Capítulo 14

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Esto ha sido muy incómodo, ¿habrá sido la mejor idea?

-No quiero que vuelvas a verlo.- dice Rodrigo mientras arranca el coche.

-Yo tampoco quiero volver a verlo.- respondo apoyada en el cristal frío. Al respirar, este se empaña.

-No le diré nada a mamá si no te vuelvo a ver junto a él.- dice.

Al final todo siempre llega a tal punto en el que ya no se si mi familia me tiene esposada por preocupación o por ser una familia perfecta. Sea lo que sea, me fastidia bastante. Pero suelo coincidir con ellos, como en este caso.

-De acuerdo.- susurro.

Llegamos al centro, me bajo del coche y mi hermano se va. Está muy frío.

Llego con la mochila de recambio y entro.

-Hola, soy Claudia, me he retrasado un...- miro el reloj, 25 minutos tarde.- ...rato. Estoy en la clase de Ricardo Llopis.

La chica de administración me mira fijamente, después mira a su ordenador. Al rato, veo que no dice nada.

-¿Hola?- digo yo.

-Disculpe, señorita. Pero ya debería saber que sólo damos 5 minutos de cortesía.- dice ella e forma despectiva.

-Pero, pero... Es la primera vez que llego tarde. ¿No podría pasar? Este sábado tenemos...

-Pues ahora ya sabes que pasa si llegas tarde, no vuelvas a retrasarte y punto.- responde ella y vuelve a lo que quisiera que estuviera haciendo. Resoplo, ¿ahora qué?

Debería llamar a mi hermano para que me recoja, pero si lo hago, me caerá mucha bronca por su parte. Que si irresponsable, que si que...

Pero no tengo a nadie más, más que a Álvaro. Pero no quiero ni verle, ni subirme a una moto, ni subirme a nada de lo que él tenga control, o más bien dicho descontrol.

Esperar no es una opción, tendría que estar aquí dos horas haciendo... Nada, solo tengo el móvil y el chandal. Suspiro, qué asco de día.

Empiezo a caminar desesperada. ¿Álvaro o Rodrigo? ¿Rodrigo o Álvaro? No sé que me da más miedo, ir en moto con Álvaro o la bronca de Rodrigo, además de que seguramente se lo diría a mi madre, y eso si que no...

-¿Claudia?- escucho la voz de Álvaro a través del teléfono móvil. Mierda, lo he hecho sin pensar en qué decir. ¿Qué le digo? ¡Oh, Álvaro, lamento haberte mandado a la mierda, ¿pero podrías recogerme!?

-Ehh... Verás Álvaro. He llegado tan tarde al entrene que no me han dejado entrar. Y cómo es culpa tuya, me recoges tú.- intento parecer segura e imponente, pero creo que doy más pena que miedo.

Álvaro se ríe en la otra línea, cosa que me avergüenza.


Al cabo de unos minutos, veo a Álvaro en la moto acercándose. ¿En serio voy a subirme en una moto? ¿Con Álvaro?

-Quién lo iría a decir, Claudia Ramírez a punto de subirse en una moto...- dice Álvaro riéndose.

-Calla, habrás traído casco para mí, ¿no?

Álvaro empieza a reírse.

-¿Qué te crees? ¿Qué tengo un casco para invitados? 

-Bien, entonces no me subo.- digo yo cruzando los brazos.

-Está bien.- dice Álvaro y empieza a arrancar.

-¡No! ¡Espera! Me... Me podrías dejar el tuyo.- sugiero yo.

Sonríe y se quita el casco. El corazón se me relaja, pero solo un poquito. He visto en muchas pelis como se montan en una moto, así que me siento detrás y agarro a Álvaro por los hombros. Él, coge mis manos y me las coloca en su cintura. La verdad es que está bastante bueno, lástima que se haya estropeado su cuerpo voluntariamente con esos tatuajes.

Arranca y me dan ganas de bajarme de lleno, pero entonces me imagino la reacción de mi hermano al ver que faltaba al entrene. La moto empieza a moverse y me aproximo más a Álvaro. Parecía más seguro viendo como se montaban los demás.

La moto empieza a recorrer las afueras de Valencia, rápido, muy rápido, demasiado.

Miro hacia abajo y veo cómo la carretera se mueve tan rápidamente, lo que hace que me maree y tenga que mirar hacia adelante. El miedo deja cuerpo completamente paralizado, y solo puedo apretarme más a Álvaro, debe de estar pasándoselo genial viendo como me sudan las manos y como las aprieto contra él.

Sé que está yendo tan rápido solo para joderme, no puedo ni imaginarme a qué velocidad.

Pero es cómo que la siento, siento la velocidad en mi cuerpo, y la adrenalina. El aire en mis piernas y mi pelo enredándose en mi espalda. Y mis músculos tensados. Y este extraño cosquilleo... ¿libertad?

Puede que al fin y al cabo no sea para tanto, no vamos a hacer una pirueta... pero realmente lo siento tal que así.

-Más... Despacio.- logro decir.

-¿Cómo dices?¿Que voy muy despacio?- contesta él, y dicho esto acelera.

Entre mi pánico y el miedo, no logro descifrar que es lo que siento, es como si... en el fondo, sintiera algo gratificante...



Como enero y diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora