Como enero y diciembre

Capítulo 24

-¿Se puede saber que has hecho?- le pregunto desesperada. Estamos solos en el pasillo, lo que hace que piense que si lo estrangulase nadie se enteraría.

-¿A qué te refieres?- responde él sonriendo como un angelito.

-¿Por qué toda la clase se ha enterado de lo que paso el viernes?

-Ahhhhh...- se hace el sorprendido.- ¡Eso! Simplemente compartí nuestra gran experiencia.

-¡¿Por qué?!- le grito.

-¿Y por qué no? ¿He incumplido alguna ley o algo?- enarca las cejas. Es insoportable. ¿Cómo pude hacer eso?

-Eres retrasado...- ¿y ahora qué?

-Si quieres podemos alargar nuestra experiencia...- me pone su mano en mi cadera mientras se acerca.

-¡Pues claro que no!- le aparto la mano rápidamente.

-Oh, vamos... Si te encantó.- empieza a acercarse lentamente a mí. Detrás tengo la pared así que no puedo alejarme, así que lo único que hago es cruzarle la cara con mi mano.

-¿Cómo pude pensar que en el fondo eras bueno...?- empiezan a entrarme ganas de llorar, así que a marcha forzada me alejo de él.

-¡Puta!- grita cuando voy a cruzar la esquina.

-Gilipollas...- susurro yo.

Entro al baño y no puedo evitar echarme a llorar cuando cierro la puerta.

-¿Claudia?

Levanto la cabeza y veo a Celia, Paula y Laura. Qué vergüenza.

-¿Estás bien?- pregunta Laura.

-Sí...- respondo yo. ¿En serio pienso que va a colar?

En ese momento, se miran entre ellas y después, para mi sorpresa, me abrazan. ¿Por qué hacen esto si me he portado como una gilipollas?

-Lo siento.- gimo.

-No pasa nada.- dice Celia.

-Yo también lo siento...- dice Paula.

Paramos de achucharnos.

-Álvaro es retrasado.- dice Celia.

-Lo sé.- respondo intentando reírme.

-¿Quieres hablar de...?- empieza a decir Laura.

-No, no por favor. Dejadlo así.- ruego. Me siento en el suelo apoyándome en la pared.

El suelo no está muy limpio, pero qué más me da ya.