La cita

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Emma ya estaba lista y Graham llegaría en unos minutos. Mientras ella buscaba su teléfono movil, escuchó el llamado a la puerta.
-Emma, es Graham-la llamó su madre.
-Voy en seguida- respondió.
Encontró su celular que estaba en su escritorio y se dispuso a ir hasta la sala de estar.
-Hola, Emm- saludó Graham.
-Hola, Graham-respondió con una sonrisa.
-¿Cómo está tu familia, Graham?- preguntó David.
-Están todos bien, Ruby entró a la Universidad de Maine y mis padres siguen trabajando.
-Nos alegra- dijo Mary Margaret que estaba afirmada del brazo de su esposo.
-Gracias- dijo Graham con una sonrisa-Bueno-ahora se dirigía a Emma-, ¿Nos vamos?
-Oh, Claro.
-Bueno, fue un placer verles Señor y Señora Nolan.
-Igualmente, que tengan una buena tarde. -dijo David feliz.
El joven se despidió con un apretón de mano de David y de un beso en la mejilla de Mary, en cambio, Emma lo hizo abrazandoles. Salieron del departamento de la familia y se dirigieron al centro comercial. Emma iba tomada del brazo de Graham.
-Bueno, ¿Cómo has estado?-Dijo Graham durante el camino.
-Muy bien, gracias. ¿Y tú?
-Excelente- le dijo sonriendo.
-Me alegra-Emma le correspondió la sonrisa.
-Emm, ¿tienes algo con Killian?-preguntó Graham de la nada.
-¿Qué?-respondió Emma con otra pregunta-No, claro que no. Él está con Milah.
-Oh, entiendo. Lamento si te incomodé.
-Claro que no, Graham. No tienes por qué disculparte.
-Bueno, hemos llegado-dijo señalando el centro comercial.
Caminaron tranquilamente por el centro comercial hasta una heladería. Emma pidió un helado de sabor a piña, pistacho y chocolate, su favorito y Graham pidió lo mismo.
Comenzaron a hablar de trivialidades, música, arte, películas y del futuro.
-Entonces, ¿Quieres ser policía?- preguntó Emma.
-Así es. ¿Y tú?
-Bueno... Aún no lo tengo claro, me gustan muchas cosas, entre ellas, la historia, las investigaciones...
-Oh, una colega-dijo Graham sonriendo.
Emma se sentía cómoda con Graham, al igual que él con ella. La tarde pasó rápido, con risas y bromas. Cuando se disponían a retirarse de la heladería, Graham se acercó a la caja a pagar la cuenta y entonces Emma los vio, pudo sentir las lágrimas nublando su vista, quería correr, salir de ahí inmediatamente. La tarde estaba arruinada.
-¿Qué ocurre, Emma?- preguntó Graham al verla incapaz de moverse. Al no obtener respuestas de la chica, siguió su mirada y pudo ver a Killian y a Milah besandose a unos metros-. Oh, Emma...

Emma reaccionó pero solo pudo hacerlo para salir corriendo, quería salir de ahí. Por un lado estaba Graham que la había hecho olvidar a Killian durante toda la tarde juntos, y por el otro estaba la persona que amaba... Besandose con su novia.
-¡Emma!- escuchó el llamado de Graham, que la seguía preocupado-. ¡Emma, por favor!-volvió a decir.
Emma se detuvo en un lugar más tranquilo, donde no la pudieran ver. Entonces llegó Graham que estaba un poco agotado por la corrida.
-Lo siento, Graham... Soy una estúpida..-susurró Emma mirando el piso.
-Emm, tranquila... No hay problema-dijo abrazándola para consolarla, Emma correspondió el abrazó con mucha fuerza, necesitaba el apoyo que le estaba dando Graham. Si bien nunca tuvo algo con Killian, eso no impedía el dolor que ella sentía, ni mucho menos lo aminoraba.
-No debí irme de esa manera.
-Te entiendo, linda. Calma-Emma seguía llorando-. Emma, mírame- esta vez tomo el rostro de la joven entre sus manos para que lo mirara a los ojos-. Te cuidaré y ayudaré a olvidarlo, si me permites.
-Graham... Esto no es justo para ti. No quiero hacerte sufrir.
-Si tu sufres, yo lo hago contigo. Haría lo que estuviera en mis manos para verte feliz.
-No hagas esto-dijo Emma agachando su mirada.
-No tu no lo hagas.
-¿Qué?- preguntó la joven.
Graham no respondió, solo se acercó a ella y le beso. Al principio Emma no le correspondió, pero segundos después lo hizo.
Fue entonces cuando pensó que merecía ser feliz, aun que no fuera con Killian. Y Graham merecía que ella le correspondiese. Iba a olvidar a Jones con la ayuda de Graham.
Ambos se separaron dulcemente del beso que los envolvió. Estaban mirándose a los ojos atentamente, contemplandose el uno al otro y Emma supo que podría olvidar a su amor de años.
-No quiero jugar con tus sentimientos-dijo la rubia.
-No lo harás, saldremos adelante, juntos. Y si algún día te quieres alejar, no te retendré.
-Gracias, gracias por todo..-dijo Emma abrazándole.
-Repararemos tu corazón, no lo dudes-dijo dejando un beso en la cabellera de Emma.

Te necesito, ¿Y tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora