empaquetar todo con él aquí - dice Kate.

-Lo sé, he visto cómo sacaba todo lo que tú metías - digo yo, divertido.

Ella me mira, arrugando la frente, para después sacudir la cabeza.

-Podrías haberme echado una mano - dice, molesta, mientras vuelve a su tarea.

Papa por sorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora