~Capítulo 51~ Adiós

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"Tal vez eso sea lo mejor"

Salí corriendo de la azotea, dejando mis lágrimas caer y mi pecho presionarme como nunca lo había hecho. Me faltaba aire, me faltaba vida, me faltaba aliento... me estaba muriendo.

Bajé corriendo hasta el octavo piso pero al momento de pisar la primera grada que dirigía al sétimo piso, mis pies me fallaron y resbalé cayendo de fauces y rodando por cinco grados, logrando sostenerme del fierro que había como baranda. Moví el pie y solté un gritito por el dolor ocasionando en mi rodilla. Me había hecho un herida de un rasmillo profundo al caer. Mis codos también se habían rasmillado bastante, al igual que mis antebrazos. Me había golpeado la mejilla derecha, la espalda e incluso la cadera. Me aferré a la baranda tratando de apoyarme y tomar fuerzas para sentarme en las escaleras, abrazar mis rodillas y echarme a llorar en silencio.

El suelo estaba frio, mi cuerpo me ardía en las zonas de mi piel rasmillada, pero lo que más me dolía era el pecho... tal vez jamás debí de arriesgar todo por Donghae... tal vez...

No... no me arrepiento... no me arrepiento en lo absoluto de haber huido con Donghae porque por única vez en mi vida había sido feliz aunque haya durado muy poco.

Mi sollozo era silencioso y melancólico, deseando desaparecer de la tierra. Estaba siendo castigada... castigada por haber dejado a quienes amo. Castigada... no podría ser madre, me quedaría ciega... Donghae me ha olvidado... Lo lamento tanto... si se me diera el poder de logara retroceder el tiempo y borrar las cosas que desearía reparar, entonces regresaría aquella noche en donde Donghae me pidió ser su esposa... le diría que sí, que quería ser su esposa, su mujer... y que jamás, jamás me apartaría de él. Regresa conmigo Donghae.

Escuché pasos silenciosos muy cercanos, hasta que en un punto se detuvieron y se volvieron más fuertes hasta detenerse, demasiado cerca—

-(TN)—La voz de Donghae a solo centímetros. Oculté mi rostro aún más sin desear verlo—

-Vete—Pedí con la voz quebrada—solo vete—

-¿Cómo coños quieres que me vaya? Estas sangrando—Habló preocupado. Me sujetó de la cintura y espalda sin decir nada, y solo me levantó en brazos. Quise decir algo, pedirle que me soltara y que no se atreviera a tocarme, pero no lo hice. Necesitaba sentir el calor de su cuerpo junto al mío. Necesitaba sentir que él estaba un conmigo y que no se atrevería a dejarme, pero todo era solo una ilusión... él me dejaría. Me aferré a mi propio cuerpo sintiendo cómo el me bajaba por el resto de las escaleras hasta llegar a una habitación y luego me atendía las heridas.

Parecía un cuerpo inerte... sin vida Y en cierta forma estaba sin vida. Sin Donghae no quería vivir... ya no quería vivir. No me quedaba a nada... no podría ver más, había perdido mi bebé y ahora a Donghae. Ahora sé a lo que se refreía Donghae con aferrarse a mí y sentirse desesperado ante la idea de que perdería la vida por dar a luz a nuestro niño... un vacío. Como si parte de tu alma se te fuera arrancada. No quiero perderte Donghae. No quiero. Pero es tarde—

-Descansa—Susurró Donghae después de haberme vendándolas heridas y dejarme en la cama. No le respondí. Tenía los ojos clavados en el techo, perdida en los recuerdos y anhelando volver a vivirlos. No... No lloro por lo que pasó, lloro porque no volveré a vivirlos.

Despierta... la oscuridad me llena la habitación pero no sé si es porque la luz del día se estaba ocultando o porque mis ojos veían cada vez menos. Estaba sola... sola por el resto de mi vida.

No sabía qué hora eran, pero era demasiado tarde. Me había levantado de la cama y caminaba lentamente hasta la habitación de Donghae. Abrí la puerta en silencio e ingresé en plena oscuridad. Caminé sin hacer ningún ruido. Las luces estaban apagadas y solo lograba ver sobras, pero podía saber perfectamente donde estaba él.

Caminé hasta llegar al borde de su cama en donde se hallaba una silla. Tomé asiento en ella y deslicé las manos por las sábanas buscando las suyas para tomarlas. Su mano derecha. Calor en sus palmas, calor de sus manos y su perfume de frescos y cierta dulzura varonil típica en él. Cerré los ojos e incliné mi cabeza hacia la cama para rosar mi mejilla con su mano... silencio más silencio y mis lágrimas mojando su palma—

-Te amo—susurré—Te he amado cada minuto de mi existencia... ¿Recuerdas cuando me pediste que sea tu esposa?... tienes razón... fueron dos veces... no sabes cómo me arrepiento de no haber aceptado la primera vez... no sabes cómo me arrepiento de haberte dejado. Te amo... cada célula de mi cuerpo te ama y te reclama... siempre seré tuya, Donghae. Siempre ¿Me oyes?... siempre. No importa si vayas a estar con Seohyun y creas amarla, no importa si vayas a formar una familia con ella y ser feliz... no importa si jamás me recuerdas... no importa si me echas al olvido y deshaces nuestro amor de tu vida... no importa nada. Siempre seré tuya Donghae, y tú siempre serás mío. Te pertenezco y tú me perteneces.

No sé cuánto tiempo lloré en silencio, me había quedado dormida, y cuando desperté el sol ya estaba por salir. Mis ojos estaban hinchados y mi cuerpo adolorido. Solo me levanté y me apresuré a entrar a mi habitación para dejarme caer.

Un día oscuro... lluvia cayendo pareciendo que el cielo lloraba conmigo.

-Renuncio—Había escuchado a Donghae mientras espiaba en su habitación. Él hablaba con Thom—Renuncio al caso de la señora Brown—

No tuve que escuchar más. Solo me di media vuelta y eché acorrer escaleras abajo hasta llegar a la puerta del edificio, ahogada, sin aire y dejando que la lluvia me mojara el cuerpo. Mis lágrimas se mesclaban con la lluvia, mi ropa se empezaba a pegar a mi cuerpo. Me abracé a mí misma dejándome caer arrodillada para llevar las manos a mi rostro y seguir llorando mientras trataba de recuperar el aire después de haber corrido tanto—

"Supongo que has tomado tu decisión... esto es un Adiós... que seas feliz"

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Me hallaba en mi cama, metida entre las sábanas con la ropa completamente mojada, sin importarme que me enfermara. No tenía fuerzas para nada y solo quería caer en un profundo sueño para no despertar jamás.

Dieron golpecitos en la puerta de mi habitación, pero no me importó.

-¿(TN)?—la voz de Donghae llamando, pero tampoco respondí. Me oculté bajo las sábanas y cerré los ojos— ¿(TN)?—volvió a llamar y yo seguí en silencio—

La puerta se abrió, haciéndome suponer que él había ingresado.

-(TN)—volvió a llamarme caminando despacio-- ¿Estas despierta?—

No respondí.

-(TN)...-- Llegó hasta donde mi cama—Solo quería decirte... que mañana me voy... yo... no sé por qué tenía que decírtelo, solo quería que lo supieras...

Suspiró—

-No sé ni lo que hago—

Apreté los labios sintiendo un calor excesivo emanando de mi cuerpo. Apretaba los parpados sin abrir los ojos.

-¿Estas despierta?—Descubrió las sábanas encontrándose con migo. Abrí los ojos y clavé los ojos en los de él. Sus ojos se quedaron mirándome en silencio por segundos, para luego agacharse con rapidez y sujetarme de las caderas para hacerme sentar. Dejé escapar un suspiro ahogado, teniendo la respiración entrecortada y el rostro ardiéndome al mismo tiempo que mis parpados se obligaban a cerrarse—

-Mierda—mascullo-- ¿Por qué estas mojada?—Subió su mano a mi frente—Tienes fiebre—Sus labios dibujaban una línea recta y su cuerpo se veía tenso. Bajó las manos hasta mis caderas y sujetó el polerón que tenía puesto para tirarlo hacia arriba y quitármelo por la cabeza. Me empujó el cuerpo para recortarme sobre la cama y sujetó mis pantalones para tirar de ellos y quitármelos, dejándome solo en ropa interior. Mis ojos miraban fijamente hacia el techo sintiendo mis ojos querer cerrarse. Mi respiración irregular y mi cuerpo sudando—

Sus manos me sujetaron de las caderas y cintura para tirar de mí y levantarme de la cama, sujetándome en sus brazos y luego tirar las sábanas mojabas hacia un lado. Me recostó sobre la cama y lo vi alejarse para que luego de un minuto volver con sábanas secas. Me las tendió encima y me volvió sentar, enrollando mi cabello con una toalla para empezar a secarlo. Me apoyé sobre su cuerpo con los ojos cerrados.

-Donghae... -- susurré dejándome caer en un sueño profundo—No me dejes...

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Daydream. Lágrimas de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora