Capítulo 1.

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Hoy, no era un día normal.

No era un día como los que suelo tener. Hoy ya por fin había logrado completar mi meta, hoy por fin inauguraba mi centro odontológico, y lo mejor de todo, es que era mío.

Con esfuerzo y con ayuda de mis padres pude al fin hacer este sueño realidad.

Hace una semana ya había repartido volantes con el anuncio de mi centro odontológico, además tenía un veinte por ciento de descuento solo por hoy. ¿Quien iba a dejar y esa oportunidad? Digo, un veinte por ciento en tratamiento por un día, es bueno. Mas que bueno. Con las cosas como están dudo que lo piensen mucho, así que sería una muy buena propaganda.

Personas ya hacían fuera de mi consultorio, aparte de mi familia y mis amigos. Todos estaban emocionados, no tanto como yo pero sabían cuan importante era esto para mi.

Afuera estaba Miguel Ángel, un amigo que no veía desde que empecé la universidad, o sea, hace como 5 años. Anoche le había mandado un mensaje invitándolo y él aceptó.

—Ya es hora, _____ —Kate me sacó de mis pensamientos.

Ella era mi "secretaria " por así decirlo, se encargará de las citas de los pacientes, llamadas y cosas por el estilo.

Yo asentí y abrí las puertas. Todos me miraron, yo nerviosamente les dediqué una sonrisa de "Gracias por venir, no me dejaron sola en este momento. Es un avance ". Habían al rededor de 50 personas, entre ellos mis padres, mis hermanos, y mis amigos. Eran como cuarenta desconocidos. ¡Genial!, mas feliz no puedo estar.

(...)

Luego de dar un pequeño discurso, que por cierto no sé ni que dije porque los nervios me dominaron. No era raro en mi, sufro pánico escénico. Atendí a las personas, unas iban para limpieza, otros por picaduras de dientes, y así. En total atendí a unas treinta y cinco personas.

Obviamente, mañana no atenderé a tantas, mas o menos unas diez.. espero.

— Hija -habló mi madre desde la pequeña sala de espera -No sabes lo orgullosa que estoy de ti -me abrazó. Yo le correspondí con una sonrisa- No solo yo, tu papá, Kevin y Max-—Me abrazó aun mas fuerte. Kevin es mi hermano mayor, tiene treinta años, es doctor y muy bueno. Max es mi hermano menor, tiene quince años y como suelen llamarlo sus amigos es un "idiota, friki rompe corazones", algo estúpido pero cierto.

—Gracias por haber venido, mami —Me solté de su agarre, si fuese por ella, pasaríamos horas así —.Sabes lo importante que es para mi esto.

Papá se acercó a mi y me abrazó, luego mi Kevin con una sonrisa me dijo que me quería y que estaba orgulloso de mi.

Entre besos y abrazos y "estoy orgulloso/a de ti", mis padres y mis amigos se fueron. Solo quedó Miguel Ángel.

Me acerqué a el con una sonrisa y lo abracé, él alegremente me abrazó tambien. Es tan mono, no cambia.

—Dios, tanto tiempo sin verte Miguel —Terminé el abrazo.

—Unos cinco años, eh —Me palmeó el brazo—.Me alegro que hayas conseguido esto, se cuanto lo querías. —sonrió.

—Demasiado, Miguel.

—No me digas Miguel. —entrecerró los ojos, me causó gracia y solté una risita— Mangel, para los amigos —asentí.

—Mangel— sonreí—. Bien, ¿quieres una limpieza o qué?

—Bueno, la verdad no vine a eso, pero hay que aprovechar el descuento —Él rió y le seguí la risa. Tenía razón, nadie en su sano juicio ignora el descuento, además, no es por presumir, pero siempre trato de dejar al cliente satisfecho.

Juntos »Rubius.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora