La tarde se pasa volando. Nos la pasamos de risas y bromas, mojándonos mutuamente y tirándonos abrillantador. Cuando nos queremos dar cuenta, todo el comedor está chopado.
-Si ven todo esto tan mojado nos va a caer bronca... A ver si tenemos que volver a limpiar otro día o algo...- digo yo mirando preocupada al comedor.
-¡No seas tan aburrida! Se secará, ya verás.- dice él tan feliz y tan tranquilo.
Yo sonrío, pero débilmente. No quiero volver a verme cara a cara con el director. Ya he tenido bastante en estas 48 horas.
Dejamos todo lo que hemos usado al lado de la cocina y nos vamos para afuera. Estoy muy mojada así que tengo mucho frío. Cuando mis padres me vean así me van a matar.
-¿Tienes frío?- pregunta Álvaro mirándome preocupado.
-No, estoy bien...- miento. Él lo nota.
-Si quieres mi suéter o al...- empieza a decir él.
-No hace falta.- le interrumpo. Me gusta el hecho de saber de que ya no me odia. O que no nos odiamos. O que ya no le odio. En verdad nunca he llegado a saber si me odiaba o si lo hacía por diversión.
-¿Me odias?- le pregunto miando al suelo mientras caminamos hacia la salida. Se queda callado un segundo.
-No.- responde él a secas.
-¿Y antes?- le insisto.
-No es que te odie, es que no me gustan las chicas como tú. Siempre pensando en los estudios y en su futuro, en vez de aprovechar el presente.
-A mí tampoco me gustan los chicos como tú. Siempre haciendo tonterías, yendo a fiestas, colocándose... Sin pensar en el futuro.
-Supongo que somos muy diferentes.
-Sí.- respondo yo.
Está atardeciendo, en breves minutos se hará de noche, y yo estoy congelada. Llamaría a mi hermano para que me recogiera, pero ni de broma me deja estando tan mojada. Cuando llegamos a la salida, se monta en su moto.
-¿Quieres que te lleve?- pregunta él.
-¿Estás de broma? No me pienso subir a ese cacharro, y menos contigo de piloto, sin ofender.
-Tu verás.- responde él despreciándome. Arranca y se marcha. El humo me hace toser, estúpido.
Empiezo a caminar hacia casa. Cómo han cambiado las cosas esta tarde. ¿Será ya así siempre? Miro como se aleja en su moto. Es mucho más simpático de lo que creía, pero sigue sin ser mi amigo. ¿Cómo iría a serlo?
Cuando llego a casa, mi madre me abre corriendo la puerta.
-¿Dónde te habías metido?- me pregunta preocupada y enfadada.- ¿Qué haces tan chopada? ¡Estamos en otoño! ¿Es que te has vuelto loca? Entra corriendo y vete a la ducha.
Recuerdo que a mi madre no le dije nada del castigo. Si se lo dijera, me mataría. Ella siempre quieres que sea don perfecta, con todo matrículas y con todos los profesores a mi favor. Se entera de esto y me mata.
-Me había quedado con Paula a estudiar al lado del río, y entre broma y broma me he caído al mar.
-Eres una irresponsable, como te hayas resfriado ya te enterarás ya. Y eso que tienes examen el viernes de geografía. Como no llegues al sobresaliente, verás.
Mi madre va vestida de empresaria, como casi siempre. Solo se libra los domingos, a no ser que tenga reunión.
Cuando salgo de la ducha, me voy a mi cuarto en albornoz y me visto. Pongo la ropa a lavar. Me llega un mensaje de Paula.
Paula: Que tal con Álvaro? [20:28]
Paula: Ha habido algo importante de lo que me tenga que enterar? [20:28]
Yo: No, la verdad es que no ha pasado demasiado... [20:29]
Yo: Sin embargo ahora siento como que nos llevamos mejor [20:29]
Paula: Bueno bueno... [20:31]
Paula: Por algo se empieza no? [20:31]
Yo: Paula no te esfuerces [20:33]
Yo: No va a pasar nada entre nosotros [20:33]
Yo: Si tanto te importa todo tuyo [20:34]
Paula: Ya veras ya [20:34]
Paula: Todas al principio empezamos diciendo eso [20:34]
Sonrío al leer el último. Paula es única. Pero de momento, tengo bastante claro que su "sueño"no se va a cumplir.
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Como enero y diciembre
RomanceClaudia es una adolescente responsable y estudiosa. Sin embargo, Álvaro es completamente todo lo contrario. Mientras que Claudia pasa las noches leyendo, Álvaro se va de fiesta a conocer a gente. Poco a poco, irán cambiando su odio mutuo por un amor...