Capítulo 23.

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*En galería Luke Hemmings*

El viento helado cala mis huesos y trato de aferrarme a mi viejo suéter para sentir algo de calor en mi cuerpo. El sombrío y silencioso ambiente del aparcamiento se ve interrumpido por nuestros tensionados y lentos pasos.

Observo a Christopher, quien está a mi lado, por el rabillo del ojo y noto como su cuerpo irradia tensión y peligro al mismo tiempo, sus manos se aferran a los bolsillos de su chamarra tratando de buscar calor en ella; pero en su lugar saca de ellos un gorro de lana color negro y se apresura a ponerlo de manera descuidada en su desarreglado cabello.
Suelto un suspiro frustrado cuando noto que hemos encontrado su auto.
Volteo para encararlo y lo sorprendo mirándome, sus ojos cafés oscurecidos varios tonos me observan de manera cautelosa a la espera de mi próximo movimiento y entonces tiendo mi mano en dirección a él y su ceño se frunce.

-Las llaves del auto- él duda unos instantes pero luego cede y las saca del bolsillo trasero de sus vaqueros y me las da. Asiento y trepo al asiento del conductor.

Él se apresura y sube de igual manera al auto, suelto un suspiro entrecortado y mi pecho duele debido a la tensión que está presente en estos momentos pero sin dar más vueltas, hago rugir el motor del auto y salir de allí.

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Aparco el auto en el edificio donde reside Christopher, el ambiente se hace más tenso de lo que era hace unos momentos; en todo el camino no rompimos el silencio sino era para que me diera las simples indicaciones para llegar a su apartamento. No sé ni que estaba pensando en el momento que dije que lo traería, es patético el hecho de que yo esté haciendo este tipo de cosas cuando ni siquiera he aclarado que es lo que realmente es bueno para mí...

-Gracias- sus palabras hacen que salga bruscamente de mis cavilaciones, me volteo para encararlo y nuestras miradas se cruzan. Asiento mientras le sonrío y aparto rápidamente mi mirada de él.

Lo mejor es que regrese a casa lo más pronto posible antes de que Valen llegue y no me encuentre y me siga buscando por toda la ciudad. Decido llamar a Jev para avisarle donde me encuentro y con la intención de que él pueda llevarme de vuelta; busco en los bolsillos de mis vaqueros el celular pero no lo hallo. Trago duro y mi cuerpo se tensa; no sé que haré para volver a casa. La única solución sería...

- P-podrías prestarme tu celular- digo en un susurro entrecortado y quiero golpearme por sonar tan vulnerable.

- Él me mira y asiente- Claro, pero deje mi celular adentro, tendríamos que ir por él.- mi cuerpo se tensa debido a sus palabras y los nervios se apoderan de mí.

Asiento debido a que no confío en mi voz en estos momentos. Él sale del auto señalándome que también salga. Bajo del auto y veo como se dirige hasta la recepción del edificio; lo sigo y observo cada detalle del vestíbulo, las blancas paredes y la excelente iluminación hace que el lugar sea muy agradable.

Christopher saluda al chico tras el mostrador del edificio y él asiente con una sonrisa amable. Caminamos hasta las escaleras y nos encaminamos hasta su piso.

Una vez en el piso, rebusca en el bolsillo trasero de su vaquero, y quita el cerrojo, la puerta se abre, pero no entra; se limita a mirarme fijamente. Espera que entre a su casa y yo no sé como sentirme ante esta situación.

Hace un gesto con la cabeza para indicarme que entre, así que avanzo con vacilación y mi corazón ruge contra mis costillas y mis manos tiemblan debido a los nervios que se apoderan de mí.

La puerta se cierra una vez que los dos estamos adentro, pero no me atrevo a moverme. Mi mirada recorre la estancia y noto que la alfombra que cubre el suelo, es de color azul grisáceo, y los sillones son de piel; la mesa de centro de la sala es de madera, y hay un mueble donde descansa una televisión y una consola de videojuegos.

Enamorada del chico problema Donde viven las historias. Descúbrelo ahora