12-Sevilla

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Salí camino a la plaza donde habíamos quedado Malú y yo y allí estaba ella esperándome con una sonrisa, me acerqué a ella con ganas de darle un beso en los labios pero tan solo le di un abrazo muy fuerte.

-Uy que cara de cansada tienes. -Dijo riendo.

-Me han despertado, ya sabes que tengo muy mal despertar. -Reí yo también.

-Bueno gorda ¿qué vamos a hacer?

-Lo que tu digas, no le hago asco a nada.

-¿A nada? -Puso una voz sensual y me mordí el labio aguantando una sonrisa.

-Venga ya, tonta. -Solté una pequeña carcajada.

-Tenía pensado que te vinieses a mi casa hoy a dormir y salir temprano de aquí para llegar a Sevilla a la hora de comer, más o menos.

-Perfecto, vamos a mi casa por las cosas y a dejarle a María las cosas que necesite y...

-¿María está en tu casa? -Me interrumpió. -¡Quiero verla! ¿Qué hace aquí?

-Vino a pasar el finde pero... -Rodé los ojos y suspiré. -Se ha enamorado. -Recalqué ''Enamorado'' con comillas. -Y va a vivir aquí.

-¡Qué bien! -Dijo emocionada. -¡Vamos a tu casa, corre! quiero saber todo sobre ese enamoramiento. -Rió.

-¡Malú! ¡Vanesa! -Nos giramos, era la prensa, ya venían a joder otra vez.

-Joder... -Susurró Malú y cerró los ojos.

-¿Podríais aclarar los rumores que existen entre vosotras? ¿sois algo más que amigas?

-Mira. -Ya estaba cansada. -Buenas tardes, antes que nada y...

-¿Sois pareja o no? -Me interrumpió y sentí la mirada de Malú diciendo ''no lo hagas, no lo hagas'' pero no pude quedarme callada e huir.

-¿A ti que te pasa? -Malú se giró para reírse. -A ti en la lista de respeto te saltaron, no es cosa vuestra lo que haya aquí. -Toqué el hombro de Malú pero aparté la mano rápidamente. -Vámonos, que les den a estos.

Nos montamos en su coche y se quedó quieta mirándome, sin arrancar el coche ni decir nada, simplemente mirándome.

-No me puedo creer lo que acabas de hacer. -Soltó al fin y empezó a reír muy fuerte. -Pensaba que te irías sin decir nada pero... -No podía hablar de la risa.

-Yo tampoco me lo esperaba...

-Has estado genial. -Puso la mano y le choqué los cinco.

Justo después de aquello, cuando llegamos a mi casa, María le contó todo, absolutamente todo de nuevo a Malú y yo hice mi maleta, le dejé instrucciones a María como las horas que salía Pongo a pasear, cuando comía, con que productos limpiar la casa etc. Pero creo que solo se dedicaría a tener sexo con Cristian, su nuevo amor en mi cama, pero tampoco quería imaginármelo mucho...

Metí en la maleta lo justo y necesario, tan solo íbamos a pasar allí dos días, no me hacía falta mucho, en cambio, Malú llevaba un macuto enorme, era una exagerada, seguro que después no sacaría ni la mitad de cosas que llevaba, o tal vez sí, esta mujer no para de sorprenderme

Más tarde fuimos a casa de Malú a cenar, me cocinó un delicioso manjar que casi quema, pero delicioso aun así...Cuándo terminamos de cenar, quitó todo, no me dejó ayudarla ¡Que cabezota! mientas tanto me senté en el sofá y me llegó un sms de Alejandro, que raro, él siempre solía llamar fuera para lo que fuera, nunca mandaba mensajes de texto, aún así, lo leí sin darle muchas más vueltas.

''Vane, os he reservado en Sevilla una cena en un restaurante de lujo, ahora te paso un mensaje con la dirección, la mesa está a tu nombre, disfrutarlo muchísimo mis niñas''

Decía en el mensaje. No tenía por qué, pero Alejandro era la persona que más nos ''Shippeaba'' a Malú y a mí, es decir, la persona que más deseaba que estuviéramos juntas y que haría todo lo posible para que eso fuese.

-Gorda... -Apareció Malú y guardé el móvil deprisa. -Me duele la cabeza ¿Nos vamos a la cama ya?

-Venga, ve tú, voy a mirar Twitter y voy.

-Vale, no tardes.

Se fue y le respondí a Alejandro.

''Gracias pero voy a matarte ¿Qué le digo yo ahora Malú?''

Respondió a los dos segundos, que rapidez...

''Yo no tengo nada que ver, échate todos los méritos ;)''

''Que verguenza, pero bueno, muchísimas gracias, te lo devolveré''

''Nada cariño, tú solo cuídamela... Buenas noches''

Fui a la habitación de Malú y estaba totalmente oscuro, pensé que estaba ya dormida así que me metí sigilosamente en su cama y cuando me tumbé me abrazó.

-¿Tienes ganas de ir? -Preguntó casi susurrando.

-Claro que sí cariño. -Le di un beso en el hombro. -¿Y tú?

-Sí... -Dijo no muy convencida.

-¿Qué pasa?

-¿Cómo voy a presentarte a mi madre?

-Pues no sé. -Reí. -Dile que soy tu amiga, no le estarías mintiendo pues no somos pareja.

-Pero cada vez que me gusta alguien se lo necesito contar a mi madre y me voy a sentir super mal si no le cuento esto...

-¿Yo te gusto?

-Tú me encantas.

-Ven aquí que te voy a comer... -Me acerqué a su boca y la besé dulcemente, ni la droga más fuerte me viciaría tanto como ella lo ha hecho en este tiempo.

Al día siguiente nos despertamos muy temprano y cogimos carretera dirección Sevilla, la ciudad del color especial, la tierra de mi Malú, realmente no sabía quien de las dos estaba más nerviosas, íbamos las dos calladas agarradas de la mano, ella llevaba los auriculares y su mp3 rosa y bailaba con la cabeza mientras miraba al horizonte, yo en cambio solo tenía ojos para ella, estaba estudiando cada gesto que hacía mientras como de costumbre, componía canciones cursis en mi cabeza que hablaban de ella.

Finalmente, llegamos a su ciudad, estaba su familia en la estación de Santa Justa esperándonos ansiosos, su madre con las lagrimas saltadas y todos los demás con unas sonrisas enormes, cogí las cosas de Malú y le hice un gesto con la cabeza indicándole que fuera corriendo a abrazarlos a todos y así lo hizo.

Cuando yo me acerqué se me presentaron todos muy amablemente excepto un chico moreno y alto y me acerqué yo.

-Hola soy Vanesa, la amiga de Malú. -Le di dos besos.

-Hola, yo soy Edu, su novio.

-¿Su...Su novio? -Se me hizo un nudo en la garganta y me quedé quieta.

-¡Hola Edu! -Gritó Malú alegre y se acerco a nosotros, le dio un fuerte abrazo y me miró, estaba totalmente descompuesta. -Mira esta es Vane es... -Edu le dio un beso en los labios.

-Te he echado muchísimo de menos.

-Necesito ir al baño. -Salí de allí lo más deprisa posible sin ni si quiera mirar a Malú, iba a comenzar a llorar de un momento a otro. No éramos nada, pero me dolió como si lo fuésemos todo.


Mi niña mimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora