Como enero y diciembre

Capítulo 21

El "bosque-campo" de noche da un poco de miedo. Un poco bastante. Sobretodo cuando los sonidos que se oyen son nuestras pisadas en las hojas, el viento, el río, los grillos y algunos búhos. 

-No vayas tan rápido...- digo interrumpiendo nuestro silencio.

-No vayas tan lento...- dice él intentando imitar mi tono de voz.

Empiezo a caminar a marcha forzada. De repente, llegamos a un descampado donde apenas hay casi árboles. Ahora hay bastante buena iluminación, ya que las ramas de los árboles no tapan la luz de la luna llena. 

Empiezo a mirar a mi alrededor, parece una escena de película. No hay absolutamente nada que no sea naturaleza. El río, ahora lo escucho con mucha más precisión, y se ve una mancha blanca moviéndose, la Luna.

-Guau, es precioso...- le digo.

-¿Sí? Pues este no es nuestro destino.- contesta él con una mirada ilusionada y misteriosa.

Gira hacia la derecha y empieza a caminar. A medida que nos vamos alejando del punto anterior, voy escuchando el agua a un volumen más alto, como si estuviera salpicando constantemente.

-No puede ser... ¿Una cascada?- miro con admiración la maravilla que tengo ante mí. El río que estábamos siguiendo nos ha llevado hasta una cascada, no muy alta (aproximadamente de unos 5 metros) que termina en un pequeño lago.

-Poca gente la conoce...- empieza a bajar por una rampa que lleva hasta el lago.

-¿Y tú? ¿Por qué?- empiezo a seguirle (cómo no).

-Un día que estaba cabreado... Ya sabes, esos momentos en los que no te apetece nada estar rodeado de gente... Me adentré en el bosque y llegue hasta aquí.

Llegamos hasta el nivel del lago, él empieza a escalar una roca enorme que hay al lado del lago.

-No puedo subir...- le digo cuando llego hasta la roca.

-Sí, sí que puedes.- se tumba en la roca y me ofrece la mano. Se la agarro y empiezo a subir como puedo. Desde luego, tiene un buen brazo. Cuando consigo estar arriba, me siento a su lado.

-¿Es aquí dónde llevas a las chicas que te quieres ligar?- le digo para romper el hielo. Él se ríe.

-No, la verdad es que nunca le había enseñado este lugar a nadie.- reconoce él.

-¿Y por qué me lo muestras a mí?- pregunto.

-Pensé que te gustaría...

Me quedo en silencio mirando el paisaje, este es mucho más bonito que el de antes. Con la cascada cayendo, la Luna reflejada en el lago... Además, desde esta piedra se ve como alrededor del lago es todo descampado y poco a poco van apareciendo los árboles hasta crear el bosque.

-Pues sí, me ha gustado...- contesto. Me giro para mirar a Álvaro, y veo que él me está mirando.

Me está mirando con la mirada que no sé descifrar. Siempre suelo entender las miradas que me echa, pero esta vez no sé que es lo que siente, o lo que me quiere dar a entender.

-¿Prueba o verdad?- pregunta sin dejar de mirarme.

-Verdad.- le contesto, ¿por qué siento esta cosa tan extraña en mi estómago?

-¿Te atraigo?- pregunta.

Me quedo en silencio mirándole. ¿Me atrae? Sí, es evidente que sí. A toda mujer sobre este mundo le atrae físicamente Álvaro Duato.

-Sí...- contesto. Empiezo a ponerme roja y tengo que apartar la mirada, pero él me sigue mirando. Maldito estómago, deja de hacerme estas cosquillas. 

-Te toca preguntar.- me recuerda.

-¿Prueba o verdad?- vuelvo a mirarle. La verdad es que me cuesta, su mirada es tan prepotente, dominante...

-Verdad.- contesta él.

Me quedo en silencio mirándole, ¿qué le pregunto? Decido devolvérsela:

-¿Tienes ganas de besarme ahora mismo?

-Sí.- contesta.

Aprieto los labios, este momento es tan incómodo y satisfactorio a la vez... ¿Quién diría que estaría así con Álvaro? Parece como que estoy soñando, pero sé que no es un sueño. Como aquel sueño en el que me besaba... No, esto es la realidad. Todo lo que siento es real.

-¿Prueba o verdad?- pregunta.

Decido cambiar a prueba, no quiero ponerme tan moñas con él...

-Prueba.- contesto.

Y entonces en ese instante, sin esperármelo ni un poquito, se aproxima hacia a mí y junta sus labios con los míos. 

NOTA DE LA AUTORA: de nada, me ha costado un montón escribir este capítulo ^^.