Capítulo 18

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N/A: Informo que el momento esperado no se va a retrasar mucho más, no es en este capítulo, pero está al caer.

Muchísimas gracias por las reviews, no me importa ser cansa al decirlo siempre, pero de verdad que se agradecen, ayudan bastante más de lo que os imaginéis a continuar escribiendo, así que gracias, por las reviews y por leerlo.

Siento una agradable caricia en mi mejilla. No sé si todavía estoy soñando o no, pero mantengo los ojos cerrados. Es Kate. Sé que es ella por la manera en que me toca, por el tacto de su mano... Es curioso, pero creo que sería capaz de reconocerla a ella entre un millón. Continúa haciendo círculos desde mi mentón hasta mi frente.

Cuando abro los ojos la encuentro preciosa. Apoyada sobre un hombro, de medio lado, me mira con un cariño especial, diciéndome con una mirada más de lo que ella misma piensa. Su melena, despeinada, cae sobre sus hombros y espalda de una manera verdaderamente sexy. La sábana blanca apenas le cubre hasta por encima de la cintura. Está desnuda, a excepción de la ropa interior inferior, recuerdo, al mismo tiempo que recuerdo lo ocurrido la noche anterior.

La miro durante unos instantes, tratando de descifrar si está bien. Ella mira concentrada su mano, todavía acariciándome.

-¿Estás bien? - le pregunto, con la voz algo ronca.

-Mhmm - asiente, mientras coge aire y me mira, esta vez a los ojos - Estoy bien - susurra - Me encanta dormir entre tus brazos.

No puedo evitar sonreír al escuchar sus palabras. A mí también me produce una tranquilidad enorme tenerla entre mis brazos, dormir aspirando su olor, sentirla a mi lado. Esta noche apenas he dormido unas horas, pero al menos tengo la certeza de que ella sí ha descansado y quiero pensar que, en parte, es gracias a que estaba abrazada a mí.

Me inclino, colocándome de lado, frente a ella, y esta vez soy yo quien acaricia su mejilla, para terminar acariciando los mechones que caen sobre sus hombros. Ella me acaricia la cara, agarrándome de nuevo por el mentón, y esta vez me atrae hacia su cara, quedando a milímetros de la suya.

Ambos parecemos disfrutar de ese pequeño momento en el que sentimos las respiraciones del otro, en el que nuestros labios parecen rozarse simplemente por la necesidad. Finalmente juntamos nuestros labios, besándonos durante unos largos segundos.

-¿Quieres desayunar? - le pregunto cuándo nos separamos, solamente unos centímetros.

-En realidad estaba pensando en salir a correr - dice ella, mordiéndose el labio.

Dios, está malditamente sexy cuando hace eso. Trato de concentrarme en lo que ha dicho.

-¿A correr? - pregunto, más por no haber escuchado bien.

-Sí. Ya sabes que me gusta salir a correr...

Lo sé. Sé que a veces lo necesita para liberar todo lo que le produzca estrés y que esta vez, seguramente es una forma de liberarse de lo ocurrido anoche. Sin embargo también sé que lo hace porque, en el fondo, todavía se encierra en sí misma.

Una idea cruza por mi mente cuando ella se está levantando de la cama.

-¿Te importa si voy contigo?

Se gira hacia mí, ahora sentada en el borde de la cama, mirándome con el ceño fruncido.

-¿Quieres ir a correr? ¿Tú?

-¿Te extraña? - le pregunto, sintiéndome entre ofendido y divertido.

-Rick, tú nunca vas a correr - dice, resaltando la palabra "nunca".

Papa por sorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora