~Capítulo 12~Jugas con fuego

1.2K 97 1
                                    

-Porque... porque quiero hacerte el amor. Déjame hacerte el amor--- Apretó sus labios con los míos y bajó sus manos con rapidez hasta mis caderas para arquearme, jalándome hacia su cuerpo.

-Ahhhh—emití un gemido ahogado bajo sus labios, sintiendo un nerviosismo que recorría todo mi cuerpo, haciendo que todos mis sentidos se vieran fuera de sí, sin pensar en absolutamente nada más que el cuerpo de Donghae desnudo sobre el mío.

Presioné mis labios sobre los tuyos y empecé a fruncir a estos, sintiendo cómo sus labios también tomaban vida bajo los míos, apresando mis labios y chupándolos para luego introducir su lengua y acariciar la mía en movimientos rápidos y acelerados que me quitaban la respiración. Mis manos pasaron por su nuca y se enredaron en su cabello, hundiéndolas a estas y sintiendo la sedosidad de este, empujando su cabeza hacia ni, para saborear más de su boca.

Sus manos bajaron por mis muslos, acariciando y apretándome contra él, sin poder evitar no dejarlo de besar. Mi piel ardía en cada zona en donde me acariciaba, al mismo tiempo que podía sentirme más húmeda debido al contacto de mi intimidad con un bulto entre sus pantalones que se había formado al despertarse su miembro con facilidad. Y pensar que esas erecciones las provocaba yo... y otra mujeres.

Abrí los ojos de inmediato al darme cuenta de que Donghae, seguramente, trataba de hacer lo mismo. Desnudarme para luego tirarme hacia un lado y dejarme con el deseo sobre el cuerpo, avergonzada y humillada—

Me aparté con rapidez, cortando el beso con brusquedad y ocasionado que DongHae abriera los ojos emitiendo un gemido que mostraba su inconformidad. Inclinó su rostro de inmediato hacia adelante para intentar volver a atrapar mis labios con los suyos, pero yo me volví a empujar hacia atrás, dejando de abrazarlo y colocando mis manos en su pecho, interponiéndolos entre ambos.

-¿Te quieres vengar?—Pronunció con la voz ronca y sin poder controlar gemidos al final de su frase; provocando que me estremeciera de excitación. Pero esta vez no caería en su trampa.

-Tómalo como quieras, DongHae. Pero no te vas a burlar más de mí—

-Joder—Gruñó por lo bajo llevando la mirada hasta mis pechos, los cuales los podía sentir erectos y endurecidos por la excitación. Subió de nuevo la mirada hacia la mía— tú lo dijiste (TN). Ambos queremos lo mismo. ¿Cambiaste de opinión?—

-No lo he hecho, pero sé muy bien que tú no buscas lo mismo que buscaba yo. Solo tratas de ridiculizarme y ya he tenido suficiente—

-mmm—Gimió de nuevo haciendo un gesto de incomodidad y dolor. Podía ver claramente que su problema en los pantalones lo estaba molestando demasiado—

-¿Se siente bien?—sonreí satisfecha— Creo que los papeles han cambiado—mordí mi labio—

-(TN). No estoy jugando. Te juro que no estoy intentado ridiculizarte—

-¿Te sabes la historia del pastor mentiroso?—sonreí subiendo la mano derecha por su pecho y delineado su cuerpo por encima de su camisa, hasta llegar a la zona en donde la camisa en V no cubría, deslizando el dedo índice por allí, para acariciar su piel suave— Me temo que te vas a quedar con tu problemita y vas a tener que solucionártelo tu solo porque ni siquiera la estúpida empleada está para que te ayude—

-mmm—emitió otro gruñido ronco, mirándome con esos ojos castaños que en este momento se veían desesperados por la lujuria—(TN). No quiero a la empleada, te quiero a ti--- Inclinó su cabeza de nuevo para intentar besarme, pero fui más rápida y subí mi mano hasta la altura de mi boca para colocar dos de mis dedos sobre sus labios—

Daydream. Lágrimas de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora