Los días siguientes fueron los mejores. La doctora Phillips nos confirmó que Thomas ya estaba exento de riegos, pero que aún así siguiéramos chequeando sus respiraciones. Jack me había convencido de retomar mis estudios, dándome la opción de volver a New Haven o estudiar en Utah, ya que también habían muy buenas universidades cerca de casa.
-¿Qué piensas de la universidad de Utah?- preguntó mientras revisábamos catálogos.
-Es una buena idea, pero aún no me convence.
-¿Y qué hay de BYU?- la Universidad de Brigham Young- Su programa de estudios es genial y una buena opción si quieres pasar más tiempo con Tom.
-Sí, tienes razón, pero la sede está en Provo, no en Salt Lake. Además es privada.
-Sabes perfectamente que el dinero no es problema.
-Sí, pero de todas formas. Recuerda que ahora somos tres- suspiró.
-¿Y Yale?- me miró atento.
-Jack- lo miré con cierto reproche.
-Emma, te conozco y sé que no vas a aceptar ninguna de las ofertas, al menos no por ahora. Cariño, entiendo que quieras pasar todo el tiempo del mundo con Thomas, pero también debes saber que podemos hacer lo posible para que ambas cosas funcionen.
-Jack, cuando estaba en Yale, a penas y tenía tiempo para llamarte, imagínate ahora con un bebé.
-¿Te parece esperar a que Thomas cumpla un año?- propuso luego de un rato pensando.
-Sí, es lo mejor- decidí.
-De acuerdo, pequeña.
-No soy pequeña, tengo veinte años- dije con voz chillona.
-Eso demuestra que sí lo eres, eres mi pequeña- tomó mis mejillas y las apretó.
-Imbécil- reclamé con tono de broma.
-Sí, pero soy tu imbécil- me dio un corto y casto beso-. Y te encanta.
-Odio darte la razón, pero sí- le devolví el beso.
-¿Por qué no aprovechamos de que Thomas está con mis padres y salimos a algún lado?- sonrió.
Lilly y Richard querían disfrutar sus últimos días en Salt Lake con su único nieto, así que lo llevaron a pasear con ellos a un parque para bebés en el centro de la ciudad.
-Me encantaría, pero debo preparar la cena de despedida para mis padres- expliqué-, recuerda que se van hoy. Si quieres puedes ayudarme.
-Sí, excelente idea- sonrió.
Fuimos a la cocina comenzamos a preparar la comida, Jack decidió que lo mejor era preparar una barbacoa familiar, para celebrar el reencuentro familiar luego de todo lo ocurrido. Apoyé su idea y fuimos de compras al supermercado para traer todo lo necesario. Cuando volvimos a casa comenzamos a hacer los preparativos para llevar la carne a la parrilla que estaba en el jardín trasero.
-Soy el mejor- aduló Jack cuando dejó la carne en la parrilla.
-Eres el más narcisista de todos- le dije mientras dejaba las ensaladas en la mesa lista para cenar que estaba a un costado.
-A los hombres nos gusta que nos alaguen, y como mi esposa no lo hace, lo tendré que hacer yo mismo.
-Sabes todo lo que pienso sobre ti- le dije.
-No, no lo sé- negó-. Podrías decírmelo.
-Quizás en otro momento- me alcé de hombros, restándole importancia.
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Te necesito, ¿Y tú?
AcakEntonces entendí que, sin importar lo que hiciera, si me rompieras lentamente, si me enterraras una daga en el corazón o incluso si lo tomaras en tus manos y lo estrujaras hasta convertirlo en cenizas, seguiría ahí para ti. Emma intenta olvidar sus...