Capítulo 28.

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Abrazo a Luci por última vez antes de que se vaya para Argentina. Me separo de ella despacio y la tristeza se apodera de su rostro, trato de mostrarle mi mejor sonrisa.

- Nos veremos muy pronto Luci, así será- digo y ella asiente en una media sonrisa triste.

- Cuídate mucho Denell- pide y asiento con una sonrisa y dirige su vista sobre Chris- Cuídala mucho Christopher- Chris, quien está a mi lado, asiente con una sonrisa y toma mi mano- Adiós Denell.

- Adiós Luci- le sonrío por última vez durante mucho tiempo y ella se aleja. La mano de Chris me acoge y volteo mi vista hacia él, me medio sonríe y me abraza.

Su aroma varonil inunda mis fosas nasales y cierro los ojos sintiéndome tranquila entre sus brazos. Se separa suavemente de mí y me mira a los ojos y planta un beso en la comisura de mis labios.

- Vamos a casa, princesa- susurra muy cerca de mis labios y me tira suavemente hasta la salida del aeropuerto.

Caminamos por todo el aeropuerto tomados de la mano y el ambiente que nos envuelve es silencioso y ninguno de los dos se atreve a interrumpirlo. La corriente de pensamientos que se apodera de mi cabeza me torturan, sé que debo aclarar muchas cosas sobre el extraño caso de mi papá y Jefferson Doson y que tarde o temprano debo resolver todo eso ya que no me he atrevido llamar a mis padres para que sean ellos mismos quienes me aclaren toda ésta situación pero aún no quiero saber absolutamente nada de mi padre, no después de mentirme todo éste tiempo. Mi pecho arde y el mar de sentimientos que me aborda no me deja tranquila, mi único polo a tierra es la mano del chico que me sostiene del cual estoy realmente y locamente enamorada. Noto como sus facciones están tranquilas cuando volteo a mirarlo, los rastros de barba que hay en su rostro lo hacen ver jodidamente irresistible y la manera en la que sus labios forman una línea recta hace que mi garganta arda debido a lo que estoy a punto de decir.

Él se detiene en el momento en que nos topamos con su auto, aferro mi mano más a él y se voltea para mirarme detenidamente mientras fruñe su ceño debido a mi acción. Noto como mis facciones cambian al instante y de repente estoy ansiosa por el impacto que puedan causar las palabras que diré. Alejo mi mano suavemente de la de él y la línea recta que forman sus labios es aún más pronunciada que la anterior. Suelto un suspiro frustrado y siento como mi pecho arde y las palabras duelen en mi garganta, él me mira a la espera de que diga alguna palabra, lo miro fijamente y sus ojos cafés me miran expectantes, inhalo hondo y con gran dificultad logro pronunciar algo- I-iré a la casa de Jefferson Doson- mi voz es insegura y él de inmediato me mira estupefacto, así como yo él no cree lo que le estoy diciendo. Él alza su ceja incrédulo a la espera que diga que todo es una broma y que sólo quiero irme con él a casa y recuperar todo el tiempo a su lado... pero no, no puedo hacerlo cuando las dudas invaden mi alma.

Él sigue esperando que me retracte de lo que he dicho, pero no lo haré. Como si hubiese leído mi mente, frunce el ceño y me mira con intensidad; él no está de acuerdo con eso- ¿De verdad Sofia? ¡¿Después de todo lo que ha pasado quieres ir a ver a ese idiota?! A ésta parte de la historia le falta coherencia- declara con el enojo filtrándose en cada una de sus palabras. Suelto su mano y lo miro incrédula, ¡él realmente ni sabe por lo que estoy pasando!

- No sabes nada Christopher, no sabes las dudas que me abarcan y que no me dejan tranquila- declaro enojada y a la vez dudosa- ¡Es mi padre!, ¡¿no alcanzas a dimensionar cómo me sentí cuando me entere de la verdad?! ¡Me destrozo!- digo mientras siento como me derrumbo con cada palabra que pronuncio, él me mira arrepentido y siento como las lágrimas rápidamente invaden mis ojos, hago todo lo que puedo y logro retenerlas en mí por un poco más de tiempo. Él trata de acercarse a mí pero no lo dejo, aún no. Inhalo y suelto un suspiro entrecortado en el que los dos podemos notar como está cargado de sentimiento- Es mi padre Christopher, es en el único hombre en el que creía ciegamente, que pensaba que jamás pudiera hacer éste tipo de cosas, que...- y mi voz se quiebra y siento que puedo caer en cualquier momento. Unos fuertes brazos me sostienen y me aferran haciendo que mi cabeza choque contra su pecho y repose su cabeza en el espacio entre mi cuello y mi hombro, mis fosas nasales perciben su familiar olor a menta, colonia y pequeños rastros de tabaco. Lleno mis fosas nasales una y otra vez del olor que logra embriagarme en pocos segundos y cierro mis ojos con fuerza debido a lo tranquila que me hace sentir a pesar de la oscuridad que pueda estar atravesando.

Enamorada del chico problema Donde viven las historias. Descúbrelo ahora