Daydream. Lágrimas de hielo

~Capítulo 61~ Lagrimas de esperanza

Narra (TN):

Intentaba adivinar quien estaba a mi costado... quizás alguien me esperaba. Quizás Donghae. Pero no. Llevo despierta no sé por cuanto tiempo, pero lo único que lograba escuchar es el ruido de las camillas que son trasladadas de un lado a otro, o también las sillas de ruedas. Hay mucho movimiento afuera y yo mantengo los ojos abiertos, echada boca arriba y sin ser capaz de poder ver absolutamente nada. Mis lágrimas ya se habían secado en mi rostro hasta endurecerlo.

Lo primero en recordar al despertarme... mi desgracia. Me violaron... me violaron. Malditos... maldito... ¿Por qué sigo aquí? ¿Por qué no simplemente me dejan morir y olvidarme de todo?... no... no quiero morir. No de ese modo. No... Donghae ¿Dónde estás y por qué no te encuentras a mi lado?—

Apreté los parpados para escurrir otras lágrimas más, moviendo las manos con la esperanza de tocar algo que me anuncie que Donghae si estaba mi lado, si no que se había quedado dormido y yo no lo podía ver. Pero, eso era casi imposible para mí.

El lugar estaba infestado con olor a hospital. Olor a suero, guantes de látex y alcohol. Jamás me han gustado los hospitales pero en los últimos meses solo me lo había pasado en ellos.

Hubo un pequeño bullicio junto a la puesta, ocasionando que mi corazón brincara ante la idea que Donghae se encontraba afuera. Me quedé completamente en silencio escuchando cómo ingresaban a la habitación.

-¿Donghae?—Fue lo primero que pronuncié sin mirar hacia donde se podría hallar la puerta. Más silencio hasta que los pasos se detuvieron hasta mí. ¿Por qué no dice nada? ¿Quién es?...—

-No—Negué aterrorizada ante la idea de que nuevamente habían venido por mí. Por favor. Ya déjenme en paz. No lo soportaré más—

-Hija. Somos nosotros—Respondió la voz llorosa de mi madre tomando mi mano tendida en el la cama. Giré el rostro de inmediato, dirigiéndome hacia el lugar de donde había provenido la voz—

-¿Mamá?- Pronuncié ahogada y empezando a temblar-- ¿Mamá?—

-Si. Hija. Somos nosotros—Respondió ella tratando de llorar en silencio. Apreté los labios conociendo la razón de su llanto... su hija estaba ciega... ciega... "Mi vida se había hecho solo una masa de sufrimiento y aun así no entiendo por qué sigo viva"

Llanto. Solo llanto de mi madre y lágrimas silenciosas mías. Mi padre hablaba en voz baja. "Que tenga presente que ellos me quieren y no entienden por qué razón no les había contado que estaba ciega, o que me quedaría ciega" Mi madre padecía lo mismo. Al aparecer mi abuela también padecía de ello, pero no comprenden cómo es que a mí se me presentó tan joven. A penas tengo veintiséis años. Ni siquiera he vivido la mitad de mi vida y ahora ya no podré ver más.

-Donghae—dije después de una charla con mis padres—Donghae... ¿Dónde está él?

Silencio por parte de mamá y papá. ¿Por qué no responden?

-Mamá ¿Dónde está Donghae? ¿Por qué no ha venido a verme?... ¿Dónde está?—

Más silencio incómodo o ocasionando que mi pecho se comprimiera y mis latidos acelerados me golpearan con más fuerza—

-Él... Él...-- Mi madre se quedó en silencio por segundos y luego prosiguió—No lo sabemos, (TN). El día de ayer por la noche nos envió un mensaje diciendo que cuidáramos de ti. Lo hemos llamado luego, e incluso hoy pero su celular suena apagado. Preguntemos a los Lee, tampoco lo saben... su esposa está hecha una magdalena furiosa—Suspiró mi madre—Ella te culpa de todo.

-¿No está?—Repetí ahogándome-- ¿Cómo que no está?... él... ¿Se fue? ¿Está vivo? ¿Dónde está?—Me obligué a ponerme de pie, sintiendo todo mi cuerpo débil y adolorido—