Capítulo 22

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Abro delicadamente los ojos, ya es de día. La luz del Sol entra a través de las cortinas de las cortinas débilmente en mi cuarto. ¿Cuánto tiempo he dormido?

Pero, lo que más me pregunto en este momento, ¿qué he soñado? ¿He vuelto a soñar que besaba a Álvaro?

Sin embargo, lo que recuerdo... Lo recuerdo fugaz... pero real. Pero no, recuerdo a Álvaro demasiado afable y agradable. Me duele la cabeza, también recuerdo que bebí, pero no mucho. Dos vasos de vodka con... ¿coca-cola? Algo así.

Pero no, es imposible que haya pasado todo eso. 

Todo ha sido un sueño. Sí, lo ha sido.- digo en voz alta en un intento de autoconvencimiento.

En este momento no me apetece nada salir de la cama así que me giro sobre mi misma 180º.

-No... Puede... Ser...- susurro.

A mi lado, están todos mis cojines, con la muñeca que me regalaron por mi octavo cumpleaños, tal y como aparecía en mi... ¿sueño?

Me siento sobre la cama. Sí, recuerdo que llegue tan tarde y tan cansada que pasé de recogerlo, y que me tumbé al lado de ese... monumento. Me dormí en apenas un par de minutos.

Eso significa que todo ha sido real, no un sueño. Todo, desde el juego de "prueba o verdad", aquel lago... aquel beso.

Me empieza a doler la cabeza más aún. No me lo creo, ¿qué has hecho, Claudia? ¿Significa esto un cambio en tu relación con Álvaro? 

No, él nunca tendría una novia. Ni tú tampoco un novio pero... ayer estaba tan... tierno que enamoraba. ¿Estáis saliendo, o fue todo un beso? Si Álvaro fuera siempre como anoche, la verdad es que no me importaría salir con él...

¿Cómo es posible que todo haya cambiado tan drásticamente en una noche? Trato de recordar todo lo que pasó ayer, hora por hora, ¿ocurrió algo más?

Después de besarnos, nos quedamos un rato hablando. Él hablaba sobre algunas experiencias que había tenido al salir de fiesta y yo anécdotas de cuando era pequeña. Sin embargo, son incomparables sus historias con las mías. Sonrío al recordarlo.

Después, nos volvimos con su moto. Fuimos a su balcón, salté al mío y me metí en mi casa. No hubo beso de despedida, ni sexo. Cosa que me alivia bastante.

Y ahora, ¿qué? Creo que lo mejor es que llamase a Paula.

-¿Claudia?- dice Paula cuando me coge el teléfono.

-Hola Paula... Verás, no te vas a creer lo que pasó anoche...

Le cuento todo lo que recuerdo, detalle por detalle y ella me responde con "ajás" y con "¿y entonces qué pasó?"

-Eres tonta, pero tonta tonta tonta...- responde ella cuando acabo.

-¿Qué? ¿Por?- pregunto confusa.

-Él solo estaba aburrido y se aprovechó de ti. Seguramente quiso liarse contigo desde que te vio llorando en el balcón.- parte de mí me dice que posiblemente sea así, pero otra parte de mí me dice que no.

-Si hubiera querido eso no habría pasado toda la noche conmigo.- le contradigo.

-Eres una chica difícil y... no te ofendas, pero estrecha. Pensó que valdría la pena.- argumenta ella.

Me digo a mí misma que no, que no puede ser así. Se le veía tan diferente... Además...

-...me llevo a un lugar adónde nunca había llevado a nadie.- me defiendo.

-Eso le debe decir a todas. Claudia, la verdad es que no te veía tan ingenua. Te dije que pasarás de él, y ahora mírate. Le has dado a Álvaro lo único que quería de ti...- esas palabras me duelen.

-Y yo creía que eras mejor amiga. Gracias por apoyarme con posiblemente la mejor noche de mi vida, mi primer beso y a lo mejor mi primer amor.

-Claudia, no te pongas así pero es que...

-Envidia, eso es lo que te pasa.- la interrumpo, y cuelgo.

Al momento me siento mal, pero es que es la verdad. Supuestamente es mi mejor amiga, debería de apoyarme incondicionalmente. 

Me siento, mi vida no para de girar y girar. ¿Cuál será mi reacción cuándo vea a Álvaro? ¿Y la suya?


Como enero y diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora