4.

2.3K 96 3
                                    

Intentaba releer mi libro favorito sentada en la cama, pero con Dylan de pie frente a mi e histérico, era prácticamente imposible.

-¡No puedes marcharte sin más! ¿Tú sabes el susto que le diste a Amanda? Deberías haber esperado a que alguien te acompañase a casa - se cruzó de brazos resoplando.

-Le mandé un mensaje a Amanda, pero estaba muy borracha como para acordarse. De todas formas, ya me he disculpado con ella. Además - dejé el libro aparte - Harry me llevó a casa.

-¿Qué? No me digas que...-asentí- Maggie, te he dicho...-le interrumpí.

-Y antes de ayer salí a cenar con él.

Abrió los ojos como platos. Creo que mi confesión sólo lo había alterado más, pero no quería seguir ocultándoselo más. Harry  y yo no éramos nada, pero me gustaba estar con él, me trataba bien, y eso era algo que Dylan debía aceptar.

-¿Pero en qué estabas pensando? A saber lo que estaba pasando por la cabeza de ese tío. Maggie, ya te lo he dicho. No es bueno para ti.

-De no haber sido por él, ayer un hombre me habría forzado. No es tan malo como dices, Dylan - negué.

-Prometeme no que volverás a quedar con él - se agachó quedando a mi altura.

-No puedo prometerte algo así - afirmé con seguridad.

Al ver que no cambiaría de opinión pareció resignarse.

-Eres demasiado cabezota. Solo ten cuidado con él, por favor - me revolvió el pelo.

Estuvo en casa un rato más y se fue. Decidí darme una ducha. Salí y cubrí mi cuerpo con una toalla. Llamaron al timbre. Seguro que era Dylan, siempre se le olvidaba algo.

-¡Voy! - bajé sujetando el nudo de la toalla y abrí.

Instantáneamente mis mejillas se volvieron rojas. Harry estaba parado en el umbral de la puerta con una sonrisa divertida.

-¿Vengo en mal momento? - señaló mi atuendo.

-N-no...pasa - le dejé sitio para entrar.

Entró y miró el recibidor.

-Dame dos minutos y bajo - subí a toda prisa.

Dios, que vergüenza.

Me enfundé en unos pantalones grises de pijama y una camiseta blanca y bajé.

-Siento esa...escena - me retoqué el pelo y tomé asiento a su lado en el sofá.

-Tranquila, no me disgustó en absoluto - se rió - por cierto - colocó un mechón de pelo detrás de mi oreja - hola, ángel.

Sonreí conteniendo sonrojarme.

-¿Qué hacías por aquí?

-Tenía ganas de verte - acariciando mi mejilla.

Vale, eso definitivamente fue muy tierno. Es decir, se había tomado tiempo para ir hasta mi casa. Y sólo para verme.

-¿Quieres tomar algo? - no podía evitar sonreír como una tonta.

-Un vaso de agua estaría bien - se rió, creo que percatandose del motivo por el que sonreia tanto.

Fui a por el vaso de agua y al girarme lo tenía justo detras de mi. Cogió el vaso.

-Gracias, ángel - me guiñó un ojo y dio un pequeño sorbo. Este chico sabía perfectamente cómo ponerme nerviosa.

Hey Angel - Harry Styles *COMPLETA* *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora