El Baile

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El baile de fin de año estaba por comenzar, los jóvenes ya estaban llegando y las luces se comenzaban a apagar, iluminando el salón los flash de las cámaras. Este año la decoración estaba mejor que nunca, se debía acercar a la presidencia y felicitar por todo.

-¡Hola mi niña!- conocía esa voz perfectamente.
-Hola, tía Andrea- si bien no las unía la sangre, el afecto forjado durante estos años les permitía a ambas llamarse de aquella forma.
-Te ves hermosa- Esto provocó que Emma se sonrojara mientras se alejaba para ver su propio vestido que quedaba en sintonía perfecta con su color de piel.
-Muchas gracias, usted igual. Todo está genial, la decoración quedó maravillosa.
-¡Linda, gracias!- dijo sonriendo.
-¿En qué le puedo ayudar?
-Bueno, ayúdame sacando algunas cosas y colocarlas en las bandejas, en lo que llegan más jóvenes.
-De acuerdo.

Luego de un rato, comenzaron a llegar sus amigas y fueron a sacar fotos en la escenografía. Todo iba bien hasta que a Abie se le ocurrió la idea de ir al baño a observarse. Iban saliendo cuando lo vio, no se quería topar con él, no aún; pero fue justo entonces cuando Abie se dio una vuelta sobre sus pies y la dejó a la vista, "genial" pensó sarcásticamente, algo muy común en ella.
-Hola-dijo su amigo saludandolas a ambas con un beso en la mejilla.
-Hola, Rob- respondió Abie, lo cual Emma imitó.
Su cuerpo se tenso un poco al verlo, actuando perfectamente para que no lo notaran.
-Hola, Emm- dijo él abreviando el nombre de la joven y dejando un beso en su mejilla acompañado de un breve pero acogedor abrazo.
-Hola-dijo Emma correspondiéndole-. ¿Cómo estás?
-Bien, ¿y tu?
-Bien- dijo dejando una corta sonrisa en tono de amabilidad.

Estaba muy nerviosa, estaba al frente del joven que le ha atraído desde que hizo el ridículo en aquella obra mientras el lucía magnífico. Si le preguntaran como definía "eso", diría que "es una chica invisible enamorada de un chico que brilla como las estrellas". Ninguno de sus dos ex novios logró que ella lo olvidara, demostrando que podía testificar perfectamente que un clavo no saca otro clavo, sino todo lo contrario.

-Oye...- lo notaba nervioso, pero no tanto como ella-, lamento no responderte el mensaje, no he estado pendiente de las redes sociales, de hecho las cerré por un tiempo. No me sentía bien- eso Emma lo sabía perfectamente, conocía esa mirada, incluso aun que el no la conociera en absoluto, ella no podía decir lo mismo.
No lo podía creer, Emma se sentía como estúpida, él no tenía por qué, pero le daba explicaciones. Sentía como el estrógeno y la progesterona subían rápidamente.

-No te preocupes- respondió dedicándole una sonrisa.
-¿Sí?, ¿Segura?- puso sus manos en forma de súplica.
-Si no hay problema, lo que importa es que estés bien- se quería matar por no cerrar la boca-, digo... no me complica.
-Muchas gracias.
Dicho esto ambos se abrazaron de nuevo, pero esta ocasión ambos trataron de entregar todo su afecto y comprensión por medio de ese abrazo.
Emma podía sentir la mirada latente de Abie, que se encontraba a su lado. Se separaron sin decir nada y luego llegó otra amiga a saludar. 
"Maldita sea" pensó Emma, si fuera por ella, seguiría abrazándolo, tratando de transmitirle toda la poco fuerza que a ella misma le quedaba.
Luego se apartaron y cada quien siguió su camino, Emma con Abie y él con Robin.
Ambas estuvieron sacando fotografías, una pasión que ambas compartían. Miraban a las parejas bailar y como se divertían, ambas también lo hacían, pero de sus propias maneras.

-Ve a bailar, Emm- dijo Abie al notar la mirada de su amiga en dirección a las parejas.
-No, gracias. Estoy bien así, no quiero bailar- mentira, quería divertirse pero sabía que no podía dejar sola a su amiga, además ambas disfrutaban así. 
-¿Estás segura?
-Por supuesto, Abie. Estoy bien así.

Ambas siguieron el rato así, hasta que notaron que la querida tía Andrea las observaba con detención para asegurarse de que participaran. No tuvieron más remedio que acercarse a la pista de baile y unirse a la multitud.

La noche fue muy divertida para Emma, bailó con sus amigos y con otros jóvenes que a penas conocía, pero su mente no dejaba de pensar en él, "debe estar en una sala", pensó al no verle en el salón.
-Abie, acompañame a buscar helado, por favor- eso le ayudaría a calmarse.
-Sí, vamos.
Las chicas caminaron hasta la cocina, donde le entregaron su querido helado a Emma. Mientras se lo entregaban, escuchó la voz de él, "Killian" pensó. Volteó y lo vio hablar con Abie, ambos reían porque ella le sacó una foto donde su pose no era la mejor, absolutamente no.

-Saca otra- dijo él parándose derecho.
-Ya. Pero con Emma-dijo mirándome-, vamos Emm, ponte ahí-señaló al lado de Killian.
-Pero tengo el helado-mala escusa.
-No importa-dijo Abie-, vamos rápido.
-De acuerdo-accedió Emma.
Ambos sintieron el brillo del flash en sus ojos de una manera molestosa. Abie observó la imagen y sonrió al ver el resultado, al igual que los chicos que estaban atrás de ella.

-Lucen hermosos- dijo Abie con una sonrísa en su rostro.
-Muestramela- pidió Killian. Abie accedió sin problemas, este sonrió y dijo:- Envíamela.
-¿Puedo verla?-preguntó Emma un poco ruborizada.
-Claro-dijo Abie.
Emma contemplo la fotografía, soltando un sonrisa de nerviosísimo. Ambos estaban tan cerca, la imagen era realmente perfecta.

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Hola, nenas:
Espero sus comentarios y votos si es que les gustó.
-K.

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