-Tengo que decirte algo.
-Dime.
-No quiero que te alejes, pero tampoco quiero ser una carga. -Dijo con la voz casi quebrada.
-No va a pasar nada de eso. -Dije muy segura.
-Es que ayer... Mientras estábamos con María y Natalia... -Hacía muchas pausas para no llorar.
-Tranquila. -Susurré.
-Recibí unos análisis médicos que me hice la semana pasada. -Me miró. -Estoy muy enferma Vane.
-Es mentira ¿No? -Me reí nerviosamente, pero al ver que ella no sonrió se me congeló el rostro. -Malú... Dime que es mentira...
-No -Negó con la cabeza. -No lo es. -En ese preciso momento se me hizo un gran nudo en la garganta y se me llenaron los ojos de lágrimas, debí de haberle dicho algo, pero me quedé callada, no podía articular palabra alguna, estaba totalmente en shock.
Malú comenzó a contarme lo que le pasaba, pero no podía seguir y le paré, no me importaba en absoluto, solo quería estar a su lado y cuidarla, se iba a poner bien, así que le abracé muy fuerte contiendo las ganas de llorar mientras que ella lloraba como una magdalena.
Desde aquel momento no volví a ser la misma y ella lo sabía, pero que iba a hacerle, la mujer de la que estaba completamente enamorada estaba enferma y no sabía si quiera de que, mi cabeza se inundaba con pensamientos de todo tipo. Positividad ¿Dónde estás en estos momentos tan críticos?
Días más tarde, quedé con Alejandro, él ya lo sabía todo y necesitaba hablar con alguien del tema, alguien que no fuese Malú, y que mejor que hablar con él.
Fuimos a la cafetería de siempre y pedimos lo mismo de siempre, para no perder las buenas costumbres.
Llevaba unas gafas para ocultar mi rostro, tenía unas ojeras que casi rozaban mis talones, en cambio, Alejandro, lucía mejor que nunca, este hombre cada día que pasa es más guapo.
-¿Qué tal va todo? -Me preguntó.
-Ya lo sabes.
-Vane... -Suspiró y dio un sorbo a su café. -Deberías de hacer algo con ella, no podeis encerraros, dejar de escribir, de salir, de hablar... ¿No te das cuenta que eso empeora más todo?
-¿Y qué hago Alejandro?
-Hazle pasar los mejores meses de su vida a tu lado. -Se le llenaron los ojos de lágrimas. -No le decepciones, sé que es duro para ti, pero tienes que hacerlo. -Asentí con la cabeza y me tragué el nudo de la garganta, ahora me tocaba ser fuerte por las dos.
Al día siguiente, me desperté a las 6 de la mañana, me di una ducha, lloré todo lo que tenía que llorar, me fui a dar un largo paseo, llegué a las 9 a casa y puse buena cara para despertar a mi amor.
-Cariño. -Le besé en los labios. -Despierta. -Pero no se movía y me asusté. -Malú. -Me senté en la cama y le sacudí cuidadosamente pero notablemente. -Malú...
-¿Qué pasa? -Dijo por fin y exhalé aire aliviada. -¿Qué te pasa Vane? Tienes la cara blanca.
-Nada. -Le abracé fuertemente, me temí lo peor por unos segundos. -¿Quieres hacer algo conmigo?
-Claro. -Sonrió. -Voy a vestirme.
-No hace falta, quédate aquí, espera.
-Vale... -Dijo extrañada.
Fui al salón, cogí boli y papel y fui rápidamente de nuevo a la cama con una sonrisa.
-Toma. -Se lo di. -Apunta diez cosas que sueñes con hacer en tu vida y yo me voy a encargar de que se cumplan todas. -Malú me miró y se le escapó la sonrisa.
-Ahora si eres mi Vane. -Me guiñó el ojo, abrió el boli y comenzó a escribir.
-No tienes por qué acabarlo ya, piénsatelo muy bien.
-De acuerdo.
Por la noche, cuando llegué de trabajar, tenía la cena preparada, le dije mil veces que no hacía falta, pero nadie le gana a cabezona a mi chica. Me senté a su lado y probé su deliciosa cena, y de repente, sacó un papel de su bolsillo y nos miramos.
-Ya tengo la lista.
-Léemela. -Dejé el tenedor en la mesa, me giré, puse mi mano en su pierna y oí atentamente.
-Léela tu, que me da verguenza.
-Dámela, tonta. -Reí.
Y en la lista ponía:
Lista de deseos
1-Escribir un libro.
2-Componer una canción y que la saques en tu disco.
3-Correr una colour-run
4-Grabar un video para Youtube y donar lo ganado a niños enfermos.
5-Aprender a tocar la guitarra (Tienes que enseñarme tu)
6-Tirarme de paracaídas.
7-Hacer el amor bajo las estrellas.
8-Ir a la semana santa de Sevilla contigo.
9-Casarme.
10- (Te lo digo cuando se cumpla el 9)
-Vaya... Que buena lista... -Me quedé sin palabras al leer el número 9.
-Gracias. -Se sonrojó.
-Bueno... -Miré el reloj, eran las 23:56 -Si quieres el número 7 podemos hacerlo realidad ya. -Las dos nos miramos, sonreímos y dejé la cena de lado y subimos a la terraza.