⑥ La chica mala

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¿Jugar con el corazón de una chica? Creo que hay una razón por la que a los hombres no nos permiten jugar con muñecas y está muy claro el mensaje. Nunca se me pasaría por la mente jugar con amor, hasta que apareció ella.

Era lunes y como siempre Niall y yo sentados al medio del salón en la última clase del día preguntándonos que teoría grandiosa íbamos a descubrir hoy en química. Sí, éramos algo nerds.

Tomé mi cuaderno y empecé a realizar garabatos en este, hasta que el docente saliera del baño.

"Zayn". Golpeó Niall mi hombro en forma de llamado.

Y de repente pasó; me tope con el destino... Mejor dicho; Destiny Tomlinson.

Una blanquiñosa muchacha de ojos azules había capturado todo mi campo visual, como si todo en mi alrededor se desvanecería y ella se apoderara de todos mis atentos sentidos. Una chica dark de vestimenta negra; con una camiseta de Nirvana, unos short de negros desgastados que combinaban con esas pantis negras algo transparentes que abrazan con sensualidad sus piernas largas y para terminar, sus botas punk totalmente negras. Con el ceño fruncido y pérdida en el mundo; así la recuerdo.

Entró al salón la chica nueva que mencionó el profesor que vendría. Ella aún no se dio cuenta de mi existencia en ese momento, pero lo único que me importaba era el yo tener los ojos abiertos para ella.

Forzándome a ver a mi amigo, lo hice y aunque él también la veía como yo, en ese entonces me importó muy poco, ya que mi mundo lo había acaparado ella sentándose en la carpeta vacía que se encontraba al costado de la mía. Me sentía el hombre más afortunado cuando lo hizo.

Nunca supe cuanto ella iba a marcar mi vida, de la manera en la que iba a traer amor, pero al precio del sufrimiento y el dolor. Sin embargo, no parecía que esto iba a terminar tan mal, pero no puedo negar que el proceso para llegar a la cima del volcán fue una de las experiencias más increíbles que nunca olvidaré.

Recuerdo que miraba al frente como para no verla, porque sabía que me perdería en sus ojos sin ningún problema.

Tal vez tenía miedo a enamorarme... Debí seguir teniéndolo.

"Hola".

Pero al parecer el destino tenía otros planes para mí, para nosotros.

Cerré los ojos, suspiré calmadamente, para armarme de valor y al fin poder verla a los ojos, ver a profundidad esos ojos azules.

"Hola ¿Qué hay?". Quise sonar casual.

"¿En serio? ¿Qué hay?" Me mostró ese tono de voz totalmente sátiro que no sabía que amaría más tarde.

Me sentía tan idiota por ridiculizarme delante ella... y lo era.

"Lo lamento". Es lo único que se me ocurrió decir en ese momento.

"¡Awww! ¡Coshita!" Mencionó ella como si le estuviera hablando a un niño.

Creo que me había sonrojado.

La dejé de mirar y me enfoqué al frente.

"¡Oh! Creo que alguien se resintió". Menciono aniñadamente.

Me removí de mi asiento algo incómodo; no me estaba gustando que se burlara de mí.

"Bien, bien. Ya me di cuenta que tú no juegas rudo". Dijo tratando de aligerar el ambiente pesado que se había empezado a formar alrededor de nosotros.

Yo seguía con la vista fija al frente.

"¡Hey! Mi nombre es Destiny, - Y así estiró su mano frente a mi cara. - Destiny Tomlinson". Terminó.

Miré su mano, siguiendo el recorrido de donde ésta pertenece y así me encontré otra vez con aquella chica que me quitaría el sueño posteriormente.

La tome. "Zayn, Zayn Malik".

Y así empezó prácticamente la historia de 'La fragancia de Dolche Vique' en la vida real.

Nos pasamos toda la clase hablando y no prestándole ni un poco de atención al pobre del profesor, quien nos llamaba la atención de vez en cuando, pero aún así no obedecíamos.

Era la primera vez que me distraía en clases sin que necesariamente pensara en papá, así que supuse que Destiny era algo bueno para mí... Que equivocado estaba.

Sonó la campana y así supimos que esto había acabado.

Empecé a entrar en pánico; no quería que se vaya.

"Oye Malik, - Al parecer así me llamaría de ahora en adelante... y no me equivoqué. - Me dijiste que entendías eso de historia, ¿crees que puedas ayudarme con eso?"

Juro que iba a saltar de mi escritorio e iba a decir un rotundo 'sí', pero la realidad golpeó fuerte... como siempre.

"¡Ehm! Me encantaría, pero tengo... que salir con alguien". Recuerdo que casi meto la pata, pues iba a decir que tenía una cita.

Esa mañana llamé a Cassandra y le pedí para salir después de mis clases.

"¡Oh! Ya entiendo. Es comprensible, debes estar acostumbrado". Dijo.

"¿Qué? ¿A qué te refieres?" No entendía.

Pero lo que vino se puso mejor.

"A tener citas. - Me respondió. - Eres demasiado guapo ¿Es que acaso no te has visto en un espejo?"

La verdad es que nunca me he considerado ni guapo ni feo, así que ese comentario me sorprendió.

"¿Guapo?" Cuestioné.

"Yo diría... candente".

Pero ese comentario me noqueó.

Me quedé mudo.

"Divierte Malik".

Y así se abrió paso hacia la salida,... pero algo me decía que eso no sería el final y no fue por el tono de voz pícaro que puso al momento de despedirse, sino que algo dentro de mí aseguraba que esto no iba a terminar... y no me equivoqué.

ContaminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora