-¿Emma, puedo entrar?- era mi tercer día en Storybrooke, no hablaba con nadie a no ser que sea por Thomas, y ahora Killian intentaba entrar a mi cuarto.
-Lo siento, estoy ocupada- mentí.
-Sabes que te conozco, Nolan- reprochó.
-Aun que no pareciera, ese ya no es mi apellido.
-Y tú sabes que siempre serás Nolan para mí. Sólo déjame entrar- suspiré y me levanté para abrirle la puerta-. Gracias.
Le indiqué que entrara y me recosté en mi cama, mientras él se sentaba a mi lado.
-¿Qué fue lo que ocurrió con Jack?- preguntó con tono suave.
Siempre tan directo.
-Killian, no me quieras ver la cara, sé que ya han hablado- él suspiró.
-Está muy angustiado, Emma, los extraña- algo se rompió dentro de mí y él lo notó-... Y tú lo extrañas a él.
-Sí, lo extraño- acepté-, no sabes lo difícil que es ver a Thomas llorar porque su padre no está.
-Sabes que no tiene que ser así.
-Te equivocas, tarde o temprano él tendría que ir a la Naval y ocurriría exactamente lo mismo.
-No, no sería exactamente lo mismo- suspiré-. Hablando de la Naval, mañana es su asenso- informó- y sería bueno que estuvieras con él en un momento tan importante.
-Ya lo sé, Jones- reconocí.
-Emma, él mismo habría venido si hubiera podido hacerlo, pero puede que le quiten el asenso, sé que lo puedes entender, siempre lo haces- sonrió.
-¿A qué hora es?- inquirí luego de un rato de meditación.
-Es al medio día, en Quántico, es uno de los más jóvenes en ser Contraalmirante de la U.S. Navy.
-Ese asenso implica más viajes y trabajo... No quiero que lo aparten de mí... No es lo que soñaba de pequeña respecto a una familia donde todas las noches llegara mi esposo a cenar juntos.
-¿Y qué hay de sus sueños? Jack siempre soñó con este momento, y qué mejor que vivirlo con la persona que ama.
-Tienes razón... ¡Oh, Killian, he sido tan egoísta!- me cubrí el rostro con mi almohada.
-No, Emma, todos hemos cometido errores y dañado a otras personas- bajó la mirada y sin decir nada lo abracé.
-Te extrañé tanto- le dije-, gracias por apoyarme en todo, incluso cuando no estás de acuerdo.
-Sabes que estoy para ti, Nolan.
-Ahora y siempre.
-Ahora y siempre- repitió.
-Sí, lo- pero el llanto de Thomas nos interrumpió.
-Emma, creo que tiene hambre- mamá entró al cuarto con mi hijo en brazos.
-Claro- me aparté de Killian y mamá me entregó a Thomas, quien inmediatamente dejo de llorar.
-O quizás sólo quería estar contigo- dijo sonriente- ¿Verdad amigo?- tomó su mano y Thomas le apretó el dedo.
-Mamá, necesito que me hagas un favor.
-Por supuesto, hija, dime.
-Mañana iré a Quántico- informé-, pero saldré en la madrugada para volver lo antes posible y quería saber si podrías cuidar a Thomas por el día, le dejaré su comida y leche lista.
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Te necesito, ¿Y tú?
DiversosEntonces entendí que, sin importar lo que hiciera, si me rompieras lentamente, si me enterraras una daga en el corazón o incluso si lo tomaras en tus manos y lo estrujaras hasta convertirlo en cenizas, seguiría ahí para ti. Emma intenta olvidar sus...