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Había estado media hora fuera, con tal de evitar a Harry. Finalmente, emprendí el camino a casa. Miré dos veces, no había ni rastro de Harry.

Saqué las llaves y las metí en la cerradura, las giré y la puerta se abrió.

-Has ignorado mi mensaje - resonó una voz a mis espaldas.

Me giré y me encontré con Harry cruzado de brazos. Su expresión era neutral.

-He estado ocupada - intenté entrar en casa, pero me agarró suavemente de la muñeca.

-Siento no haber podido verte esta semana.

Tenía mucha cara venir ahora y decirme esto cuando había estado viéndose con otra chica. No me molestaba que se viese con ella, me molestaba que no me lo contase y que me hiciese pensar que tenía alguna posibilidad con él.

-Ya - respondí seca. No tenía demasiadas ganas de hablar con él.

Me solté de su agarre y entré en casa. Fui demasiado lenta al cerrar la puerta, y Harry consiguió pararla con el pie y pasar.

-¿Qué ocurre Maggie? - se paró frente a mi.

-Nada, no me ocurre nada. Simplemente no tengo ganas de hablar contigo - inquirí.

Iba a contestarme, pero el timbre sonó. Me apresuré a abrir.

-Ho...-su sonrisa se esfumó al ver quién se encontraba a mi lado - Styles - dijo con dureza.

-O'Brien - le hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo, se giró a mirarme - luego hablamos.

Iba a darme un beso en la mejilla, pero lo esquivé. Me miró extrañado y se fue.

-¿Qué hacia aquí? - replicó Dylan con el ceño fruncido.

Suspiré, le dejé entrar y le conté lo de la noche anterior.

-Te lo advertí, Maggie. Te dije que él no era bueno, ¿por qué nunca me escuchas? - replicó.

-Lo que menos necesito ahora es que me lo eches en cara - le miré.

-Espero que hayas aprendido la lección - se cruzó de brazos.

De verdad que a veces parecía mi madre. No me ayudaban mucho sus comentarios ahora mismo, pero supongo que tenía parte de razón.

-Sí - rodé los ojos.

Pasé la tarde sin saber nada de Harry. Había apagado el móvil, para no ver algún mensaje y sentirme tentada a contestarle. Pero no pude resistirme y lo encendí. Dos mensajes.

"Harry: hola, ángel".

"Harry: necesito hablar contigo y aclarar lo de esta mañana".

Simplemente no le contesté. Le dejaría esperando una semana, como él hizo conmigo.
Y así fue,le ignoré una semana. Obviamente, había ido a mi casa en más de una ocasión, pero fingía no estar. Quería pagarle con la misma moneda.

Finalmente decidí mandarle un mensaje.

"Maggie: a las ocho y media en el gimnasio".

Había escuchado a Dylan decir que normalmente todos los que iban a su gimnasio entrenaban de 5 a ocho y media, así que imaginaba que Harry también estaría.

Me vestí y fui hacia allí con total tranquilidad, y esperé pacientemente fuera sentada en un banco. Divisé la figura de Harry a lo lejos. Cuando estaba más cerca, pude distinguir que llevaba unos pantalones de deporte, una sudadera y una mochila. Tenía el pelo alborotado. No pude evitar quedarme mirándole, algo de lo que creo que él se percató.

-Hola, ángel - sonrió al verme.

Realmente parecía que se había alegrando de verme.

-Hola - le devolví la sonrisa.

-Vamos, aquí cogeremos algún virus - pasó un brazo por mis hombros y echó a andar - ¿te importa que vayamos a mi piso? No quiero apestar a sudor.

Accedí y fuimos a su apartamento. Era pequeño, pero acogedor. Me quedé esperándole en el sofá, pensando en qué le diría. Realmente él no tenía culpa de nada, no era mi novio, pero por otro lado, me había estado ignorando una semana seguida. Quizá lo había sacado todo de contexto y no merecía la pena ese enfado tonto.

Entró al salón con unos vaqueros ceñidos a sus piernas y una camiseta blanca que se transparentaba, dejando entrever sus tatuajes. Se sentó cerca de mí. Su colonia inundó mi nariz. Se tomó unos segundos en hablar.

-¿Qué ocurrió exactamente el otro día en tu casa? - me miró esperando mi respuesta.

-Estaba enfadada contigo - admití.

-¿Por qué? - preguntó extrañado.

-Porque...bueno, no hablamos durante una semana y entonces claro...-carraspeé- el caso es que fui a verte a la pelea de la semana pasada, y te vi besandote con una chica y...-me interrumpió.

-¿Me viste con Lyndsay? - frunció el ceño con expresión de incomodidad.

-Sí, supongo que era ella

Se quedó unos segundos callado.

-Corté con ella hace tiempo.

-¿Por eso la besaste? - le miré confusa.

-Ya la he aclarado que no quiero nada con ella. Lo del otro día no fue nada.

Miré a todos lados, excepto a él. No sabía que debía decir. Estaba demasiado celosa, y no quería. Simplemente no tenía sentido estarlo.

-No te enfades conmigo, por favor Maggie.

Bueno, él había dado sus argumentos y eran válidos. No tenía más motivos para estarlo.
Le miré sonriendo dando a entender que le perdonaba. Él mostró su sonrisa de medio lado.

-Gracias, ángel.

Me quedé dos horas más con él. El tiempo se me había pasado volando. Nada más llegar a casa cené y me metí en la cama. Mañana era mi primer día en la universidad, y no quería llegar tarde, ni con ojeras.

Lo que me despertó fue la alarma del móvil, porque no había comprado un despertador nuevo. Revolví mi armario y los cajones tres o cuatro veces. No quería causar una mala impresión, pero tampoco quería ir muy arreglada. Me puse unos pantalones negros, una blusa blanca y unas botas negras. Me recogí el pelo en una coleta, cogí mi mochila y me encaminé hacia la universidad.

Cuando llegué, me perdí en los pasillos buscando mi clase, aquel sitio era enorme para alguien tan pequeña como yo.

-¿Primer año? - una suave voz sonó detrás de mi.

Me giré encontrándome con un chico de pelo castaño y ojos color avellana. Era alto, y he de decir que con buen cuerpo. Me miraba sonriéndome.

-Sí, no llevo ni media hora aquí y ya me he perdido tres veces - sonreí con diversión.

Mi comentario le hizo reirse.

-A todos nos pasa la primera vez que venimos. Por cierto - me dio un ligero apretón de manos - soy Liam Payne, a su servicio, señorita - sonrió ampliamente.

Liam me ayudó a llegar a clase. Asistí a todas las asignaturas que me tocaban aquel dia, conociendo los profesores y de qué trataban las asignaturas.

A la salida, me volví a topar con Liam, con quién fui hablando animadamente hasta la parada de autobús. Sospechaba que se convertiría en un buen amigo.

Hey Angel - Harry Styles *COMPLETA* *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora