Capítulo 2

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Suena el timbre y todos empiezan a coger sus almuerzos. Yo cojo mi bocata y espero a Paula, Laura y Celia. Son mis mejores amigas desde hace muchísimos años. Lo reconozco, son mis únicas amigas. Pero mejor calidad que cantidad, ¿no? En especial soy muy amiga de Paula, nos lo contamos todo y tenemos mucha confianza.

Salimos al patio y nos dirigimos al césped artificial. Una vez allí, nos sentamos y empezamos a charlar.

-¡Cómo te ha humillado Álvaro en clase, ¿eh?!- exclama Celia.

-¡Retweet!- dice Laura.

-¿Qué me va a humillar ese? Por favor, habrá mirado la respuesta en Internet o algo.- dicho esto pego un bocado a mi bocata.

-Tranquila Claudia, creo que a todas nos gustaría que nos humillase Álvaro Duato.- dice Paula poniéndose las manos en las mejillas.

-Pues yo creo que está intentando llamar tu atención...- dice Laura pegándome un codazo y guiñándome el ojo.

-Qué va.- respondo yo.

-¿Ah no? ¿Entonces por qué te está mirando ahora mismo?- contraataca Laura con una sonrisa en la cara.

Levanto la cabeza y lo busco con la mirada, está en el otro lado del césped. Tiene razón, me está mirando. ¿Es que no puede dejarme en paz de una maldita vez?

-¡Qué afortunada eres! Tienes que darle una oportunidad.- exclama Celia.

-Ni de broma.- respondo yo sonrojándome por sus comentarios y por la mirada de Álvaro.

-Podrías liártelo solo...- sugiere Paula.

-O tirártelo.- añade Celia con una carcajada.

-No. Para empezar es Álvaro, ¿le habéis visto? Tiene tatuada la espalda, un piercing en la oreja y una chica diferente cada finde. Además, el estudio me ocupa mucho tiempo. Ya sabéis que quiero conseguir la beca para estudiar medicina y especializarme en psquiatría, ¡algo que, por si no lo sabíais, no es nada fácil!

-Por favor, Claudia. Tienes 15 años, en unos meses cumplirás 16. El tío más bueno de la clase te está echando ojitos y tú no vas a hacer nada el respecto. ¿Tienes fiebre?- Paula me pone su mano en la frente y yo se la aparto.

-¡Chicas! ¡Basta ya! Ni me gusta ni nunca lo va a hacer, ¿queda claro?- respondo mosqueada.

En ese momento todos empiezan a dirigirse a sus clases, miro el reloj. El recreo ha terminado.

Nos levantamos y empezamos a dirigirnos hacia nuestra clase. Cuando llegamos, nos sentamos y esperamos  a el profesor de castellano. Empiezo a sacar el libro cuando escucho una voz.

-Oye, ¿no te habrás picado con lo de antes no?

Levanto la cabeza y veo a Álvaro, con los brazos apoyados en mi mesa mirándome fijamente con sus penetrantes ojos verdes.

-¿Qué haces tú aquí? Vete a tu sitio, aquí sobras.- digo molesta.

-Relaja. No quiero malos rollos con tías.- se rasca la nuca.

-¡Claro que no! Sino no podrías liarte a todas las que se te presenten, ¿no? Y no, no me he picado. Tengo bastante claro que yo me puedo equivocar, y que tú puedes tener suerte de vez en cuando.- al decir esto él se ríe, algo que me molesta bastante. Le fulmino con una mirada de odio.

-Bien, si es esto lo que quieres, adelante.- responde con plena indiferencia y se marcha a su sitio. ¿A qué se refiere? ¿Me ha declarado la guerra?

Entra el profesor de castellano. Cuando se sienta en la mesa del profesor, veo que Paula me está mirando. Hace una sonrisa pícara y me guiña el ojo, debe de haberme visto hablando con Álvaro.


Como enero y diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora