① Mal día

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Siempre he pensado que mi vida cambiaría, cambiaría para bien cuando mi padre se largó de la casa, pero con cada día que pasaba sólo me daba cuenta que estábamos peor.

"¡Hijo! Ya tengo que irme". Dijo mi madre dejándome con el plato de comida que acababa de preparar en la mano.

"Pero no has comido nada". Le recordé.

Ella tomó mi barbilla y con una mirada de dulzura, acarició esta.

"Sabes que mi trabajo depende de un hilo. No debo cometer ningún error cielo". Me recordó.

Bajé la mirada.

"No llores delante de mamá, no llores delante de mamá". Me repetía mentalmente.

"Bien". Es lo único que pude decir.

Veía con odio el plato de comida que tenía en mis manos.

"Regreso más tarde mi cielo". Terminó por darme un beso en la mejilla.

Mi mamá salió y al escuchar que la puerta se cerró, bote el contenido de comida a la basura.

"Eres una maldita basura padre". Pensé

Desde que mi padre nos dejó hemos sufrido en el tema económico. Ni siquiera pasa una manutención para mí. Siempre fui indiferente para mi padre; a él sólo le importa sus "mujeres" y su preciada botella llena de alcohol.

En ese momento lo odiaba con todo mi ser, ahora... no lo sé.

"¡ZAYN!". Me sacó de mis pensamientos la llamada de mi amigo.

Me asomé a la ventana y efectivamente; era Niall.

Le hice una seña, indicándole que iba a bajar.

Tomé mi mochila y mis llaves. Cerré la puerta poniéndole seguro, pues mi madre me dijo que así lo hiciera, aunque no creo que a los ladrones se les ocurra robar en una casa tan precaria.

Vivimos, no, corrección; mi madre vive en el tercer piso de un edificio de departamentos baratos y nada bonitos en Chicago - Illinois, pero que al menos sirve para alimentarte, ver un poco de tele y dormir.

Al llegar abajo, noté que Niall ya estaba de nuevo en su automóvil.

Abrí la puerta del copiloto. "Hola Niall". Saludé sin las ganas de hacerlo.

No tenía ganas para nada.

Ingrese al vehículo, cerrando la puerta.

"Se nota que estas súper animado". Mencionó Niall con su sarcasmo.

"Sólo conduce Horan". Demandé.

El viaje fue rápido y en silencio, gracias a Dios.

Bajé del vehículo y Niall me siguió.

Entramos al colegio y como siempre, Niall y yo invisibles frente a todos.

No tenía amigos aparte de él y no es porque le caiga mal a la clase, sólo que no interactuaba con ninguno ellos, al menos que se llamen James Horan.

Nos dirigimos al salón y tomamos asiento al medio de la clase, como siempre.

Ese día nos tocaba arte.

"¿Y ya me vas enseñar el dibujo? - Preguntó de la nada Niall. Yo lo mire confundido. - El de la chica". ¡Oh!

En ese tiempo, en las últimas semanas me las había pasado dibujando a una chica, la cual había soñado, pero que no recuerdo haber visto nunca, sólo en sueños y se lo conté a Niall. Él quería verlo desde hace mucho, pero yo insistí en que lo vería cuando esté terminado y para buena suerte, lo estaba ese día.

Ahora sé perfectamente quien es esa chica y no lleva por nombre Destiny.

Tomé mi mochila y saqué mi cuaderno de dibujo. Busque el retrato y al encontrarlo, se lo mostré a Niall.

"¡Wuoh! - Logró decir. - Es rubia". Mencionó extrañado.

"Ella es así". Lo es.

"Con ojos azules". Volvió a cuestionar Niall.

"Sí". Respondí obvio.

'¿Qué bicho le pico?' Pensé.

¿Acaso no puedo soñar con una rubia de ojos azules?

Pues si no puedo, que le diga eso a mi inconsciente.

"Bien alumnos, quiero sus trabajos de arte en mi escritorio". Demandó el profesor.

'Pero ¡¿qué?!' Cuestioné.

Noté que todos sacaban con normalidad sus trabajos y caminaban hacia el escritorio del profesor.

Vi a Niall asustado; él sacó su trabajo que era una caja hecha con productos reciclables.

Me observó. "¿Olvidaste tu trabajo?" Me preguntó asombrado.

Asentí.

Eso nunca me pasaba a mí. Bueno, la excepción eran esas últimas malditas semanas y ese día, claro está... ¡Ah! Y después de conocer a Destiny.

Niall tomó mi dibujo, para mostrármelo.

Entendí su punto. "¡Oh no! Ni loco". Me costó mucho como para que termine en manos de mi profesor de arte.

"Pero no hay de otra Zayn". Me dijo el rubio.

Sabía que recuperaría ese trabajo, pues el profesor siempre nos devuelve los trabajos presentados, pero pensar que iba a estar manchado con tinta de un bolígrafo para reflejar la calificación que tendré, me afectaba demasiado.

Soy muy intenso cuando se trata de arte.

"Recuerden que esto representa el %50 de su calificación final". Acotó el profesor.

Era como si el mundo quisiera darme la contra ese día.

No podía desaprobar y mucho menos arte.

'¡Maldita sea!' 

Sin pensarlo más, desglosé la hoja, para después acercarme al escritorio del docente con el retrato y dejarlo allí, junto a los demás trabajos también hechos en papel.

El profesor me observó. "Trajo su trabajo, - Comentó él con una sonrisa. - me alegra que siga siendo cumplido".

Yo asentí pensativo y dudoso.

¿Cómo siempre? Si en los últimos días no lo había sido.

'Lo de mi maldito padre no puede interferir en mis estudios. Soy la esperanza de mi madre, soy lo único que le queda'. Pensé.

Volví a mi asiento, sin no antes escuchar que el profesor me llamó.

"Quisiera hablar después de clases contigo". Pidió él.

Yo asentí sin más, dándole la espalda, volviendo posteriormente a mi lugar.

Me recosté en mi carpeta, escondiendo mi rostro gracias a mis brazos.

"Zayn, - Me sacudió Niall. - ¿estás bien?" Preguntó.

Yo sólo negué con la cabeza aun escondiéndome.

Ese día no podía ser peor... ¿o sí?

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¡Hey! ¡Hola! Aquí Mariela.

¡Bienvenido! Espero que la historia sea de tu agrado y la sigas.

Bueno, te deseo de todo corazón muchas bendiciones y hasta pronto.



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