Te necesito, ¿Y tú?

Decisiones determinan destinos

Tres semanas después.

Después de la muerte de Graham, Emma sufrió mucho, al principio no sabía como afrontarlo, pero con el paso del tiempo, y de la ayuda de sus amigos y familia, pudo mantenerse fuerte.

-¡Emma, te ha llegado correo!- gritó Neal desde la entrada.

Ella no sabía a que se refería su hermano, lo cual le causó más curiosidad. Salió rápidamente de su cuarto y fue hasta la mesa de estar, donde siempre dejaban ese tipo de cosas. Había un sobre blanco que contenía el nombre de Emma, lo abrió y comenzó a leer la carta que contenía.

"Señorita Nolan,

Estamos muy felices de informarle que, gracias a sus destacados logros académicos, ha sido aceptada en la Universidad de Yale. Debe presentarse la primera semana de marzo en la casa central de nuestra escuela, ubicada en New Haven, Connecticut. Donde podrá desarrollarse en el área de Licenciatura en Psicología.

Esperamos ansiosos a que se una junto a nosotros y forme parte de una generación destinada al éxito.

Atte. Dirección General de La Universidad de Yale."

Emma estaba anonadada, incluso había olvidado su solicitud para ingresar a la escuela, ya que la había enviado antes de comenzar a salir con Graham. No creía realmente que fueran a aceptar su solicitud. Su sueño desde pequeña se estaba cumpliendo, pero en el momento más inoportuno.

-¿De qué se trata?- preguntó Neal, sacándola de sus pensamientos.

-Es una carta...- aún estaba procesando la información.

-Ya lo noté- dijo obvio-, pero ¿Qué dice?

-Me aceptaron en Yale- soltó.

-¡¿Qué?!- se levantó del sofá en donde se encontraba y corrió a abrazar a su hermana- ¡Felicidades, Emma!

-Gracias- dijo feliz, aceptando el abrazo.

-¿Sabes lo difícil que es entrar?... Claro que lo sabes- dijo más para sí mismo-. ¡Podrás llegar a ser del FBI!

Esto ya que uno de los requisitos para ser un agente del FBI, es tener un título profesional destacado, y Emma más de una vez acepto frente a su familia el deseo de ser una federal.

-Sí, claro, pero... Tengo solo unas semanas para irme a New Haven.

-Bueno, ya lo solucionarás- dijo Neal sonriente.

-Primero debo hablarlo con nuestros padres.

-Emma, ambos sabemos que dirán que sí.

-Sí, pero también está la opción de quedarme más cerca y asistir a la Universidad de Maine.

-¿Tienes dudas?- Emma asintió- No te preocupes, escogerás lo mejor para ti.

Su hermano la abrazó nuevamente y se quedaron así por unos segundos.

-Gracias por apoyarme, pequeño- agradeció sonriente.

-¡Hey! Son solo unos años de diferencia, y ya te he ganado de porte- sonrió victorioso.

Emma rodeó los ojos y luego fue a la cocina por un poco de jugo, para luego tomar la carta de la Universidad y salir a caminar, con el fin de reflexionar en qué decidir.

Comenzó a caminar sin un rumbo definido, recordó esa banca cercana al bosque donde solía ir cuando quería apartarse de todos. Ese era uno de aquellos momentos. Leía la carta una y otra vez, era el momento de decidir si quedarse cerca de su familia y del pueblo que tanto ama, o mudarse a una ciudad desconocida para ella, alejándose de sus seres queridos.