Sabía que no era algo que me gustara o agradara, pero sabía que debía cambiar por ella, que debía agradarle a ella.
Me encontraba en un mar de emociones y sentimientos que trataban de controlarme, todos al mismo tiempo.
La verdad es que la quería y mucho. Yo la quería en mi vida y por nada del mundo quería perderla, pero no quería perderme, porque aunque en ese momento no veía que podría pasar ello, algo en mí me lo decía, una voz muy lejana y sin fuerza me avisaba lo que se aproximaba, pero lo ignoré, por lo insignificante que era en ese momento.
Al único que escuchaba era a mi corazón y mi corazón me pedía a gritos que la amase, que me entregará a ella, que fuera de Destiny Tomlinson.
Era una idiotez pensar eso y más con una convicción única como la que tenía en ese momento. Pensar en amar a una persona que no conocía completamente no podía ser real, pero era una fuerza inhumana que me atraía hacia ella, que no me dejaba ir y que no tenía pensado hacerlo, así que la titulé amor, pero nunca fue eso, no lo fue.
Salí de la clase y caminé hasta el patio de comidas del exterior, en donde se encontraba el lago.
Quería pensar, quería respirar, quería aclarar mi mundo.
No quería perderla, no quería hacerlo... Tal vez porque así llenaría el vacío que dejó papá o eso es que lo que me dice la psicológica con la que trato hoy.
Yo siento que es así, que me aferré a ella por mi padre, por lo demandante y sobre todo, la fuerza que imponía sobre mí, justo como lo hacía él.
Mi padre siempre me manipuló y Destiny lo hacía también.
Me aferré a un amor tóxico para llenar otro amor tóxico.
Pero en ese entonces, en ese momento, en ese lago yo no lo podía ver, no podía ver nada más que la necesidad de tenerla, de no dejarla ir.
¿Pero qué hacer para que eso no pasé?
Hay muy pocas respuestas por no decir que no había ninguna, mejor dicho, había sólo una; cambiar.
Aunque la palabra suena simple y sencilla, abarca mucho; una serie de cosas que pondrían de cabeza la vida que llevas.
Siempre pensé que cambiar era parte de personas que no se sentían bien con sus vidas y que por ello los cambios, pero la verdad es que no es así.
El cambio es algo que se da a lo largo de la vida, ya sea por las etapas del ciclo vital que pasamos cada uno de nosotros, la percepción que vamos adquiriendo frente a las situaciones de las que somos partícipes y de los diferentes retos que nos tocan enfrentar día a día; unos insignificantes e inconscientes, otros normativos e inusuales y algunos que marcan real y verdaderamente en tu vida.
Yo pensé que sería un cambio normativo, pero inusual; en síntesis, un cambio significativo, pero que no alteraría toda mi vida, todo de mí. Lamentablemente me equivoqué.
A ella le gustan esa clase de chicos con porte de galán malo y atractivo que te la metería una y otra vez sin importarle si te duele no.
Sin embargo, yo no era ese y no lo soy. Yo era romántico por naturaleza; el ramo de flores y los peluches eran lo mío. El mandarte mensajes de texto antes de dormir y al levantarte era mi especialidad. El pasear a tu perro y el podar tu césped era para mí. Las noches no estaban hechas para el sexo, no para mí, para eso están las películas, para verlas hasta muy noche comiendo palomitas. Lo mío es ir a un lindo restaurante y tener una cita agradable. Lo que yo hago es tomar de la mano y llevarla con orgullo por la calle, siendo capaz de decirle a todo el mundo que estoy con esa mujer y que no hay nada más hermoso en este mundo que tomar su mano. Besarla bajo la luna y la lluvia es algo con lo que sueño. Hacerla reír hasta que sienta sus mejillas entumecidas y si mis chistes no funcionan, hacerle cosquillas hasta que termine tendida en la sala regulando su respiración y su risa a mi lado. Abrazarla mientras dormimos o sólo cuando tenga oportunidad de hacerlo. Ayudarla en hacer su tarea o con sus quehaceres. Comprarle algo bonito, algo que anhele y así pueda ver en primera fila su fina sonrisa. Decirle cuanto la amo hasta que se harté y demostrárselo sin descanso alguno. Llevarla a mi casa y que mi madre este feliz de tenerla allí, y que yo vaya a su casa y sus padres me puedan decirme hijo. Tomarnos fotos una y otra vez para enmarcarlas en lindos portarretratos o que sólo se exhiban en nuestros protectores de pantalla de nuestros teléfonos móviles o en nuestros computadores. Cantarle y dedicarnos canciones de amor. Cocinar juntos. Ir de comprar juntos. Llevarla a lugares maravillosos, lugares que no haya visto jamás. Pero sobre todo amarla y respetarla porque sé que se lo merecía, porque ella lo haría también.
Pero ella no lo quiso.
Ella quería a un hombre que tomara y fumara. Que saliera a fiestas cada fin de semana. Que se escape de clases con ella y que tuviera en su libreta de notas una mala calificación en comportamiento. Quería que todo el tiempo suene desenfadado y nada preocupado por la vida o el futuro. Quería que tomara un vehículo y que la alejara de la desgracia de la que era parte, de lo que era ya su vida. Quería que la alejara de dolor con otro tipo de dolor que se sentía placentero y totalmente excitante, pero que al fin y al cabo era veneno escondido en chocolate. Quería que la llevase por lugares en los que fácilmente podríamos perdernos, en donde seguramente nadie nos encontraría, en donde seguramente si terminábamos perdidos, nadie nos buscaría. Quería que el amor que le dan sea enfocado en algo más carnal que sentimental, porque ella no quería involucrar sentimientos, no quería involucrar su corazón, no quería caer en el hoyo del amor, no quería enamorarse de verdad, simple y llanamente porque no quería sufrir.
El concepto frágil y frío que tenia del amor era que si tú das amor también estás autorizando que la persona que tiene tu amor te dañe, te lastime, te haga sufrir.
Pero ella estuvo muy equivocada y ahora lo da mejor que yo, porque el amor es respecto, afecto, cariño, protección y felicidad, bienestar en general y aunque van a ver episodios amargos por la imperfección de ser humanos, eso no quiere decir que lo tenga que ser todo el tiempo.
Cuando esa persona te daña una y otra vez, no puedes decir que te ama, al menos que tenga algo en su cabeza o corazón que impide que te amé completamente y no me refiero a la violencia, me refiero a esas personas que no desarrollaron su lado afectivo, que los impide darte un abrazo o expresar su amor abiertamente. Creo que hay caso especiales, pero siempre hay una solución para todo y si de verdad esa persona dice amarte, cambiará, pero no de la forma que tú quieres, sino de la forma que le hará bien a él y a ti, que lo llevará al pleno del amor, porque debemos recordar que el amor hace maravillas, que el amor es infinito y no dañino como lo que tuvimos ella y yo.
Sin embargo, fue muy tarde; ya había cambiado.
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Contaminado
Fanfiction"Tener una vida normal, ser considerado como otros, ser el chico callado de la clase siempre me dio lo mismo, pero cuando la vi entrar allí, a la clase de química, supe que debía ser diferente, diferente para ella. Sin darme cuenta, resulte contamin...