23.

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Narra Harry.

No podía perder más tiempo. Ni siquiera había cogido el coche. Había salido de casa corriendo hacia la comisaría. El corazón me iba a mil por hora. Tenía que darme más prisa que nunca, o perdería a Maggie. Mi pequeña Maggie...

Cuando llegué a la comisaría, chorretones de sudor resbalaban por mi frente. Necesitaba descansar un segundo. Pero quizá ese segundo, lo jodiera todo. 

Entré dentro y comencé a abrirme paso entre la gente que había. Iba directamente hacia el despacho de Hamilton. 

-¡Eh! ¿Dónde te crees que vas? - esquivé al policía y seguí mi camino.

-Sé dónde está - dije al entrar en el despacho. 

Hamilton me miró perplejo.

-¿Cómo dices? - preguntó.

Le conté todo sobre la llamada. Me pidió el número con el que había llamado Maggie.

-De acuerdo, chico. Siéntate y aquí y relájate. Vamos a intentar rastrear la llamada.

-Tenéis que encontrarla - se me llenaron los ojos de lágrimas - por favor...

-Lo haremos - puso una mano en mi hombro - te lo prometo.

Salió, dejándome solo en aquel diminuto espacio. ¿Sabéis?, siempre me he considerado una persona fuerte, y me refiero en cuanto a voluntad. Pero con Maggie no. Era mi debilidad. 

No sé cuánto tiempo pasó, pero a mi me pareció una eternidad. Finalmente, Hamilton seguido de otros dos policías entró al despacho.

-Lo tenemos, Harry - asintió.

Me levanté instantáneamente. 

-Vamos a por ella.

Quisieron impedir que fuera, pero al final accedieron. Tres patrullas se dirigían hacia la casa en la que Connor tenia secuestrada a Maggie. Sentía que se me iba a salir el corazón del pecho. Quería volver a tenerla en mis brazos, volver a escuchar su voz. Podríamos haber sido felices, pero ese maldito hijo de puta me la arrebató. Pero eso iba a acabar.

Los coches aparcaron al lado de la supuesta casa. Me pidieron que me quedara atrás, aunque yo no estaba demasiado por la labor. Tiraron la puerta abajo y entraron todos.

-Comenzad a buscar vosotros por la planta baa. Nosotros miraremos arriba - ordenó Hamilton.

-No, está en el sótano. Ella me dijo que estaba en el sótano - dije.

-Son mis órdenes, Harry. Puede que no esté ni siquiera en la casa, pero tenemos que asegurarnos de mirar en todas partes.

-Joder.

Eché a correr buscando la puerta que daba al sótano. Oía como todos me llamaban, pero no podía detenerme. Encontré la puerta y la abrí. Bajé las escaleras lo más rápido que pude hasta llegar abajo. No había demasiada luz, pero sí la suficiente como para que pudiera ver lo que estaba pasando ahí abajo.

Había una cama. Parecía vieja. Maggie estaba en ella, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Connor estaba encima de ella, sujetándola. La estaba violando.

-Harry...- dijo ella en un hilo de voz.

Mi corazón se partió en aquel instante, y la rabia comenzó a apoderarse de mí.

-¡Cabronazo asqueroso! - me abalancé sobre Connor.

Mi puño se estampó contra su cara. Una vez. Dos, tres. De repente algo se estampó contra mi pierna, y me hizo gritar de dolor. Era una bala.

Connor se alejó de mí y cogió a Maggie. Puso la pistola contra su sien.

-Mira lo que has conseguido, Styles. ¡Mira lo que me has hecho hacer! - bramó.

Maggie lloraba. Yo me desesperaba, ya que intentaba levantarme pero mi pierna fallaba.

-Ni se te ocurra moverte o le vuelo los sesos ahora mismo - hizo el amago de apretar el gatillo.

La policía llegó en aquel momento. Todos apuntaron a Connor con sus pistolas.

-Suéltala Connor, y nadie saldrá herido - dijo Hamilton.

Connor empezó a temblar. Sus ojos estaban inyectados en sangre.

-No...no...¡joder, no! ¡Él tiene toda la culpa de esto! - me señaló - ¡Si no hubiera aparecido nada de esto habría pasado y Maggie y yo seríamos felices! - apuntó su pistola hacia mi cabeza - por eso eres tú quien debe morir.

Entonces, su dedo presionó el gatillo.

-¡No! - Maggie empujó a Connor, haciendo que fallara el tiro. 

-¡Zorras! - de repente, uno de los policías apuntó al costado de Connor y disparó. Cayó al suelo retorciéndose de dolor.

Inmediatamente todos los policías lo rodearon para detenerlo.

-Maggie... - no sé de dónde saqué las fuerzas, pero conseguí levantarme.

Ella vino corriendo hacia mí. Sus brazos rodearon mi cuello, y los míos su cintura. La acerqué a mi todo lo cerca que pude. Necesitaba sentirla, sentir que estaba ahí, que todo por fin era real y no uno de esos sueños que había tenido los últimos  meses.

-Ya estoy aquí, ángel - cogí su cara entre mis manos y le besé la frente.

Ambos estábamos llorando. Nos fundimos en otro abrazo. Uno de esos en los que cierras los ojos, porque no quieres nada más.

Media hora más tarde, los dos nos encontrábamos sentados en la parte de atrás de una ambulancia. Me había extraído la bala y vendado la pierna. Dolía. Joder que si dolía. Pero lo único de lo que podía preocuparme en aquel momento, era de mi pequeño ángel. 

La miré. Estaba mucho más delgada, y había perdido su alegre mirada. ¿Su sonrisa? Probablemente se había ido con la cordura de Connor.

-Lo siento - dije.

-¿El qué? - dirigió su mirada hacia mí.

-Haber llegado tan tarde - suspiré.

-Ahora estás aquí - cogió mi mano y entrelazó nuestros dedos - estamos juntos. Ya se ha acabado - consiguió sacar una pequeña sonrisa, a pesar de toda la oscuridad que la invadía.

-Tendremos el final feliz que nos merecemos, ángel. Te lo prometo.




Hey Angel - Harry Styles *COMPLETA* *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora