- Te amo como nadie logrará hacerlo nunca, porque este chico problema te entrego su alma a pesar de lo roto que podía estar.
- Te amo como nadie lo hizo jamás, porque esta chica te entrego su alma sin pensar en cuán rota podía terminar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Chris?- susurro a la oscuridad con la esperanza de escuchar alguna respuesta, mi cuerpo está sufriendo las consecuencias del frío que invade el lugar donde estoy. Mi cuerpo está temblando y no tengo conocimiento sobre donde estoy, el aire es denso y esto hace que respirar sea realmente complicado. El peso asfixiante que presiona mi pecho es agotador y siento la necesidad de encontrar rápido a Christopher, lo necesito irremediablemente. Mis pies pesan pero aun así me obligo a caminar mientras froto mis manos tratando de encontrar calor.
- Pequeña- murmura una voz ronca en respuesta y levanto mi rostro buscando, en algún lugar, el cuerpo de mi chico. Mi pulso cardiaco aumenta desmedidamente y trato de caminar rápido por medio del lugar, pero cada vez se siente más difícil.- Amor, acá estoy.
- Chris- murmuro desesperada y siento como unos fuertes brazos me rodean por atrás haciendo que todo el frío y miedo que sentía hace apenas unos instantes, desaparezca.
La opresión en mi pecho desaparece y una tranquilidad enfermiza me invade haciendo que suelte un suspiro. Me volteo despacio y allí está, alto e imponente como siempre, su torso cubierto por una camiseta blanca y una hermosa chamarra negra de cuero la cubre. Subo con cuidado mi rostro al suyo encontrándome con pequeños rastros de barba y una jovial sonrisa adorna sus perfectos y deseables labios. Una de sus manos se posa cautelosamente en mi barbilla, obligándome a que lo mire a los ojos. Sus cafés aún contienen ese brillo especial que vi por primera vez cuando lo conocí. Sus pupilas están dilatas y me mira con ternura y, sin planearlo, una sonrisa se dibuja en mis labios.
- Chris, yo-yo creí que... susurro de nuevo y él coloca uno de sus dedos en mis labios, señalándome que no diga nada más. Obedezco y su familiar aroma me embriaga haciendo que una oleada de tranquilidad me invada.
- No digas nada, por favor pequeña- murmura, mientras envuelve sus brazos alrededor de mi pequeño cuerpo y siento como su cuerpo tiembla.
- Chris, no me dejes, por favor- susurro suplicante y el dolor en mi pecho aumenta, haciendo que mi garganta arda y que sienta como las lágrimas queman.
- No lo haré pequeña, estoy contigo ahora y siempre amor- susurra de vuelta de manera tranquilizadora e intensifica su abrazo, haciendo que su cuerpo se una más al mío.
- Prométemelo Chris- murmuro intranquila y él masajea mi cabello.
- Te lo prometo mi amor- susurra y se separa lo suficiente para poder mirar mi rostro. Sus cafés están más hermosos que nunca y siento como inconscientemente caen unas lágrimas por mis mejillas.
Él niega rápidamente con su cabeza y limpia cuidadosamente mis pómulos con su mano brindándome tranquilidad. Aleja su mano con cautela y veo como la lleva hasta su cabeza y en un rápido movimiento aleja el beanie rojo que lleva en su cabello, mi ceño se frunce y él sonríe mientras con cuidado lo acerca hasta mi cabeza y lo posa suavemente sobre mi cabello mientras deja un casto beso en mi frente.