㉓ Monstruo

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Al día siguiente estaba completamente castigado, pues escapar hasta el otro extremo de la ciudad cuando estás castigado te pone en el ojo de la tormenta de tu madre.

Me hizo preparar toda la maldita mañana cupcakes; ya se deben imaginarme con un delantal rojo de cocina y un gorro alto blanco de chef batiendo a mano en un recipiente transparente el maldito relleno.

Después en la tarde me hizo ofrecerles a cada uno de los vecinos los tan preciados cupcakes.

En la noche pude descansar, acostado en mi cama leyendo uno de los tan preciados ejemplares de mi tía que por cierto leía a escondidas de Des, pues a ella no les gustaban.

Hasta en eso me mandaba... ¡Qué idiota que fui!

Pero para empeorar las cosas entró una llamada de aquella chica rebelde.

"¡Hola mi amor!" Contesté.

Se escuchaba música, como si estuviera en una fiesta.

"¿En serio debes ser demasiado meloso?" Me preguntó algo fastidiada.

"¡Ehm!" No sabía que decir.

Encima que había ignorado en ese momento el comentario muy desafortunado de aquel día anterior, ¿me trataba así?

Tal vez tenía el papel de "malo" y todo ello, pero no dejaba de ser el Zayn cursi que le encantaría engreír a su novia, pero ella no era así, no lo era.

"Sólo olvídalo. - Y así me trataba; mal. Pero yo sólo lo ignoraba. - Oye, estoy en una fiesta y mi chico malo no está aquí, - Pero ella sí podía coquetearme. - así que... ¿puedes venir?"

"¿Si puedo?" Me extrañó su pregunta.

Es que ella no pide, manda.

"¿Sí?" Insistió.

"No lo creo Destiny; me han castigado por lo que hicimos ayer". Le informé.

"¿Y crees que a mí no? Y adivina quién está aquí. - Insinuó.

Me reí.

"Destiny". Me quejé divertido.

"Vienes o vienes, así de simple o sino tendrás problemas con alguien". Amenazó.

Sí, así era ella.

"Bien". Me rendí.

Me las ingenié para salir sin que mi madre me viera. Esperé que se fuera a dormir y así salí muy despacio.

Pero de repente un mensaje, mejor dicho, una imagen llegó a mi celular; Destiny con un chico.

En ese momento me sentía confundido, pero sobre todo con rabia que se reflejaba en mi rostro.

Eso no me había pasado cuando aún era el "Zayn bueno", pero los últimos días me habían dicho muchas cosas de Des que me negué a escuchar, pero frente a pruebas, era una bomba de tiempo que había explotado en ese momento.

Sólo había una cosa en mi cabeza; nadie me va a quitar a Des.

Era enfermo, pero ahora me doy cuenta que sólo era no querer perder a nadie más... No había superado lo de mi padre.

Subí a mi moto y a toda velocidad, llegué a la fiesta.

Había más olor a alcohol que a humo de cigarro y sí que había mucho de él en el aire.

Caminé entre la gente, buscando a mi señorita enamorada.

Pero de repente mi corazón se quebrajó en ese mismo instante; Destiny estaba siendo abrazada por los hombres por un chico del mismo porte que yo.

Apreté mis puños hasta más no poder.

Estaba más que dispuesto a ir a enfrentarlo.

Tal vez estaba exagerando y claro que lo hacía, pero no quería aceptarlo, no cuando estaba a punto de mandar todo al diablo.

No sé por qué me comporté así, pero ya era muy tarde; había tomado del brazo a Destiny fuertemente.

Me vio. "¡¿QUÉ TE OCURRE?!"

"¡No! ¡¿QUÉ TE OCURRE A TI?!" Le grité.

Apreté más su brazo.

"Me estás lastimando". Dijo entre dientes.

"¡¿Y a mí que mi*rda me importa?!" Estaba muy alterado.

Estaba demasiado mortificado frente a todo esto.

Hablaban tan mal de Des que yo me creí todos esos cuentos inconscientemente.

Lo siento Des.

"Suéltame ya". Empezó a tenerme miedo.

Pero lo peor vino:

"¡Te dijo que la soltaras!". Me gritó un chico apartándome de ella.

Pero por reflejo no me quedé de brazos cruzados; mi puño se encontró con su rostro.

Así cayó al suelo.

Totalmente furioso lo vi desde arriba, pero cuando volteó su rostro, me quedé perplejo; era mi rubio amigo, era Niall.

Me asusté.

Niall tocó su labio y sí, estaba herido, pero sobre todo tan sorprendido.

Nunca olvidaré su expresión.

Miré alrededor y me di cuenta como la gente me miraba totalmente impactada.

Por último, observé a Des y así me di aún más cuenta de mi realidad.

Quise consolarla, acariciando su mejilla, pero ella apartó su rostro, mostrándome el miedo interno en su interior a través de sus ojos celestes.

Vi alrededor muy confundido y por última vez, me fui del lugar embalado en mi moto.

Allí fue realmente cuando me di cuenta de que me convertí en un monstruo, en un verdadero y maldito monstruo.

ContaminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora