Capítulo 5.

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—¿Y si te propone matrimonio aceptas? —me acomodé en mi cama. Eva estaba a un lado.

Ella negó con la cabeza un poco entristecida.

—¿Por qué? —Podría jurar  que su respuesta era un sí, pero me equivoqué.

Ella se volteó para mirarme y en su mirada se notaba todo.

—Pues porque.. él no quiere hacerlo, ya sabes. Dice que estamos jóvenes y tal, y es verdad. —Suspiró— . Pero...

—¿Pero...?—La alenté a que siguiera.

—Pero en un futuro tampoco planea hacerlo, su mamá también apoya la idea no hacerlo. —Finalizó.

—Entiendo... —bebí un poco de vino de mi copa. —¿Te llevas bien con ella? 

Pregunté nuevamente y ella negó con la cabeza.

—Osea, sí. Pero no muy bien, es decir; mi madre se lleva fenomenal con Alejandro y a mi eso me hace feliz, yo trato y trato de mejorar nuestro trato pero la señora suegra no coopera. 

—Ya.—Suspiré—. Supongo que así son las suegras.

Reímos y bebimos más vino.

Nos encontrábamos en mi departamento. Luego de la salida que tuvimos hace horas, le propuse a Eva venir a mi departamento y hablar, ella , como verán, aceptó. Iba a quedarse a dormir también.

—La ultima vez que tuve una fue hace dos años. —Reí y empecé mi historia, ella me miraba sonriendo—. Mi ex, Wilson —Reí nuevamente. Creo que el vino estaba haciendo efecto ya—.   Era un buen chico y toda la cosa, me llevó a conocer a sus padres y ¡PUM!, la cagué literalmente —Ella comenzó a reír fuertemente.

—¿P-por qué?.— Dijo apenas recobrando el aliento.

—Pues porque no sé que cosa le echaron a la comida y me dio diarrea al instante.—Ella trató de conterer las risas.

—¿Estás bromeando verdad?.—Claro que no, no lo hacía.

—¡No! — reí—. Es cierto.

—¿Y qué sucedió luego?.—Esta vez me miró atenta y seria.

—Pedí el baño, y fui y bueno pues... —Hice un gesto con las manos y ella entendió—. Y cuando acabé, no había papel higiénico.— ella se tapó la boca tratando de mantener la risa—. Te juro que sentí que moriría. Por suerte tenía mi teléfono y le mandé un mensaje a Wilson -reí y tome más vino—. Él corrió escaleras arriba y me trajo papel. Te juro que no he pasado tanta pena como la de ese día.—Ella reía sin parar—. Le pedí disculpa por todo y él solo reía que no importaba que eso a cualquiera le pasaba. — sonreí al recordar viejos tiempos—. Wilson era un gran chico.

—¿Sabes?— se limpió las lagrimas de la risa.— Rubén tiene un gato que se llama Wilson

—¿Estás bromeando? —La miré seriamente.

—¡No!, lo juro.—Por eso me he muerto de la risa cuando dijiste Wilson. Me he imaginado un gato con cuerpo de hombre subiendo escaleras con un papel higiénico en su mano. 

Y estallamos en risa. 

¿Quien le pondría ese nombre a un gato?, ah sí, él.

¿Quien lo imaginaría?, mi ex se llama igual que el gato de Rubén. 

En eso me llegó un mensaje. El móvil estaba en la mesita de noche que estaba del lado izquierdo donde estaba Eva, ella lo alcanzó y me lo dio.

Era de Whatsapp, lo abrí y decía; <Hola, preciosa. Soy Rubén> 

Eva que estaba al lado mío comenzó a saltar, también había visto el mensaje.

LE GUSTAS, LE GUSTAS .—Comenzó a cantar. Yo negué con la cabeza, ¡que inmadura, Dios!.


—¿Tu crees?.— Pregunté dudosa. 

—¡Si, tonta!.— sonrió , se sentó y me tomó de las manos.— Yo lo conozco, no tanto, pero si. Y eso me hace llegar a la conclusión de que le gustas. —   yo miré a otro lado y aparté mis manos de las suyas—. Además, he visto como se miran. Podría jurar, que no solo Rubén es el de los sentimientos . — la miré y me guiño el ojo.

Tomé la botella de vino y bebí todo lo que quedaba.

—No.— Respondí.

—¿No qué?.— preguntó.

Si, ¿"no", qué? . Ni yo misma me entendía.




Juntos »Rubius.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora