9.

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La primera cosa que vi al abrir los ojos fue el brazo de Harry aferrandose a mi cintura. Me di la vuelta con cuidado de no despertarle.

Era la segunda vez que le veía dormido, y juro que no había mayor obra de arte que esa. Sentía cosas por Harry, pero aún no tenía claras cuáles. Sólo necesitaba tiempo para organizar el remolino de emociones que tenía. Aunque deseaba que él diese el paso y me besara.

Intenté apartar su brazo, pero lo único que conseguí fue que se aferrase con más fuerza y que me estrechase hacia él. No lo iba a intentar otra vez, por lo que me di la vuelta y cerré los ojos. No estaba dormida, pero estaba muy tranquila.

-¿Maggie...? - sonó la voz ronca de Harry a mis espaldas.

Dejé de darle la espalda para poder verle. Sus ojos estaban entrecerrados.

-¿Dónde estoy...? La cabeza no para de darme vueltas...-se incorporó y se llevó una mano a la frente.

-Anoche llegaste borracho - me incorporé.

Ignoró aquello último y me miró.

-¿Podrías traerme algo? Me va a estallar la cabeza - cerró con fuerza los ojos.

Asentí y me apresuré a coger las pastillas para el dolor de cabeza. Volví con un vaso de agua y con la pequeña pastilla, le di ambos y él se lo tomó.

-¿Te importa que me de una ducha? - preguntó.

-No, claro que no, el baño es la siguiente puerta a la izquierda - sonreí dulcemente. - ahí hay toallas y todo lo que necesites.

-Gracias - respondió tajante y se encerró en el cuarto de baño.

Pude oir el sonido de la ducha.

¿A qué venía ese comportamiento? Quizá fuese la resaca, ahora que sé lo que es tener una, puedo decir que es horroroso. Pero no se, quizá me había acostumbrado a sus inesperados besos en la mejilla, y lo añoraba. O quizá solo fuesen paranoias mías.

Saqué dos tazas y empecé a hacer café para los dos. Me gustaba pensar que había dormido con él y lo recordaba, no como la otra noche cuando estaba borracha. Me sentía segura y protegida en sus brazos, Harry era algo así como un refugio para mi.

-Gracias por acogerme anoche, ángel - sonó la voz grave de Harry a mis espaldas.

Me giré y me lo encontré más cerca de lo que pensaba. Mis manos empezaron a sudar a causa de los nervios.

- N-no fue nada...-tartamudeé mientras me perdía en sus ojos.

Colocó una mano en mi cadera, se inclinó ligeramente hacia adelante y depositó un suave beso en la comisura de los labios provocando que mi ritmo cardíaco se acelerase. Fui incapaz de mirarle a la cara por la avergüenza que me invadía. Eché café en ambas tazas.

-¿Q-quieres azúcar...?

Cogió una de las tazas y me giró haciendo que le mirara. Tragué saliva intentando mantener la calma.

-No, gracias - sonrió burlonamente.

Sabía perfectamente que estaba nerviosa, y que ese pequeño beso en la comisura de los labios había causado efecto en mi.

-¿Por qué te pones nerviosa Maggie? - miré a otra parte evitando cualquier contacto visual - ¿te pongo nerviosa?.

Entreabrí los labios y le miré. Claro que me ponía nerviosa, era imposible que no lo supiese ya. Él pondría nervioso a cualquiera. Estar cerca de Harry era como estar cerca del ser humano más imponente del mundo. Aunque por muy imponente que pareciese, yo sabía como era el verdadero Harry, y me gustaba cada vez más.

-Claro que no - mentí, incapaz de mantener el contacto visual por más de tres segundos.

-Si no quieres que te de besos sólo tienes que decirmelo.

¡Sí quiero que me beses! Sería absurdo si no quisiera que alguien como él me besara.

-No no - me apresuré a decir, él alzó una ceja - no me molesta - bajé la cabeza.

Agarró mi mentón suavemente y me miró a los ojos. No sabría descifrar que emoción reflejaban. Su mirada bajó lentamente a mis labios, cosa que yo repetí. Miré tanto sus labios que practicamente me aprendí como eran. Estaba deseando que me besara.

-Voy al salón - anunció, y, como dijo, fue al salón.

Yo me quedé allí parada como una idiota. Esperaba que me besara, estabamos tan cerca, y me miraba los labios...

Sacudí la cabeza y cogí mi taza con café. Le di un pequeño sorbito y me encaminé hacia el salón. Me senté al lado de Harry, que estaba entretenido viendo la televisión.

Su télefono empezó a sonar, pero él lo ignoró.

-¿No vas a cogerlo? - le miré.

-A la mierda el móvil, prefiero pasar tiempo contigo - su brazo rodeó mis hombros y me acercó a él. - vamos, acurrucate - dijo con un suave tono de voz.

Sin rechistar, me acurruqué. Él se dedicó a pasar los dedos por mi pelo. Podría pasar horas así, sin moverme. Con Harry a mi lado, todo me daba igual. Su móvil volvió a sonar provocando que él soltase un gruñido.

-Joder, lo siento Maggie - me besó la cabeza y se levantó cogiendo su móvil.

No pude oír la conversación, porque se fue a la cocina. Llevé mi mirada hacia mis pies y me sonrojé al instante. Llevaba puestos unos calcetines de cerditos que siempre me ponía para dormir porque, bueno, daban calor; el caso es que Harry seguro que los había visto. Iba a quitarme uno justo cuando Harry irrumpió en el salón. Llevaba sus zapatos en la mano. Se sentó a mi lado.

-Oye ángel, tengo que irme,pero...-me miró-¿qué ocurre? - enarcó una ceja.

Por el calor que aún sentía en las mejillas, deduje que seguía sonrojada.Miré hacia mis calcetines escuchando una risa de su parte.

-Me parece adorable, pequeña - levantó mi cabeza y besó mi frente.

Me encantaba que Harry emplease ese tipo de adjetivos conmigo. Siempre los había encontrado ridículos, pero con él era distinto. Sonaban hasta bien.

-Lo que te estaba diciendo era, ¿qué te parece si esta noche salimos?

-Sí, claro - le dediqué una cálida sonrisa.

-Entonces nos vemos a las nueve en el centro. Luego te mando la ubicación - sonrió mostrando dos bonitos hoyuelos.

Se fue, no sin antes darme un beso en la mejilla.

La tarde se me pasó muy lenta. Dado que tenía 30 minutos para prepararme, escogí algo básico.Unos pantalones negros que se ceñían a mis piernas, una camiseta gris, unas converse y un abrigo, por supuesto. Mientras salía de casa me puse un gorro granate, quitandome gran parte del frío. Cogí un taxi para que me llevara hasta el punto de quedada.

Al llegar, me senté en un pequeño banco que había. Pasaron 10, 20, 30 minutos. Harry no apareció. Pensé que tal vez le hubiese pasado algo, pero le llamaba al móvil y no respondía, por lo que no había forma de saberlo. Suspiré y me levanté. Apenas di dos pasos cuando una voz me frenó.

-Hola otra vez.

Me giré, encontrandome con el oportuno de Connor. Él no, por favor.

-¿Te han dejado plantada? - un cigarro se encontraba entre sus labios, que formaban una sonrisa.

-No tengo tiempo para esto - empecé a andar ignorandole por completo.

-Hey hey - se puso delante de mi cortandome el paso - vamos, tomemos algo y hablemos tranquilamente - extendió una mano en mi dirección.

Era Connor. El capullo que me encontraba cada dos por tres. Pero luego estaba Harry...me había desilusionado. Quizá hubiese pasado algo grave, pero recordé la vez que le vi besandose con esa chica, y cambié de opinion. ¿Quién me aseguraba que esta vez no era igual?.

-Vamos antes de que me arrepienta - sentencié dandole la mano.





Hey Angel - Harry Styles *COMPLETA* *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora