Capítulo 35~ La boda de Donghae

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-En su boda. Hoy es la boda. Donghae se casa, (TN) ¿Lo olvidaste?-Hizo una pausa-Tu madre y yo no fuimos por razones personales-Añadió con rapidez-

Me había quedado como piedra, estupefacta y sintiendo la falta de aire ¿Boda? ¿Hoy de Casaba? Quizás no era porque lo había olvidado, sino porque, nadie me lo había dicho. Ni DongHae, ni Siwon... quizás pensaron que era lo mejor para mí... pero no ahora... no te puedes casar, Donghae. No puedes.

Apreté los labios con fuerza, obligándome a despertar de mi pesadilla. Mis ojos posaron sobre los de mi padre, el cual me observaba expectante a lo que diría o haría-

-¿A qué hora empieza la boda?-Pregunté rápidamente-

-Me parece que a las once en punto-Respondió casi sin expresión.

Miré mi reloj de prisa: diez minutos para las once---

-¿En dónde? ¿En dónde se está...?-

-En la catedral-respondió adivinando lo que preguntaba-La recuerdas ¿Verdad?-asentí retrocediendo pasos y girándome de prisa. Caminé dos pasos pero antes de abandonar el lugar, volví a girar hacia mi padre. El me observaba con la expresión vacía. Los ojos cansados y bajo de estas, unas bolsas negras que revelaban sus ojeras. Sus manos estaban sueltas a sus costados y su rostro seguía inexpresivo-

-Lo siento-susurré lo suficientemente alto para que él me oyera-De verdad... perdónenme... yo lo lamento tanto... yo-

-Vete antes de que sea demasiado tarde y DongHae ya se haya amarrado a la arpía de Seohyun-Una sonrisa se asomó por sus labios al mismo tiempo que sus ojos desprendieron una brillo. Un cosquilleo invadió mi cuerpo ante una sensación llena de felicidad.

-Si-asentí correspondiéndole la sonrisa y girando para echar a correr de regreso hacia el frente de la casa de Donghae. Me detuve en la esquina, comprobando, que efectivamente él estaba allí. Corrí hasta el auto, abrí la portezuela y regresé con él-

-¿No lo encontraste?-cuestionó-

-A la catedral central-- Respondí impasible-- ¿Puedes llevarme allí?-

El hombre asintió con una sonrisa amable y encendió el auto, emprendiendo camino hacia la catedral. Me sentía inquieta, asustada y con mucho temor. Rápido, rápido. Tengo que llegar... tengo que llegar. Si alguna vez deseé algo con tantas fuerzas, era esto. Detener la boda de Donghae y evitar que se case con Seohyun.

-El hombre que buscas ¿Está allí?-Cuestionó-

Asentí afirmando su pregunta. No podía dejar de pensar en la distancia que nos quedaba por recorrer hasta llegar a la catedral. No podía pensar en que posiblemente en esos instantes, la boda ya estaba empezando. No... todavía no... todavía no. Donghae. No te puedes casar-

-¿Tiene algún móvil?-Cuestioné a aquel desconocido, que más que nada, en este instante él era como un ángel para mí.

-En la cajuela-Habló señalando con un gesto al mover la barbilla. Dirigí los ojos y las manos a la cajuela que estaba ubicada al medio de la parte delantera del auto. Abrí a este y un teléfono móvil color blanco, aguardaba allí. Saqué el teléfono y marqué el número de Donghae. Lo recordaba... conocía muy bien el número de DongHae.

Primer timbre, segundo timbre... nada. No contestaba. Segunda llamada... primer timbre, segundo timbre, tercer timbre... y nuevamente me mandó a la casilla de voz.

-Maldita sea-Solté un grito ahogado teniendo las venas apretarme por la angustia que sentía. Por favor, DongHae. No te cases.

-Ya llegamos-anunció aquel desconocido, luego de unos minutos. Nos habíamos estacionado justo en frente de la catedral. Eran ya las once y cinco minutos. Aun llego... aun llego. Giré hacia aquel hombre-

Daydream. Lágrimas de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora