Capítulo 32.

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*En galería Zack*

El aroma a humedad invade mis fosas nasales, y el adormecimiento en mis extremidades hace que apenas sea consciente de lo que ocurre a mí alrededor.

Me tomas unos segundos encontrar la fuerza suficiente para abrir los ojos y, cuando logro hacerlo, apenas puedo mirar debido a la oscuridad en la que está sumido todo el lugar. Tardo en acostumbrarme a la poca iluminación, pero eso no impide que eche una ojeada rápida a todo el espacio.

La humedad mezclada junto con el olor a estupefacientes hace que mi cabeza de vueltas y sentir que vomitaré en cualquier momento, es el típico olor del sótano en el que estuve con Jev.

Una extrañada punzada se apodera de mi pecho y, de pronto, soy vagamente consiente de las palpitaciones en el lado derecho de mi cabeza.

El aturdimiento hace que me tome unos instantes conectar los recuerdos en mi cabeza. De pronto, lo ocurrido en las últimas horas me golpea con fuerza. El terror me envuelve más rápido de lo que puedo controlar y trato de levantarme de donde sea que me encuentro sentada.

Una punzada de dolor recorre mis brazos hasta las rótulas de mis hombros y tropiezo con torpeza debido a la poca movilidad de mis pies. El golpe sordo con el que caigo al suelo, hace que el aire escape de mis pulmones con rapidez. He mordido mi lengua debido al choque de mi mandíbula contra el frío concreto. El sabor metálico de mi sangre ha invadido mi boca y un jadeo se escapa de mis labios cuando mis oídos zumban debido al impacto.

Es entonces cuando me doy cuenta de que estoy atada manos y pies. El miedo se apodera de mi sistema y hace que mis entrañas se estrujen con violencia; sin embargo me obligo a tomar un par de inspiraciones profundas para mantenerme tranquila.

Necesito estar tranquila si quiero hacer algo. Necesito encontrar la manera de liberarme para salir de aquí. Necesito...

- Oh, sólo eres tú...- la voz de Steven llega a mis oídos y por más que trato de alzar mi rostro para mirarlo a la cara, no puedo- Pensé que no despertarías, ya van siendo dos días desde que estás inconsciente.

Lo único que puedo ver desde donde me encuentro, es un par de pies acercándose con lentitud. Y me sorprende el tiempo que estuve dormida.

De un movimiento brusco, Steven me levanta. Ahora soy capaz de clavar mis ojos en los sueños, esos ojos cafés me muestran lo divertido que está con esta situación y yo sólo trato de imprimir todo el coraje que puedo en la mirada. Una sonrisa lobuna se pinta en sus facciones y sostiene mi barbilla entre sus dedos antes de inspeccionarme a detalle.

Su toque me causa repulsa y un escalofrío me recorre la espina dorsal cuando siento su aliento rancio cerca de mi mejilla derecha. Mi boca está llena de sangre y saliva y aprovecho este magnífico instante para escupirle en la cara.

Él se aparta con brusquedad ante mi sorpresiva reacción y suelta una palabrota mientras me deja caer al suelo para limpiarse.

El dolor me invade cuando impacto contra el suelo, pero lo vale cuando veo su expresión asqueada y enfurecida.

- ¡¿Qué carajos te sucede, puta?!- Su voz suena cada vez más cerca y casi puedo saborear el golpe que va a propinarme ya que su posición lo demuestra.

- ¡¿Qué demonios piensas hacer?!-Una voz ronca lo interrumpe desviando nuestra atención, un chico de cabello rubio se acerca hasta nosotros mientras sostiene entre sus dedos un cigarrillo. Luke.

- Sólo le daba una lección, Luke- replica Steven rodando los ojos debido a que no puedo culminar lo pensado.

- Sal de acá- le ordena Luke a Steven mientras lo mira desafiante, Steven lo mira incrédulo pero de manera tajante agrega- ¡Ahora!- Steven dirige su mirada hasta mí y me mira desafiante y sin decir más se aleja.

Enamorada del chico problema Donde viven las historias. Descúbrelo ahora