18- Que caos

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Desde aquel terrible día, empecé a salir con Inma, pues era la única que me hacía olvidar a Malú, me sentía muy feliz con ella y lo mejor era que podía pasear con ella de la mano, sonriéndonos, podíamos hacer el tonto juntas, abrazarnos sin motivo alguno y todo sin escondernos, me sentía libre, adoraba ese sentimiento.

Por otra parte, María empezó a ser más madura, buscó un trabajo, se dejó de tantas discotecas y tantos amores y ahora estaba muchísimo más feliz, este nuevo año pintaba muy bien para ambas, espero que así sea.

Hoy, era el cumpleaños de Inma y fuimos a un restaurante a cenar juntas para celebrarlo, era un restaurante muy típico de Madrid, Inma no quería nada del otro mundo, odia cumplir años, tampoco quería que le hiciese ningún regalo pero aun así tuve un pequeño detalle con ella.

Nos sentamos en la parte de dentro, al lado de una cristalera enorme que daba a la calle y con dos mesas a la derecha vacías, íbamos a tener intimidad, pensé.

-Felicidades fea. -Sonreí y saqué su regalo del bolso.

-Gracias. -Se mordió el labio. -Pero sabes que no quería nada.

-Abrelo anda. -Reí. Y así lo hizo.

-Ohhh ¡Muchas gracias! -Se acercó y me dio un beso en los labios.

Escuché a alguien aclararse la voz y sentarse en una de las mesas de la derecha, miré inconscientemente, no me lo podía creer, era ella... Llevaba 2 meses y medio sin verla y se me encogió el corazón... Estaba con su actual novio y ni me dirigió la mirada.

-¿Estás bien? -Susurró Inma. -¿Nos vamos?

-No, estoy bien, quiero quedarme. -Fingí una sonrisa. Malú se sentó de manera que cuando miraba a Inma también la veía a ella, aun así intenté ignorarla aunque cuando reía la miraba de reojo.

-Bueno pues... -Inma comenzó a hablar pero no la estaba escuchando, la miraba asentía y de repente empecé a mirar a Malú sin quererlo, estuve más de 10 segundos mirándola. -¡Vanesa! -Gritó mientras dio un fuerte golpe en la mesa y todos miramos la miramos.

-¿Qué? ¿Qué pasa?

-¿Vas a dejar de mirarla ya? -Gritó. Y Malú y yo nos miramos. -Otra vez. -Rió sarcásticamente. -Dime la verdad... ¿Has estado este tiempo tanto conmigo para olvidarla?

-No. -Dije no muy alto.

-Nos hemos besado hace 5 minutos Vanesa ¿Por qué me haces esto?

-¡Pero si no he hecho nada! -Dije ya algo enfadada.

-Vámonos Gonzalo... -Dijo Malú.

-No me pienso ir. -Dijo sin parar de comer. -Ya he pagado la cena.

-Tranquila, ya me voy yo. -Dijo Inma mientras cogía su bolso y me dejaba allí después de haber montado ese numerito. Que verguenza me hizo pasar...

Salí detrás de ella, pues no sabía que hacer... Agarré su brazo y se giró sin mirarme.

-¿Por qué has hecho esto delante suya? Inma no tienes por qué controlarme de esa manera, me has agobiado muchísimo y me he controlado bastante.

-Tengo miedo... -Comenzó a llorar. -No quiero que me olvides.

-No te voy a olvidar, hemos pasado unas semanas muy buenas tu y yo, Malú ya es del pasado.

-Pero pase el tiempo que pase, ella siempre será más para ti que yo.

-Pero te quiero muchísimo. -Le agarré la cara y le di un dulce beso en los labios.

Todo se calmó y poco a poco volvió a la normalidad, aunque claro, acababa de ver a mi ex por la que tanto sentí y todo se me había revuelto por dentro...

Dejé a Inma en su casa y fui a la mía a contarle todo a María, con la única persona que podía ser sincera al 100%

-Que putada. -Dijo con la boca abierta.

-Ya ves...

-Y bueno... -Sonrió. -¿Qué has sentido al verla?

-¿La verdad? -Asintió mientras seguía sonriendo. -Tenía ganas de abrazarla y...

-¡AY! Es que me encantais. -Me interrumpió. -Esta historia me vuelve loca, deberíais volver juntas.

-Pero yo ahora quiero a Inma, no le puedo hacer eso...

-Pues vale. Pero que sepas que mi favorita es Malú. -Reí por ese comentario.

-Lo siento. -Volví a reír. -Pero no puedo.

-Me voy a dormir porque me has desilusionado. -Bromeó.

-Buenas noches, ''Pesá''

-Buenas noches, ''Saboría''

Apagué las luces y me fui a mi habitación yo también, miré mi twitter y me dormí a los pocos minutos.

Al día siguiente quedé con unas amigas para pasar el día y fue todo muy tranquilo y al pie de la letra, todo, hasta que apareció Pablo Alborán y todas empezaron a gritar como unas niñas y me hicieron pasar mucha verguenza aunque a Pablo no le importó y se lo tomó a risas.

Pablo era mi amigo de la infancia, lo conocí en Málaga y siempre hemos sido muy buenos amigos.

-¿Y tu que haces por aquí? -Le pregunté.

-Voy a grabar unas colaboraciones que no te puedo decir. -Rió.

-Espero que al menos me invites a un concierto para oirlas. -Reí.

-Eso no hace falta que me lo digas, sabes que siempre hay una entrada para ti. -Le llamaron por teléfono. -¿Sí? vale, vale, ahora estoy allí guapísima, es que me he encontrado con Vanesa y me ha distraido. -Me miró y sacó la lengua, reí y no dije nada. -Venga hasta luego. -Colgó.

-Ya sé que es con una mujer.

-Me has pillado... -Bromeó. -Bueno cariño, muy feliz por haberte visto después de tanto tiempo. -Me abrazó. -¡Hasta pronto!

-Hasta luego anda. -Dije riendo.

Justo cuando se fue, vinieron todos los de la prensa hacia a mi y tuve que dejar a mis amigas allí para poder escapar.

-¡Vanesa! -Gritó Gonzalo Miró, le miré y empezó a hablar, pero le ignoré, le saqué el dedo del medio y me fui rápidamente.


Mi niña mimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora