Key salió de la oficina con pasos decididos y actitud resuelta; pero su interior aclamaba algo muy diferente. No se sentía desafiante al haberle dado aquella respuesta, de hecho ya ni siquiera molesta por la situación en general; lo único que realmente tenía su cuerpo atado en ese momento, era el miedo de que las cosas se salieran todavía más de control, porque por muy hijo de su mal dormir que el español fuera, no lo quería muerto... y así era justo como iba a terminar si el tema del chantaje salía a flote...
Cuando dejó el edificio, notó como el viento helando chocaba de forma contrastante en su piel sudorosa, y un estremecimiento la hizo sacudirse. Necesitaba pensar muy bien cuales iban a ser sus próximos movimientos, y no estaba segura de que su lenguaje extralingüístico le ayudara mucho; sí, era una excelente vendedora de ideas, y por lo tanto, de vez en cuando se le daba muy bien hacer que algo no muy cierto sonara como total y absoluta verdad; pero frente a Evan era prácticamente imposible, él era un maestro y ella solo su aprendiz.
Y eso solo sería el inicio de su descenso al infierno... faltaba ver como se lo iba a decir al resto de su familia. Ahora que pensaba más a detalle al respecto, o mejor dicho, que lo estaba viviendo, volvía a encontrarse con la idea de que tener una pareja "Predestinada" no era exactamente un cuento de hadas; aunque bueno, ya que estaba en esas, las verdaderas historias tras los cuentos no eran como un famoso imperio infantil hacía creer a las personas...
Luego de varios minutos parada en la calle, y sintiendo los latidos del corazón en la cabeza, por fin tomó un taxi y dio su dirección. Si ya estaba condenada, seguir retrasando el juicio final no le serviría más que para volverse loca...
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Alejandro escuchó durante más de una hora los alegatos de su padre. No tuvo ganas de replicar, y tampoco muchas oportunidades, ya que Antonio no se estaba tomando nada bien lo que estaba haciendo; lo cual en cierto punto era gracioso, pues él había incitado gran parte de lo que ocurría. Sin embargo, cuando se lo hecho en cara para terminar la discusión, su padre actuó de modo "extraño" por decir lo menos, lo cual le dio a entender que muy muy ofendido no estaba...
Pero lo que vino a poner la cereza del pastel, y darle la razón respecto a su suposición, fue el último comentario que le hiciera: "Cuando menos cómprale un buen anillo de compromiso..."; en otras palabras, sigue adelante.
Al final, pese a que tenía trabajo pendiente, y mil líos agobiando su cabeza, su cuerpo se movió como por voluntad propia, y su mente se ocupó en una sola cosa ¿Qué clase de anillo podría ir bien en una mujer como Keyla? Curiosamente estaba entusiasmado por el reto...
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Sin una sola expresión en el rostro, Evan fijó los ojos sobre su hermana; Key casi podía escuchar como las neuronas del pobre trataban de procesar la noticia que acaba de soltarles, sin embargo las suyas no paraban de gritar descontroladas.
Era su prueba de fuego, y un pequeño error podía traer consecuencias mortales.
-Te refieres a ¿En un futuro?...-. Preguntó receloso
La tigresa esbozó una sonrisilla nerviosa, y rogó porque él lo adjudicara a una reacción normal por tan inesperado desenlace.
-Bueno, si... uno muy próximo...
La mirada de Evan se volvió aguda, y su semblante normalmente tranquilo, se tensó sutilmente, marcando sus facciones y endureciendo su travieso rostro. Por un segundo, Key fue capaz de vislumbrar aquello que cualquier cambiante que rompiera las reglas, temía enfrentar.
