3.

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-Osea, que nada más que vuelves de Canadá te echas novio. ¡No te creía tan pillina amiga! - soltó una risotada.

-Por tercera vez, Amanda, anoche sólo salimos a cenar. Nada más - suspiré.

Amanda era una vieja amiga, la conocía desde el instituto. Me había llamado para salir por la noche y no me negué. Salir con ella era genia, era el alma de la fiesta. Y ahí estabamos. Ella con una borrachera monumental, y yo intentando controlarla.

-Será mejor que...

-¡Amigas! - se levantó repentinamente y se acercó a un grupo de chicas.

Negué riéndome. Me levanté y entré al baño. Me miré al espejo y tenía un aspecto horrible. La música de aquel local se podía escuchar desde los baños. Me coloqué el pelo y me eché agua en la cara para refrescarme.

Salí del baño. Apenas di dos pasos, mi espalda chocó bruscamente contra la pared.

-¿Estás sola, nena? - un hombre de mediana edad, borracho, me acarició la mejilla.
Empecé a temblar. Soltó una carcajada.

-Me puesto mi sueldo a que eres virgen - cada vez se acercaba más a mi, pero yo no me podía mover, ya que me tenía acorralada.

El miedo me invadía por completo. No sabía que hacer, quería gritar, pero estaba paralizada.

-Me lo voy a pasar en grande - estaba a punto de besarme cuando sentí que ya no estaba cerca de mi.

Miré a la pared de enfrente, dónde habia sonado un golpe. El hombre estaba tendido en el suelo, y había alguien más encima de él dándole puñetazos. Espera, ¿ese era Harry?. Sacudi la cabeza y reaccioné. Fui corriendo hacia Harry intentando separarle del hombre. Después de varios intentos, lo conseguí.

-Que no te vuelva a ver por aquí - le dio una patada en el estómago.

Me cogió de la mano y me sacó del local. Una vez en la calle, se colocó cara a cara conmigo y tomó mis mejillas con ambas manos.

-¿Te hizo algo antes de que yo llegara? - inspeccionó mi cara.

Negué.

-¿Qué...qué hacías allí? - pregunté en un hilo de voz.

-Estaba con unos colegas. Pero lo importante es, ¿Estás bien? - me miró a los ojos con preocupación.

Es cierto que me había impactado, en cierta manera, ver como se descontrolaba pegando a aquel hombre. Pero de no haber sido por él, a saber que habría hecho ese hombre conmigo.

-Gracias - sonreí ampliamente.

Sonrió de igual manera mostrando sus hoyuelos, que le daban un aire algo inocente.

-Para eso estoy, ángel - me acarició la mejilla - ven, te llevaré a un sitio - comenzó a andar pero yo me quedé estática en el sitio; se giró para mirarme - venga, no muerdo - sonrió con diversión.

Di una pequeña carrerilla y continué andando a su ritmo.

-A menos que me lo pidas...-murmuró.

Preferí no decir nada al respecto. Le mandé un mensaje a Amanda diciendole que me iba a casa, y ella me respondió con una foto en la que estaba con las chicas de antes. Eso me dejó bastante tranquila, aunque me sentaba algo mal irme sin ella.

El sitio no quedaba muy lejos, a unos quince minutos de donde estabamos. Entramos en una cafeteria, pequeña, pero bastante acogedora.

-¡Styles! Tío, creía que no ibas a venir.

Un chico rubio y de ojos azules sonrió a Harry y salió de detrás de la barra para saludarle. Hicieron ese típico saludo que hacen los chicos. El chico rubio me miró.

-¿Es tu chica? - preguntó sin apartar la mirada.

Harry me miró y pasó un brazo por mis hombros.

-Preséntate, ángel.

¿No debería haber negado la pregunta?

-Soy Maggie, un gusto - sonreí al chico rubio, cuya sonrisa no se esfumaba.

-Mi nombre es Niall, para servirte - me guiñó un ojo.

Volvió detrás de la barra.

-¿Qué se os ofrece?

-Para mi una cerveza - se adelantó Harry.

-Yo agua - sonreí con amabilidad.

Nos sentamos y Harry puso una mano en mi muslo.

-Disfrutad pareja - Niall dejó los vasos en la mesa.

-Harry y yo no...-no pude terminar, ya que se alejó y se colocó de nuevo en la barra.

Harry bebió de su cerveza. Le miré bebiendo de mi agua. Antes no había podido fijarme bien, pero ahora que lo hacía, estaba realmente guapo.

-Creía que estarías con Dylan - me acarició el muslo.

-Fui con una amiga, pero me temo que se pasó con las copas.

-¿Y tú? ¿No bebes? - enarcó una ceja.

-Apenas, prefiero controlar a Amanda - me encogi de hombros bebiendo de nuevo.

-Eres demasiaso buena, ángel - sonrió acariciando mi mentón.

Vaciamos nuestros vasos, nos despedimos de Niall y fuimos a buscar el coche de Harry.

Me abracé a mi misma, ya que empecé a tiritar. Sentí algo sobre mis hombros. La sudadera que Harry llevaba, ahora estaba puesta en mi. Le miré y sonreí. El miró por unos instantes mis labios haciendo que me sonrojara.

Nos montamos en su coche y condujo hasta mi casa. Durante el trayecto ninguno de los dos dijo nada, pero no era algo incómodo.

Me quité el cinturón de seguridad y abrí la puerta del coche dispuesta a salir, pero Harry me agarró suavemente del brazo. Le miré a los ojos. Esos intensos ojos verdes miraban directamente a los míos, haciendo que mi corazón se acelerara.

-Buenas noches, ángel - besó mi mejilla.

Bajé del coche y entré en casa pensando en aquel peculiar chico que me llamaba ángel.

Hey Angel - Harry Styles *COMPLETA* *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora