Capítulo 10.

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El ambiente nunca estuvo tenso o algo así y eso lo hacía perfecto, según yo.

No dejábamos de reír, pues tanto como Rubén y yo hacíamos chistes/bromas sobre todo.

Ya llevábamos al rededor de una hora, hasta habíamos comido.

Rubén sacó de no sé donde , una comida muy deliciosa.

Y no sabia porque me había tapado los ojos nuevamente.

No entendía eso de "taparme para no ver nada". Pero bueno.

—¿Entonces si es verdad que no haz visto ninguno de mis vídeos?— reí nerviosamente, era verdad no le mentía.

—Si, créeme. — solo dije eso, el me miró en plan "No te creo pero , ok" —.   Es que en serio, no los he visto. Yo tengo una agenda muy ocupada y no ando viendo mucho las redes sociales o la televisión. Pero, estoy segura que ya pronto los veré y conoceré esa faceta de ti.

Él sonrió, tenía una sonrisa muy bonita.

— Y también admito que no he jugado ningún juego de esos que juegas tu. Solamente los sim's y Geometry Dash. —  saqué mi teléfono de mi pequeña cartera de mano, lo desbloqueé y le mostré la app de Geometry Dahs, donde tenía todos los niveles pasados.

—Vaya, eres una pro en eso. — abrió los ojos un poco.

—¿Que es pro?

— Profesional.

— Ah ya... —Rubén me miraba un poco extrañado, pero era de bonita forma — Si, ya sé que no sé nada de esas cosas y tal, y que también parezco una simio o algo por el estilo, pero no me veas así. Me pones nerviosa.

Se rió un poco e hizo un gesto en plan, "¡Ya sé!"— Puedo enseñarte a jugar, algún día, en mi casa.

Yo asentí, sería genial hacerlo.

Es decir, es bueno tener otros temas de que hablar aparte de temas aburridos como trabajo o estudios, eso que me propuso Rubén, había molado muchísimo.

Al menos para mi.

— ¿Cuando?— pregunté.

— ¿Hoy?— Respondió dudoso.

—Vale, aun está temprano.—le sonreí.

Bebimos un poco más de champaña , que por cierto no sé si lo dije, y si lo dije no importa, lo vuelvo a decir; Estaba, DI-VI-NA.

Antes de pararme de mi silla, Rubén vuelve a taparme los ojos.

Ya esto comenzaba a molestar.

O sea, ¿por qué?, no entiendo nada.

(...)

Rubén ya había parqueado al frente de su apartamento y bajamos del auto.

Ya obviamente no tenia la venda en mis ojos.

Estúpida venda.

(...)

— ¡Y este es mi humilde hogar!— abrió sus brazos haciendo el gesto de " ¡Tadaaa!".

Yo reí amargadamente.-Ya había venido por aquí.

—¿Que ? ¿Cuando?

Me miró confundido.

—El día del bar, te tuve que traer.

Él asintió, no quise tomar el tema de que también me había invitado quedarme y pues.. ya no tenia importancia, ya era pasado.

— Dime que no canté la de los tractores.— se adentró al departamento y luego se sentó en el sofá. Yo le seguí.

Juntos »Rubius.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora