Capítulo 13

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Consigo adelantar algo de trabajo, pero no lo suficiente para cuando suena el timbre. Gimo, otra vez no.

Abro la puerta.

-¿Me echabas de menos?- dice mientras entra en mi casa sin saludar.

-Todo lo contrario.- digo entredientes mientras cierro la puerta.

Se sienta con toda naturalidad en MI silla y pone las piernas sobre la mesa. 

-¿Has seguido el proyecto sin mí? Mal, Claudia, mal.- dice él negando con la cabeza.

A veces me pone histérica. Bueno, siempre. Decido sentarme en otra silla.

-No hagas ruido, mi hermano debe de estar estudiando en su cuarto.- le advierto yo.

-Uf, ¿otro empollón? ¡¿Es que esta casa esta llena de eso?!- exclama en un volumen demasiado alto.

-Shhhh, cállate.- le digo yo susurrando.

-¿Qué vamos a hacer? ¿El trabajo en silencio? Por favor, ¿nos comunicamos mediante gestos o algo?- dice él, con el mismo volumen que antes.

Maldito maleducado. Espero que a  mi hermano no le moleste demasiado el ruido.

-¡Cállate ya! Esta es MI casa, y se hace lo que quiero, ¿de acuerdo?

En ese momento se abre la puerta de la cocina.

-¿Podéis bajar el volumen de una maldita vez?- dice mi hermano enfadado.

-¿En serio? ¿En esta casa qué hacéis? ¿Estar callados haciendo cosas aburridas o qué?- dice Álvaro vacilón.

Rodrigo se queda callado, con los ojos como platos. Debe ser la primera vez que le oiga hablar.

-¿Perdona? ¿Cómo has dicho?- pregunta mi hermano incrédulo ante el comportamiento de nuestro vecino.

-Joder, qué sordo está este, ¿no? ¿Y habláis en bajito con este viviendo en vuestra casa? Seguro que el pobre no entenderá nada o... Ahhh, claro, habláis mediante gestos para que lo entienda. No, no, habláis bajito para joder al memo este, ¿no?- dice señalando a mi hermano mientras me mira.

Suspiro, prefiero no decir nada.

-Perdona pero en esta casa se hacen cosas interesantes, no como en tu casa. Cosas que nos van a garantizar un buen futuro, cosa que tú no tienes. Seguro que tus padres deben de esta ya hartos de ti. No sé como tu padre no te da una buena bofetada.- dice Rodrigo, nunca lo había visto tan agresivo. Él comentario de su padre le debe de haber dolido, pero él no expresa eso.

-Sí, claro, cosas de provecho. Cómo lo que hemos hecho antes de que llegara tu hermano, ¿no Claudia? Tiene unos dedos mágicos...  Qué pena que nunca llegues a sentir esa sensación.- dice Álvaro.

¿Cómo se atreve a decir eso? ¡Yo ahora no le he hecho nada! Lo ha hecho para joder a mi hermano, y de paso habrá decidido meterme a mí en el saco. Me pongo roja, ya que me pongo nerviosa y no sé qué decir, cómo mi hermano se lo crea...

-¡Yo no te he hecho nada! Eres un maldito mentiroso.- le grito.

Rodrigo se queda en silencio, mirándome. No puedo descifrar su expresión.

-¿Va en serio Claudia?- se limita a decir.

-¡Claro qué no! ¡Ya te lo he dicho, ni siquiera quería ir con él en el proyecto!- exclamo frustrada.

-¿Eso es lo que le has dicho? ¿Qué nos había puesto el profesor juntos?- dice Álvaro riéndose.

Miente genial, debe de llevar toda su vida haciéndolo. Sin embargo, yo no tengo tanta... Experiencia. Empiezan a sudarme las manos.

-¿Vas a creerle a él y no a tu hermana?- digo dolida, mirando a Rodrigo.

Mi hermano me mira serio.

-Ya hablaremos luego. Marchaos si vais a seguir haciendo el trabajo.- dice, y se marcha.

Me quedo en silencio, ¿en serio está pasando esto?

-Vete fuera de mi casa, márchate.- digo a Álvaro sin mirarlo.

-¿Es esa la mejor idea?- dice él, sabiendo que no lo es.

-No lo sé.

-Si no lo terminamos, suspenderemos el viernes.- me recuerda él. 

-Sea como sea, no puedes estar en esta casa ni un segundo más.- digo yo, negando con la cabeza.

-Podemos ir a la mía.- responde él, ¿por qué ahora está tan tranquilo? Como la calma después de la tormenta.- Así tu hermano no se cortará las venas o algo.

-No hables así de Rodrigo.- digo yo, y suspiro. Le odio, le odio muchísimo. Hay veces que es el Álvaro... Majo de ahora y otras veces la granada de hace 5 minutos.

Miro la hora, ya ha pasado un cuarto de hora desde que empezó voleibol. Este finde tengo partido, espero que el profesor no se ponga furioso. Ahora tengo un problema, ¿Sigo haciendo el proyecto con Álvaro para sacar buena nota, me rindo o voy a voleibol? 

-Mira Álvaro, tú ganas. Me rindo. Es imposible que saque buena nota contigo.- suspiro.- Ahora, solo quiero ir a mi entrene. Márchate.

-¿Dónde es? Si quieres, te llevo.- propone él.

-Me puede llevar mi hermano, gracias. Así, de paso, hablaré con él para arreglar lo que has hecho. Ahora vete de mi casa, y no vuelvas a venir otra vez, por favor.


***¿UN CAPÍTULO POR DÍA RENTA? AHORA SÍ QUE TENGO TIEMPO***




Como enero y diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora