Capítulo 9

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-¿Para qué os ha llamado el director a primera hora?- pregunta Laura.

-Se ve que no lo hemos dejado como él quería, vamos a tener que ir mañana a limpiar los baños...- pongo cara de asco al pensarlo. Muerdo mi bocata y nos sentamos en el césped.

-¡¿A limpiar los baños?!- exclama Celia riéndose.

-No tiene gracia...- digo yo, sabiendo que en verdad sí que la tiene.

-¡Qué asco! No quiero ni saber como va a estar el baño de los chicos.- dice Laura tapándose la nariz con los dedos.

-Yo no quiero ni saber que van a hacer Claudia y Álvaro a solas en un baño.- dice Paula asintiendo y después se echa a reír.

-¿Perdona? Un baño sucio mas Álvaro Duato igual a asquerosidad máxima.- respondo yo.

-Pero si ayer me dijiste que ya te llevabas bien con él...- dice Paula.

Me sabe mal no contarle lo que ha pasado después de ir al despacho del director, pero me da mucha vergüenza.

-Nos hemos relajado, pero sigue sin caerme bien.- miento yo.

-Ah... Pensaba que... Bueno, todo llegará a su debido momento.- suelta Paula mientras asiente con la cabeza.

-Tú espera sentada.- digo yo riéndome.

Acaba el recreo y toca física.

Empieza la clase.

-Claudia, ¿al final fuiste al despacho del director ayer?- pregunta el profesor de física antes de empezar la clase.

-Sí, puede preguntarle si quiere. Por cierto, tengo una duda.

-Adelante.- dice el profesor apuntando las faltas de asistencia.

-¿Por qué Álvaro ya no lleva el parche en la nariz? Tengo entendido que una nariz rota no se cura en... Dos días.- sonrío y le guiño el ojo a Álvaro, que pone los ojos como platos. -Álvaro, ¿puedes olerlo a pesar de lo rota que está tu nariz? Huele a...- inspiro fuerte por la nariz.- Sí, a cerdo. A cerdo mentiroso.

Toda la clase se queda callada, mirando a Álvaro, y después los unos a los otros. Empiezan a murmurar cosas y después, a reír. Álvaro 1, Claudia 1.

Álvaro se queda callado, le ha pillado por sorpresa y, evidentemente, no tiene ninguna respuesta. Sólo me mira con cara de odio. Primero a mí y después al resto de la clase. La clase empieza a callarse ante la mirada furtida de Álvaro, nadie quiere pelearse con Álvaro. Yo soy la excepción.

Le sonrío plácidamente y él me vuelve a mirar con su cara de odio, parece que va a explotar. Me choco en mi interior los cinco conmigo misma.

A continuación, el profesor me echa un poco de bronca, pero más aún a Álvaro por mentirle a él y a toda la clase.

Cuando la clase siguiente empieza, toca biología.

-Como ya sabéis, para el segundo trimestre vamos a hacer un proyecto de los aparatos y sistemas del cuerpo. Hay 13 grupos de 2 y 1 de 3.- empiezo a mirar a Paula sonriendo y ella me devuelve la sonrisa.- Sin embargo, los grupos los he hecho yo. Lo he hecho por niveles... Poniendo a gente buena en mi asignatura con gente no tan buena. Ahora os proyectaré los grupos.

Podría tocarme con Celia. Celia no es muy buena en biología, y yo sí que lo soy. Proyecta los grupos en la pizarra digital y con la mirada voy buscando mi nombre. Cruzo los dedos para que me toque con ella y no con cualquier otra persona que le den igual los estudios. Como Jacobo o como... ¿¡Álvaro!?

No puede ser. Vuelvo a leerlo.

Ramírez García, Claudia.....................Duato Lorenzo, Álvaro

Miro a Álvaro, está mirando a la pantalla con una sonrisa muy amplia. Esta sonrisa sí que me aterra.

-Bien chicos, este proyecto vais a tener que hacerlo en vuestras casas. Tenéis que buscar información y añadir más cosas de las que ponen en el libro. Será un trabajo de 4 hojas, miraré que cada uno de vosotros haya escrito dos de ellas. Es un trabajo fácil, me lo tendréis que entregar. En esta clase os explicaré cómo debéis hacerlo...

Cuando acaba la clase, voy directa hacia Álvaro.

-Mira, hacemos un trato. Yo hago todo el trabajo, tú no molestas y compartimos la nota. ¿Trato?- propongo desesperada.

-No.- responde él alegremente.

-Te estoy ofreciendo el no hacer nada.- le recuerdo.

-Soy un hombre justo. Además, luego llegará el examen y no sabré nada.

-¿Desde cuando te importan las notas?

-Desde hace...- se mira el reloj- 45 minutos. No sé... Se ve que el ver tu nombre junto al mío ha despertado una llama en mi interior. Deberías estar orgullosa.- me dice hablando como si fuera estúpida.

Suspiro, por muchas ganas que tenga de meterle un guantazo, no puedo.

-Ah, y por cierto, necesitas mi letra en ese trabajo. No hagas ninguna trampa que pueda perjudicarte. 

-Esta tarde salimos a las 2 por ser miércoles. Quedamos nada más llegar a casa, en mi casa. No tardes, después tengo voleibol.

-Allí estaré, compañera.- me sonríe con maldad.

No quiero ni imaginarme la tarde que me espera.




Como enero y diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora