Los primeros días fueron de lo más desagradables. Todo se acumulaba.
Lo que más me agobiaba eran las preguntas de los policías. Ya había ido a la comisaría como 3 veces, y todas ellas para contestar a las mismas preguntas.
Pasaron 2 días hasta que pude ver a mis amigos. Se notaba que todos habían estado preocupados por mí.¿Sabéis? Está horrorosa experiencia me había aportado algo muy importante: ahora valoraba mucho más mi vida y la gente que en ella estaba.
En cuanto a Connor...bueno, en unos días se realizaría el juicio, al cual yo por supuesto tendría que asistir. Deseaba con todas mis fuerzas que acabase pudriéndose en la cárcel. El muy hijo de puta me había arrebatado demasiadas cosas.
No quería pasar las noches sola, al menos al principio, por lo que Harry me ofreció quedarme en su apartamento algún tiempo.
-Harry... - estaba en la puerta de su habitación, viendo cómo él preparaba la cama.
-¿Sí? - se apartó el pelo de la cara.
-¿Te importaría que...durmiesemos separados? - pregunté en un hilillo de voz.
Me dedicó una sonrisa dulce.
-Por supuesto, pequeña - se acercó a mí y me besó la frente suavemente.
Mis músculos se tensaron. Aún seguía sintiendo escalofríos cada vez que alguien del sexo masculino hacía contacto físico conmigo. Era algo que esperaba superar pronto.
Tras despedirse de mi, se fue al salón, a dormir al sofá suponía. Me daba mucha pena que durmiese allí, pero por más que intentara sentirme agusto con otra persona en la cama, no lo haría.
Lo cierto es que no tardé mucho en dejarme caer en los brazos de Morfeo. Pero por mi cabeza no dejaban de pasar imágenes de Connor. No, no eran simples imágenes. Eran recuerdos. De cómo me tocaba, de cómo me consumía...
Necesitaba huir de ahí cuanto antes. No quería revivirlo. No podía aguantarlo.
Me desperté empapada en sudor y gritando.
-¡Maggie! - Harry entró corriendo en la habitación - por dios, ¿qué ha pasado? - se acercó alarmado.
-Era...era solo una pesadilla - mi pecho subía y bajaba rápidamente.
-Oh, ángel... - soltó un suspiro - tranquila, estoy aquí - intentó envolverme entre sus brazos pero, casi como por instinto, me aparté - dios, perdona, lo había olvidado.
-No no, Harry. No es tu culpa - me pasé las manos por la cara - ojalá pudiera simplemente superarlo y hacer como que nada hubiera pasado. Pero no puedo, es como...si se hubiera adherido a mí - confesé.
-No tienes por qué darme explicaciones, Mags. Lo entiendo y lo respeto. Nadie sabe por lo que has pasado - intentó tranquilizarme.
Los días fueron pasando, e intentaba sentirme mejor, pero nada de lo que hacía servía. Pasaba la mayor parte del tiempo al aire libre, dando paseos o simplemente sentándome en un banco leyendo. Cualquier cosa con tal de no encerrarme en casa. Pero lo más duro eran las noches. No había ni una sola en la que no me despertase presa del pánico que me provocaban las pesadillas. Pero, afortunadamente, Harry siempre estaba ahí para calmarme.
Finalmente había decidido ir a terapia, ver a alguien y poder hablar de todo lo que me atormentaba. Sabía de sobra que todo acabaría por sobrepasarme y no sabría manejarlo yo sola.
Es entonces cuando el día del juicio llegó. Me había puesto un vestido estampado con flores porque, ya sabéis, tampoco iba a ir en chándal. Me encontraba en la entrada del juzgado, acabando con mis uñas. A pesar de que todos mis amigos habían ido para apoyarme, lo cual les agradecía infinitamente, los nervios se apoderaban de mí. No sabía si estaba preparada para contestar a todas las preguntas que me harían revivir el infierno que sufrí o para ver a Connor de nuevo,o peor aún, para escuchar la sentencia.
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Hey Angel - Harry Styles *COMPLETA* *EN EDICIÓN*
Fanfiction22 años. Boxeador. Frío. Agresivo. Obsesivo. Posesivo. 18 años. Estudiante. Dulce. Soñadora. Guapa. Sonriente. ¿Cómo acaba?.