② La charla

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La clase pasaba con normalidad, sin nada de sorprendente. Lo único que llamó mi atención fue el arte en la época renacentista; pinturas hechas para los templos religiosos de aquella época, el utilizar la luz, la figura humana, la importancia del color, la sensibilidad, la perspectiva y la composición en las pinturas y el surgimiento de admirables artistas como Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel.

Quisiera ser un gran artista.

La campana sonó y eso indicó el receso. Tenía hambre.

"¿Vamos?" Preguntó el rubio chico.

Me reí mentalmente. "Vamos".

¿Con quién más iría?

Por cierto, la verdad es que Niall no es rubio natural. Se tiño el cabello porque yo lo rete.

Estábamos en mi casa jugando a "Reto o Verdad" y justo mi madre me había comentado que había comprado un tinte rubio para realizarse un "cambio de look", un intento fallido más de mi madre por querer recuperar al hombre que me engendró. Sin embargo, nunca se llegó a teñir, así que el tinte aun reposaba intacto en un cajón de nuestro baño.

Cuando le tocó a Niall su turno, este pidió reto y pues recordé tal tinte y así se hizo rubio. Le gustó como le quedó y se lo quedó. Ahora se aplica tinte rubio cada dos meses... o eso es lo que yo sé, porque ya no somos más amigos.

Aun me sorprende que nuestros compañeros no se hayan burlado de él por el hecho de utilizar tinte, pues lo conocen desde que era morocho ¿Será por qué le queda muy bien?

Niall y yo salimos.

"¡Zayn!" Lo que me faltaba.

Volteé; era el profesor.

Claro, "la charla".

"Te espero en el comedor". Me susurró Niall.

Yo asentí.

Niall salió del salón.

Miré al profesor y éste con un gesto, me invitó a sentarme en la primera carpeta que da vista a su escritorio.

Yo obedecí.

"Bien Zayn, te preguntarás por qué estás aquí. - Era muy obvio; mis calificaciones. - El director no quiso que hablara contigo sobre lo que estoy a punto de comentarte, pero como mi deber de educador, no puedo permitir que se te oculten cosas; tu madre ya está enterada de tus bajas calificaciones - '¡¿Qué?!' - y nos informó que vendrá a la hora de salida".

'¡No, no y no!' Pensé.

Se supone que eso lo iba a resolver por mi cuenta. Sólo quería que mi madre se enfoque en sus cosas, no en las mías. Tenía tantos problemas como para que sume una más a su lista.

"Zayn, has sido uno de los alumnos más destacados de esta secundaria junto a Niall y lo único que queremos es que lo sigas siendo. - Y yo lo deseaba más, no saben cuánto. - El director me dijo que te diera esto. - Me alcanza una nota, en la cual dice: "Psicóloga de la Inst..." '¿Es en serio? Sí querían preocupar más a mi madre, pues ya lo hicieron' Pensé. - Ve después del receso, te hará bien hablar con ella".

'Sí, con una desconocida ¡Yupi!'

No es que tenga nada en contra de los psicólogos, pero no me encanta la idea de contarle a una persona que no conozco cosas tan intimas y personales. Ni siquiera tengo la suficiente confianza como para hacerlo con los seres a los que les tengo confianza.

Me levanté del asiento, guardando el papel en mi bolsillo, para después estrecharle la mano al profesor y salir directamente con destino al comedor.

Allí encontré a Niall con la mirada; estaba en la barra hablando con la cocinera, tal vez convenciéndola de que le doble la ración. Típico de Niall.

Me acerqué a la barra. El rubio tenía una expresión triste.

"No lo conseguiste". Afirmé.

"Pero mañana será otro día y Carmen me dará lo que pido". Ese era Niall; siempre tan optimista y más cuando se trataba de comida.

Sacudí mi cabeza riéndome.

Lo extraño.

Tomé de la barra un pastel de chocolate con un jugo de uva y lo coloqué en mi bandeja.

Caminamos hasta las mesas del jardín. Nos gustaba comer en el exterior, pero sobre todo, para ver a las porristas practicar.

Sí, éramos unos chicos anhelando novias rubias.

"¡Perfecto!" Exclamé viendo nuestro sitio favorito; una mesa cerca al pequeño lago, el cual se hizo gracias al capricho de la inspectora, y que reposaba a la sombra del grande sauce a su costado.

Caminamos hasta allá, pero para sorpresa nuestra, una pareja tomó asiento en ésta.

Era muy perfecto para ser real.

"Creo que debemos ir adentro". Sugirió Niall, pues ya no había más mesas afuera.

"Pero... "Podemos sentarnos en el pasto. - Dije. Niall me miró extrañado. - Sí Niall, ¿o te quieres perder la práctica de las porristas?"

Y como me lo imagine, Niall ya estaba sentado en el césped.

Yo sólo me empecé a reír.

Al calmarme, me siento a su lado, poniendo el sorbete en mi bebida de uva. Empecé a tomarla.

Vi a Niall y noté que miraba a la pareja que nos robó nuestro lugar. Eran tan melosos.

"Rubio, - Lo llamé. - Niall, - No me hacía caso. - Nialler".

"¡Ah!" "¡Por fin!"

"¿Qué pasa hombre? Estabas perdido". Comenté.

Me miró. "¿No lo has pensado?"

"¿Mhm?"

"¿Qué cosa?"

"El tener una novia".

"¿Para tener más problemas? No, gracias". Tomé otro sorbo de mi jugo.

"No, te hablo enserio Zayn". Renegó.

"Yo también. Las chicas son seres totalmente impredecibles; si piensas que algo está bien, para ellas está mal como a veces puede estar bien. Nunca se sabe". Son enigmas puros.

"Zayn, pero ¿no has sentido esa sensación de querer compartir tu amor con otra persona, de abrazarla y besarla sin descanso, de decirle cuanto la amas, de que ella sonría con sólo tenerte a su lado, de que la dibujes, de que veas sus ojos brillar en el atardecer, de desearle buenas noches a través del celular y soñar con ella otra noche más?" Terminó.

Miré a Niall. "Creo que alguien ha estado viendo muchas novelas junto a su mamá".

Sí, Niall era un novelero empedernido.

"¡Oh! ¡Vamos Zayn! Soy tu mejor amigo, casi hermanos, te conozco. Es obvio que has pensado en algo así alguna vez en tu vida".

Y no se equivocaba, aunque no era con la intensidad de él.

"Sí, pero... la verdad es que es en lo último que pensaría ahora". En lo último... en ese momento, porque ahora tengo una novia hermosa a mi lado.

"Sí, lo sé". Dijo cabizbajo.

Él sabe lo que es un divorcio, pues sus padres también eran divorciados.

"Pero tú si piensas en ello, ¿no?" Pregunté. Lo veía tan ilusionado.

"La verdad es que sí". Lo admitió.

"Tranquilo Niall, - Palmeé su espalda. - llegará. Pero recuerda algo; el amor no se busca, sólo llega". Y debes estar atento y preparado para cuando llegue.

ContaminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora