Capítulo 40: Estrenando la casa con problemas

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NPM 46
Harry miró la puerta de su casa nueva, luego miró a Niall y sonrió.
-Bueno... Casa nueva. ¿No me entras en brazos?
Niall le miró y gimió.
-¿En serio?
-Bueno, lo entiendo. Estoy tan gordo...
-Sí, te entro -Niall agachándose. Abrió la puerta como pudo. -¿Ya has puesto la decoración de Halloween?
-Sí. Tengo ganas de que sea la fiesta.
-Mañana. -Niall le dejó en el suelo y su espalda protestó.
-Louis y Liam vienen. Ya quiero verlos juntos. ¿Te duele la espalda?
-No, cariño.
-¿Seguro?
-Voy a meter las maletas.
-Deberíamos preparar el cuarto aquí de Eileen. Niall, mi maleta pesa.
-Ya lo veo. ¿Qué has metido?
-Comida que manda tu madre.
Niall se acarició la espalda.
-Vale, me he hecho daño
-Soy un elefante.
-No es solo por los kilos. Eres muy grande -Niall se rió y se sentó junto a él. -Me gusta nuestra nueva casa.
-Me gustas tú -Harry se rió. Entonces miró alrededor y suspiró. -y quiero que Eileen viva aquí sus primeros días.
-No podrás viajar por la cesárea.
-No entiendes. Quiero que nazca aquí. En Irlanda.
-Harry, ya has hablado con los doctores en Londres.
-Pues que se venga aquí, le pago bien. Quiero que nazca aquí.
-Pero tenemos un compromiso para cantar por Navidad en Londres, el día 20. Habrá que anularlo.
-Vendremos en Navidad y nos quedamos hasta marzo que nazca.
-Pero el vuelo...
-Es corto. Y es mi última palabra
-No puedo negarte nada y menos embarazado.
-Así me gusta. Hazme un oral.
Niall suspiró y se puso de rodillas. Harry estalló de risa.
-Era broma. Levántate, que tienes la espalda mal.
-Lo hubiera hecho con gusto.
-Bueno, si es con gusto... -Harry lo abrazó y Niall se rió. Entonces Niall se agachó y se dispuso a... Y sonó un ruido feo.
-¡Niall!
-Mi espalda. Harry, algo se ha roto.
-Eso ha sido un músculo. No te muevas.
-¡Cómo si pudiera!
-Cielo, quizás... Te has quedado en una posición ciertamente incómoda, podrías....
Niall intentó levantarse, pero gritó de dolor y volvió a quedar inclinado sobre el regazo de Harry.
-Voy a llamar al médico.
-Harry, mira mi postura.
-Si ha sido un nervio, tiene que venir un médico. -Harry marcó el teléfono de emergencias. -dicen que tiene pinta de ser el nervio ciático, que no te muevas.
Niall protestó. Estaba inclinado sobre el sofá con el pene de Harry a centímetros. Pasados unos diez minutos que parecieron eternos, llamaron a la puerta. Harry quitó el seguro remoto con el móvil.
-Pasen.
Entró un joven doctor con un maletín de piel marrón, alto y muy joven. Con él iban dos enfermeros, un hombre y una mujer.
-Buenos días, eh...
-Mi marido se estaba agachando para... Eh... Coger una cosa y le dio un tirón.
-¿Que cosa? -preguntó la enfermera con cierta malicia.
El doctor se acercó a Niall y le tocó despacio.
-Sí, parece el nervio ciático. Se habrá pinzado por algún sobreesfuerzo.
Harry se puso un poco rojo.
-No se preocupe, señor Storan. Le vamos a inyectar un relajante muscular, unas horas de reposo y mañana como nuevo.
Niall apretó la cara contra el muslo de Harry cuando le inyectaron el relajante muscular. Pasados unos minutos los enfermeros le movieron con cuidado.
-Despacio... Le acompañaremos a su cama.
Niall asintió. Iba como medio flotando.
Le ayudaron a meterse en la cama. Los enfermeros salieron y el doctor se quedó dándole indicaciones a Harry, que ayudaba a su marido a quitarse los zapatos.
-Que no se mueva más que lo mínimo imprescindible, que descanse y no haga esfuerzos.
-Le cuidaré muy bien.
-Voy a extenderle una receta por si tiene dolores.
Harry asintió y se acercó a su marido.
-Cariño, esperaba que tu conectaras el televisor, pero lo intentaré como pueda.
Harry se acercó a la mesa de la televisión. Pero estaba absolutamente todo desconectado, los cables por todos los sitios. Se agachó, se arrodilló y miró los cables con la misma desconfianza con que miraría a un asesino en serie.
-¿Necesita ayuda?
Harry miró hacia el doctor y sonrió avergonzado.
-No sé como hacer funcionar esto.
-Vamos, no le conviene estar de rodillas en su estado... Déjeme ayudarle.
Harry asintió y dejó que le sujetara el brazo para levantarse. Niall volteó los ojos y se incorporó un poco.
-¿Todo bien, Hazza? ¿Estáis bien tu y nuestra hija, mi amor?
-Sí, el doctor Smith me estaba ayudando.
-Les ayudaré a conectar el televisor.
-No hace falta -dijo Niall. ¿Por qué no se alejaba de su marido?
-No seas bobo, Ni, hoy echan fútbol y te encanta.
-No me importa -dijo el doctor.
-Gracias -le dijo Harry. -Ay, me he cansado. Estos kilos...
-No crea, no está nada gordo -el médico se incorporó -conectado.
-No, no estás gordo -gritó Niall -ven aquí.
-Espera, Ni, tengo que pagar al doctor.
-Me duele, quiero que vengas.
-Es un enfermo imposible -se rió Harry.-le firmaré un cheque.
-Yo tengo efectivo -protestó Niall. Harry se acercó acompañado por el médico. Niall sacó varios billetes. -muchas gracias, procuraré que la próxima vez que tenga un accidente mientras voy a hacerle sexo oral a mi marido no venga un hombre que intente ligárselo frente a mi cara.
Harry contuvo el aire y se hizo silencio. El doctor cogió el dinero y se fue murmurando.
-Ni... -Harry se acarició la tripa -lo siento. Yo no estaba coqueteando...
-Lo sé, no hablaba de ti -Niall se recolocó.
-Lo siento, no...
-No has hecho nada, ha sido él -gruñó Niall -anda, túmbate a mi lado.
-No le gustaba -Harry se acostó junto a Niall y le abrazó -¿no has visto como estoy?
-En serio, Harry, deja de decir eso. Estás guapísimo. -Niall se giró hacia él. -el embarazo te hace estar radiante.
Harry le miró, inseguro. Niall le besó.
-Y ese tipo quería algo... Eres mío...
Harry se rió y le besó.
-Tu partido de fútbol no empieza hasta dentro de una hora, deberías descansar.
-Supongo
-Te voy a ayudar a relajarte -Harry bajó la mano -hum. He encontrado algo... -sonrió acariciándolo. Luego se pasó la lengua por los labios.
-Harry, esa lengua...
-Dime.
-Quiero esa lengua donde tienes la mano.
-Supongo que sí. -Harry volvió a lamerse los labios, mientras seguía tocándole con la mano.
-Odio cuando te miran así... No quiero que nadie te mire como si quisiera follarte...
Harry asintió, acariciando muy despacio. La respiración de Niall se aceleró.
-Sé que es hipócrita y que a ti también te pasa. Que somos famosos. Pero me da igual. Eres mío. Y llevas a mi bebé.
-Pues claro -Harry paró de acariciar y se deslizó hacia abajo en la cama. Niall gritó apretando las sábanas.
-Harry...
Harry estiró los brazos y le sujetó las manos. Niall se las apretó.
-Mi amor...
Niall chilló al sentir la inminencia del orgasmo. Harry aceleró y se levantó, satisfecho, cuando Niall se corrió.
-¿Más tranquilo?
Niall asintió, jadeando. Harry se acurrucó contra él.
-Puedes poner el partido.

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