Me encontraba en el avión, camino a Londres. Había conseguido una beca hace 1 año para estudiar en Vancouver, Canadá. Se me había pasado volando, literalmente. Había conocido a gente realmente maravillosa, pero no podía negar que echaba de menos mi hogar y estaba deseando volver. En apenas unas horas estaría de vuelta en mi ciudad de origen.
Cuando llegué, bajé del avión y recogí mi equipaje. Me apresuré a ir al baño a revisar mi pelo. Me miré al espejo y, efectivamente, se había ondulado. Era uno de los pocos defectos de Londres, con la humedad mi pelo volvía a su naturalidad, sin embargo, en Vancouver podía plancharmelo a mi antojo.
Salí de aquel pequeño cubículo y fui hacia el parking del aeropuerto. Divisé a lo lejos a un atractivo chico apoyado contra un coche gris. Fui corriendo hacia él y me lancé a abrazarle.
- ¡Dylan! - solté grititos de emoción contra su cuello.
- Hola pequeña - sonrió.
Dylan era mi mejor amigo desde que tenía memoria. Él siempre había estado en los buenos y malos momentos. Realmente lo había echado de menos.
-¡Dios! - me tapé la boca riéndome.
-No has crecido ni un centímetro - me guiñó un ojo con una sonrisa, a lo que yo respondí dándole un suave manotazo en el brazo, provocando una carcajada en él.
Nos montamos en su coche camino a mi casa. Me contó acerca de su último año. Todo lo que había pasado mientras yo había estado fuera. Nada había cambiado demasiado. Le habían admitido en una buena universidad allí en Londres, por lo cuál no se iría de la ciudad.-Por cierto - se detuvo en un semáforo - me he metido a boxeo.
-¿Boxeo? ¿Tú? - sonreí con diversión - creía que no era de tu estilo.
-Me lo pasó bien, la verdad.
Sí se notaba que había estado haciendo ejercicio, pues los músculos se marcaban en las mangas de su sudadera. Dylan era un chico muy guapo, podría tener a cualquier chica que quisiera, aunque no le iba demasiado bien en el amor. Aunque jamás le había visto como algo más como un amigo, al igual que él, algo que hacía de nuestra amistad algo genial.
-Es más, esta noche tengo una pelea - me miró.
-No estarás sugiriendo que...-me interrumpió.
-Ven, vamos, lo pasarás bien - hizo pucheros con su labio inferior.
-¿Viendo como te pegan y como pegas a otro? No, gracias - miré al frente.
-Tampoco soy tan malo boxeando - se rió - vamos Maggie, sólo por hoy.
Suspiré con desesperación. No me apetecía demasiado ir a ver cómo le pegaban, pero llevaba mucho tiempo sin verla y sabía que le hacía ilusión.
-No te has negado - noté como sonreía.
-Eres muy cabezota, lo sabías, ¿verdad? - me reí.
Llegamos a mi casa y frenó.
-Paso a recogerte a las nueve - me besó en la mejilla - no te arregles demasiado.
-No pensaba hacerlo
-Ya ya, presumida - rodó los ojos, a lo que los dos reímos.
Bajé y cogí mis maletas de su maletero. Saqué las llaves de mi casa, abrí y entré. Hogar, dulce hogar. Todo seguía igual.
Realmente tenía curiosidad a ir a esa pelea, nunca había ido a una. Me gustaba hacer cosas nuevas. Pero por otro lado, no me resultaba agradable el hecho de que fueran a pegar a Dylan. Pero así era el boxeo, golpeas y eres golpeado.
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Hey Angel - Harry Styles *COMPLETA* *EN EDICIÓN*
Fanfiction22 años. Boxeador. Frío. Agresivo. Obsesivo. Posesivo. 18 años. Estudiante. Dulce. Soñadora. Guapa. Sonriente. ¿Cómo acaba?.